La decisión de la dirección del Banco de Sabadell de devolver su sede a Barcelona, después de haberse trasladado a Alicante en plena crisis procesos y en plena opa del BBVA, ha sacudido la jornada política y económica tanto en Cataluña como en el resto del Estado. Para el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, la resaca del anuncio de la entidad que preside Josep Oliu ha coincidido con su visita a Fitur en Madrid. «Es una buena noticia, estamos contentos de que haya sucedido y lo digo con toda modestia y con todo respeto, confirma que vamos por el camino correcto», afirmó el líder de los socialistas catalanes. El cambio de sede de la Comunidad Valenciana a Cataluña también ha sido celebrado por otros colectivos, como el Colegio de Economistas o la patronal Foment del Treball. Su presidente, Josep Sánchez Llibre, vaticina que otras empresas «relevantes» seguirán los mismos pasos en «los próximos meses».
“El buen camino es el camino del buen gobierno, de la estabilidad institucional y de la seguridad jurídica”, valoró Illa en una intervención ante los medios en el pabellón de la Generalitat en la feria turística celebrada en Ifema. “Es el camino de generar confianza y mirar siempre hacia adelante, al futuro, con confianza y ganas de trabajar”, reiteró el dirigente del PSC. La maniobra del Banco de Sabadell, en plena opa hostil del BBVA, ha cogido por sorpresa a los dirigentes políticos, ya que la entidad vallesana consigue así dar un barniz político a su oposición a la operación que pretende Carlos Torres.
El regreso de las grandes cotizadas que abandonaron Cataluña hace siete años, evitando así la zozobra política y jurídica derivada de la lucha independentista, era uno de los grandes gestos que quedaban pendientes para que los socialistas pusieran fin a su historia de recuperar el conflicto político. en camino. en Cataluña. Más allá del cruce de la opa, el regreso del banco Vallesano, líder en el sector de las pymes, respalda la tesis de una mayor confianza en la situación social y económica de Cataluña que los gobiernos de Pedro Sánchez y Salvador Illa.
Incluso desde el PP el anuncio ha sido recibido con satisfacción, sabiendo que aceptar el éxito del regreso del banco Oliu a Cataluña implica aplaudir un poco al adversario político. “Es positivo que las empresas que se fueron vuelvan a Cataluña. Esto es lo que reclamé en la campaña y lo mantengo hoy. Ahora quedan 7.999 por volver», ha escrito el líder de los populares catalanes en la cadena X. Junts per Catalunya, que en su momento quiso poner sobre la mesa incentivos fiscales para garantizar el retorno de las empresas que se habían ido en 2017, no se ha referido oficialmente a la maniobra realizada por Sabadell.
El mundo económico también ha recibido la noticia con los brazos abiertos. El presidente de la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre, ha celebrado el paso dado por el banco. También vaticinó que en “los próximos meses” otras empresas “relevantes” seguirán los pasos de la entidad de origen vallesano. Todas las miradas, como no podía ser de otra manera, están puestas en los movimientos de CaixaBank y, sobre todo, del holding no cotizado Criteria. En los últimos meses, una serie de empresas diversas habían regresado sus sedes a Cataluña, como Laboratorios Ordesa o la tecnológica Red Points. La última gran empresa en completar la vuelta fue Cementos Molins, que cotiza en el mercado alcista: el pasado mes de diciembre trasladó su sede de Madrid a Sant Vicenç dels Horts (Barcelona).
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha valorado que el banco de Oliu da el paso «porque ha desaparecido la situación que había para que se fuera». “Seguramente Sabadell tiene más intereses que la situación política de Cataluña”, añadió el dirigente sindical, dando a entender que el movimiento del banco debe enmarcarse en la encrucijada de la opa de BBVA. Javier Pacheco, homólogo de Álvarez en CC OO de Cataluña, ha asegurado que espera que el retorno sirva de incentivo para atraer nuevas inversiones y anime a otras empresas a retomar el camino de regreso.