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Dar el salto a un nuevo buscador con IA es el mayor reto al que se ha enfrentado Google en su historia
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En la empresa reina la cautela: perder ingresos publicitarios en su motor de búsqueda es un riesgo demasiado alto
Utilizamos el buscador de Google asumiendo que entre los resultados encontraremos (cada vez más) publicidad. La empresa siempre ha basado sus ingresos en el modelo publicitario, pero las cosas podrían cambiar en el futuro. Y todo gracias a la IA.
Pague por la búsqueda con IA. Según el Financial Times, Google está considerando que los usuarios paguen por funciones «premium» impulsadas por inteligencia artificial generativa. Sería el cambio más importante en su negocio de búsqueda en toda la historia de la empresa.
Las búsquedas siempre han sido gratuitas.. Aunque buscar en Google siempre ha sido «gratuito» -la publicidad, insistimos, ha funcionado muy bien como modelo de negocio-, la compañía lleva tiempo cobrando a usuarios y empresas por otras plataformas como Google Workspace, Google One o también por sus versiones Premium. de YouTube y YouTube Music. Lo curioso es que ahora propone un modelo similar en su división de negocio más importante.
Ya has empezado a cobrar por la IA. El enfoque es único para las búsquedas, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que tras el lanzamiento de Gemini añadió la posibilidad de utilizar su versión más potente, Gemini Advanced (y por tanto, a su modelo Gemini Ultra, que intenta competir con GPT-4), solo como parte de la suscripción a Google One. También se han integrado funciones de IA tanto en Gmail como en Docs, y ahora la idea será potenciar esa área.
Lanzamiento incierto. La aparición de una versión de pago del motor de búsqueda basado en inteligencia artificial de Google no es por ahora más que una posibilidad. Como indica el FT, los ejecutivos de Google «aún no han tomado una decisión final sobre si lo lanzarán o cuándo».
Experiencia generativa de búsqueda. De hecho, el funcionamiento del motor de búsqueda con IA ya es conocido, porque es lo que hemos podido probar con la nueva Generative Search Experience (SGE). Pudimos probarlo hace casi un año, y aunque su funcionamiento es curioso, no parecía –ni lo parece de momento– una revolución. Una cosa es segura: el motor de búsqueda con IA consume muchos más recursos que su motor de búsqueda actual.
Pánico por perder ingresos publicitarios. La actitud cautelosa de Google se ha repetido desde que apareció ChatGPT en el mercado. Es normal: a la compañía le está yendo muy bien con el modelo publicitario, y dar el salto a un buscador con IA plantea importantes dudas sobre cómo integrar la publicidad allí. Sobre todo porque un motor de búsqueda con IA suele responder al usuario de forma clara y completa. Esto evita la necesidad de visitar cualquier sitio web (sin clics para el proveedor de contenidos, que a su vez suele vivir de la publicidad) y tampoco parece fácil insertar anuncios en un método de búsqueda como este. El desafío para Google es enorme.
El copiloto muestra el camino. Mientras tanto, Microsoft ha experimentado sin miedo con búsquedas mediante IA. Su nuevo Copilot (antes Bing Chat) se ha convertido en una clara alternativa a su buscador tradicional, Bing, y la compañía no parece preocuparse de momento por los ingresos en ese buscador en su versión gratuita. Cobra por usar Copilot Pro, la versión más avanzada, pero no incorpora publicidad en los textos de su chatbot y continúa vinculando fuentes de información, lo que permite al usuario visitar esas fuentes si lo desea.
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