Israel y Hamás ultiman acuerdo para liberar rehenes

El acuerdo para declarar un alto el fuego y liberar a los 240 rehenes israelíes en poder de Hamás está cada vez más cerca. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman al-Thani, actúan como mediadores en esta negociación y coinciden en la «urgente necesidad» de que las personas secuestradas sean liberadas.
Ayer, el diario ‘The Washington Post’ daba por hecho el pacto, pero inmediatamente la portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, Adrienne Watson, aclaró que «todavía se está trabajando duro» para sellar el compromiso. Desde Qatar, que también actúa como mediador, se afirma que faltan «pequeñas cuestiones logísticas». Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pisó el freno y afirmó que «está circulando mucha información incorrecta» y que «por ahora» no hay acuerdo. Ese ‘de momento’ abre, al menos, un resquicio para la tregua.
‘The Washington Post’ incluso detalló cómo sería este alto el fuego. Si finalmente lo firman ambas partes, tendrá una duración de cinco días. Sin bombas ni combates. En las seis páginas del documento ya redactado se detalla que habría una primera entrega de 50 rehenes y que luego grupos más pequeños serían liberados cada 24 horas.
Con la información publicada por el periódico en las pantallas de todo el mundo, Netanyahu quiso bajar el tono de la euforia en su rueda de prensa ante los medios. «Queremos recuperar a todos los rehenes», subrayó. «Estamos haciendo todo lo posible para incorporar al mayor número posible, incluso por etapas, y estamos unidos en esto», añadió. Eso sí, quiso dejar claro que «por ahora no hay ningún acuerdo» con Hamás.
La posibilidad de alcanzar un alto el fuego a cambio de la liberación de los rehenes ronda desde hace días el conflicto. El jueves pasado, la agencia Reuters ya hablaba de que Hamás aceptaría devolver 50 rehenes si había una tregua de tres días. El Canal 12 israelí informó el sábado, citando una fuente cercana a la organización palestina, que la última exigencia del Gobierno hebreo era la liberación de 87 personas (13 madres, 40 niños y 34 ciudadanos extranjeros). A cambio, Hamás obtendría una pausa de cinco días, la liberación de algunos militantes encarcelados y la entrada de mayores cantidades de combustible en Gaza.
«Es una prioridad traerlos»
Pese a la negativa de Netanyahu, algo se mueve en Israel, donde los familiares de los rehenes llevan días manifestándose y redoblando la presión sobre el primer ministro para que negocie con Hamás el regreso de sus familiares. El jefe de Defensa, Benny Gantz, asegura que es urgente recuperar a los secuestrados. En declaraciones a ‘The Times of Israel’, Gantz fue tajante: «Tenemos décadas para destruir esto (en referencia a Hamás), pero no tenemos décadas para devolver a esa gente a casa (a los rehenes)». «Es una prioridad», insistió, «aunque eso no anula nuestra obligación de destruir a Hamás».
El Ejecutivo de Netanyahu equilibra un difícil equilibrio entre el dureza con la organización palestina que asesinó a 1.200 israelíes el pasado 7 de octubre y la necesidad de satisfacer a gran parte de la opinión pública de su país, que clama por la devolución de los 240 secuestrados ese día.
La diplomacia mundial busca un acuerdo para silenciar las bombas; una tregua para reflexionar y para que, como dice el príncipe heredero de Bahréin, Salman bin Hamad al-Khalifa, «la gente pueda enterrar a sus muertos». Desde Bahréin, Brett McGurk, principal asesor de Joe Biden en Oriente Medio, dejó abierta la posibilidad de una «pausa significativa» en la guerra si Hamás libera a los rehenes. Inmediatamente, añadió, se producirá un «aumento masivo de la ayuda humanitaria». McGurk confirmó la reunión entre Biden y las autoridades qataríes para engrasar el acuerdo entre Israel y Hamás. Hace unos días, el presidente de Estados Unidos reveló que estaba «ligeramente esperanzado».
Mientras se ultima ese acuerdo, la guerra amenaza con extenderse. Los hutíes de Yemen llevan semanas intentando abrir otro frente con el lanzamiento de misiles hacia Israel y ayer dieron un paso más con la captura del barco ‘Galaxy Reader’ en el Mar Rojo, con 25 personas a bordo. Parte de la empresa propietaria del barco es propiedad de un empresario de Israel, pero no hay ningún ciudadano del Estado judío entre la tripulación.
Los hutíes cuentan con el respaldo de Irán y controlan la mitad de Yemen después de ocho años de guerra. «Capturamos un barco israelí. «Confirmamos nuestra continuación de las operaciones militares contra el enemigo sionista hasta que cese la agresión a Gaza», dijeron funcionarios hutíes.
gn world