Los trabajadores de la Corporación de Radio y Televisión de Galicia lo califican de “rebelión de la dignidad”. Este jueves se cumple un mes desde que los cuatro sindicatos críticos con la gestión de la cadena (CUT, CIG, UXT y CC OO) iniciaron un paro indefinido con paros parciales todos los lunes, miércoles y viernes de cada semana. ¿La razón? Poco más de 15 años de estrategias de manipulación informativa a favor del Partido Popular; un juicio por presunto acoso laboral en el que se acusa a buena parte de la dirección de la cadena; una hoja de ruta para la privatización; y el inicio de la última estrategia de la compañía: la primera externalización de contenidos informativos de su historia.
De hecho, fue esta última maniobra de TVG la que se materializó en la eliminación del histórico programa. A la revista —producidos con recursos propios— a favor de O termómetro —parcialmente externalizada—, lo que ha acabado desencadenando un conflicto laboral y social que ya dura tres décadas. Comenzó cuando Alberto Núñez Feijóo, un mes después de convertirse en presidente de la Xunta de Galicia en 2009, colocó a Alfonso Sánchez de la mano y sin el consenso del comité de empresa, pero con el de un PSdeG-PSOE ya casi ideológicamente extinto. Dejado al frente de la corporación. Desde entonces, denuncia la presidenta de la comisión y delegada de la CUT, Raquel Lema, “el bloqueo de la información” no ha hecho más que aumentar.
El 7 de octubre iniciaron este paro indefinido que ya lleva cinco semanas con el gatillo antes mencionado: “Es la primera vez en la historia de TVG que se terceriza un servicio de información. Esto es incompatible con la imparcialidad de un medio público”, denuncia Lema, también presidente del comité de huelga y parte del sindicato mayoritario en la red. Privatizar los servicios, afirma, “no hace más que fomentar la manipulación de la información”.
No sólo eso, a petición de la comisión, la dirección de la CRTVG ha facilitado el coste de producción de ese programa sustitutorio en coproducción con O Papaventos TV, filial del gigante televisivo español Eurostars Mediagroup, y Producciones Audiovisuales Sete Media, propiedad de uno de los asesores de Telemiño. Cuesta unos 16.000 euros diarios de dinero público, lo que supone, según los cálculos del comité de empresa, 5.000 euros más de lo que costaría producirlo con recursos propios: “Hay que ver cómo han inflado el precio. costos de los colaboradores. Anteriormente, una persona invitada recibía 75 euros por colaboración. Ahora son 150 euros”.
La ley que busca más control político contra una iniciativa popular
Este es sólo un ejemplo, por ahora el último, de la estrategia bidireccional de privatización y manipulación informativa que Feijóo inició en 2009 y que su sustituto, el presidente gallego, Alfonso Rueda, ha decidido intensificar. A partir de este año, tras ganar las elecciones, el equipo de Rueda prepara un nuevo golpe de Estado para ejercer un mayor control sobre la radio y la televisión públicas de Galicia. Se trata de una reforma legal que le dará poder absoluto para nombrar al nuevo director general de la corporación por mayoría simple además de abrir su mano a la elaboración y publicación de contenidos en español.
El proyecto de ley que aún se está esbozando propone la creación de una especie de Consejo Consultivo formado por 15 personas elegidas en organizaciones controladas por el Partido Popular. Con ello, explica la presidenta del comité de empresa, Raquel Lema, se destruye la Ley de Medios de Comunicación, que el PP de Feijóo aprobó en 2011 y que fijaba como objetivo la creación de un Consejo de Información y la redacción de un Estatuto Profesional que blindara la imparcialidad. de los contenidos periodísticos de la cadena.
Además, otra de las batallas culturales que subyacen a este conflicto laboral es la apertura de los canales públicos a la emisión de contenidos en español. El artículo siete del anteproyecto asegura que los contenidos deberán elaborarse en lengua gallega, pero añade un matiz insólito: “Sin perjuicio del uso de otras lenguas cuando esté justificado por el cumplimiento de la misión de servicio público con el fin de dar a conocer la identidad cultural de Galicia fuera del territorio de la Comunidad Autónoma.»
Sin embargo, contra la visión jerárquica y el puño de hierro del Partido Popular en la televisión pública gallega, 40 entidades sociales han presentado una iniciativa legislativa popular para liberar el canal. Los objetivos son asegurar que la CRTVG cumpla con los fines para los que fue creada y garantizar la objetividad y neutralidad de los contenidos que emite.
El conjunto de promotores de ILP a través de la plataforma Para un servicio CRTVG ao do pobo Son Mesa de Normalización Lingüística, Anova-Irmandade Nacionalista, Asociación de Actores y Actrices de Galicia, Asociación de Escritores en Lengua Gallega, Asociación de Gaiteros Gallegos, Asociación de Profesionales de la Rama Artística y Dobraxe de Galicia APRADOGA, Asociación Lucenza Nigrán, Asociación para la Defensa de la Ría, Asociación para la Defensa Ecológica de Galiza (Adega), Avante LGTB+, BNG, CCOO, CGT, CIG, CUT, Defende Galega, Erguer, Esculca, Federación Rural de Galicia (Fruga), Fundación Luís Tilve, Fundación Moncho Reboiras, Red de Investigación InvestiGal-Galega, Mujeres Nacionalistas Gallegas, Músicas ao vivo, Plataforma Feminista Galega, Plataforma Queremos Galego, Plataforma SOS Salud Pública, Plataforma Mina Touro-O PINO NO Vecinal, PSdeG-PSOE, REDE (Federación Gallega de Asociaciones de Familiares y Usuarios de Residencias y Dependencia), Sindicato Ferroviario, Sindicato Obrero de Galicia, SOS Ficción en Galego, UGT-Galicia y Vía Galega.
Un juicio por presunto acoso laboral a trabajadores
Además del frente laboral y social de esta histórica huelga, existe otro frente judicial que podría acreditar el presunto acoso laboral que los trabajadores vienen denunciando públicamente desde hace años. En junio de 2023, el Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago de Compostela abrió diligencias previas contra toda la dirección de la Corporación de Radio y Televisión de Galicia (CRTVG) como “presuntos autores de un delito de acoso moral y de un delito contra los derechos de los trabajadores”. ”, según el documento que se ha hecho público y al que ha tenido acceso El Salto.
Además de Sánchez Izquierdo, Xosé Pereira Fariña, director de Innovación y Negocio; Alejandro López Carballeira, subdirector de actualidad; Tania Fernández Lombao, jefa de programas cuando ocurrieron los hechos; Paula Veloso Pereira, jefa de gestión de personal; Susana Fernández Veiguela, exdirectora de recursos humanos; Manuel Casás Macía, responsable de seguridad y salud laboral, y Vitalina Cuña Palencia, coordinadora de personal de Radio Galega. La jueza Ana López-Suevos ha imputado a varios altos cargos la acusación de crear una estrategia de descrédito profesional y personal contra una periodista crítica que fue trasladada de su puesto de trabajo por una decisión que su defensa considera sexista y discriminatoria. Este verano, el mismo juez amplió la denuncia a Víctor Tubío Villar, director de recursos humanos, que inicialmente había sido citado sólo como testigo.