Identifican la proteína PKD2 como moduladora de la sensibilidad a la insulina hepática en ratones macho
ALICANTE. una investigación del CIBER (CIBERDEM) en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreale (IIBM), centro mixtoEl Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), revela cómoLa proteína quinasa D2 (PKD2) modula la sensibilidad a la insulina en un modelo preclínico de obesidad con enfermedad del hígado graso metabólico.
El trabajo, que ha sido liderado por Patricia Rada y Ángela Martínez Valverde del área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER, también ha contado con la colaboración de otros grupos del CIBER liderados por la Ttu eres iglesias (CIBERNED) y por CArmelo García-Monzón y Patricia Aspichueta (CIBEREHD).
Según Patricia Rada, primera firmante de este estudio, se demuestra que «la sobreexpresión de la PKD2 hepática en ratones provoca una alteración moderada de la regulación de la glucosa y una reducción de la señalización de la insulina en el hígado. Por el contrario, la deficiencia de la PKD2 en los hepatocitos in vivo dio como resultado una mejor tolerancia a la glucosa, así como una mayor tolerancia a la insulina periférica y una mejor señalización de la insulina hepática en comparación con los ratones de control».
A nivel molecular, los resultados de la investigación, publicada en la revista ‘Molecular Metabolism’, revelan también que existe una asociación entre la PKD2 y el IRS1 (Insulin Receptor Substrate 1), una proteína clave en la vía de señalización de la insulina.
«Nuestros hallazgos sugieren que la PKD2 modula el estado de activación de IRS1, de modo que su deficiencia provoca una disminución de la fosforilación inhibidora de IRS1, favoreciendo su activación en presencia de insulina», señala Martínez Valverde, investigador principal del grupo CIBERDEM del IIBM y co-coordinador del estudio.
Es importante destacar, como señala Elena Carceller-López, co-primera autora del trabajo e investigadora predoctoral en el IIBM, que «esta modulación de la sensibilidad a la insulina mediada por PKD2 sólo aparece en ratones machos obesos, pero no en hembras». «Una posible explicación es que hemos observado que la PKD2 se activa en ratones obesos sólo en ratones macho, pero no en hembras».
Para completar este estudio, se realizó un análisis lipidómico del hígado de ratones obesos deficientes en PKD2 comparado con ratones control obesos, en colaboración con los grupos de Antonia García (CEMBIO, San Pablo CEU) y Patricia Aspichueta (CIBEREHD y Universidad de la País Vasco).
Estos hallazgos demostraron que, aunque los ratones presentan un grado similar de esteatosis independientemente de la PKD2, la deficiencia de PKD2 en los hepatocitos provoca una remodelación de los flujos de lípidos. «Por lo tanto, es tentador especular que en ratones con deficiencia de PKD2 alimentados con una dieta rica en grasas, la remodelación de lípidos podría ser beneficiosa a largo plazo y podría retrasar la progresión a una etapa más grave de MASLD», concluye Rada.
En conclusión, este estudio identifica a la PKD2 como un modulador negativo de la señalización de la insulina en los hepatocitos y sugiere que la modulación de la PKD2 en el hígado podría ser una estrategia terapéutica eficaz para mejorar la resistencia a la insulina asociada con la enfermedad hepática. Grasa metabólica y obesidad.