En este Congreso, en esta legislatura, ninguna votación se puede dar por segura hasta el último minuto. Y menos aún si Junts goza de un voto decisivo. Lo que iba a ser otro revés parlamentario casi seguro para el Gobierno, el próximo jueves en el debate sobre el objetivo de estabilidad presupuestaria, se ha revertido. En situaciones extremas en lo que fuentes de la dirección del PSOE perfilan ahora como “un nuevo clima que se abre” para seguir negociando con el partido de Carles Puigdemont e intentar sacar adelante ese techo de gasto antes de la discusión de los Presupuestos. Junts acepta, además, que hay margen para retomar el diálogo, porque el PSOE, según Míriam Nogueras, “ha empezado a entender” que tendrá que conceder algo más a Cataluña a cambio; es decir, un reparto de objetivos de déficit más favorable a las comunidades autónomas. El PSOE también concede que se reactivarán dos comisiones de investigación que estaban estancadas en el Congreso, una sobre los atentados yihadistas de 2017 en Barcelona y Cambrils y otra sobre la Operación Cataluña (las presuntas maniobras policiales para perjudicar a los adversarios del PP durante los gobiernos de Mariano Rajoy).
El Gobierno de coalición del PSOE y Sumar retiró este martes en la reunión de su Consejo de Ministros la propuesta de objetivo de déficit presupuestario que la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tenía previsto defender este jueves ante el pleno. Una propuesta que ya se registró antes del verano, que entonces fue rechazada por el PP y Junts y que ahora abocaba al mismo precipicio con la oposición de ambos partidos. El Ejecutivo avisó a Junts de esta decisión política a primera hora de la mañana. Los contactos entre ambos partidos no se habían cortado pese a la mala experiencia de la reunión presencial del pasado sábado en Suiza de varios emisarios socialistas con el propio Puigdemont, y el juego de tira y afloja que ambos partidos llevan meses jugando aparentemente volvía a la casilla de salida.
La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, llamó a la prensa y aprovechó para, además de anunciar oficialmente que se reabrieron las negociaciones, volver a advertir al PSOE de que tiene que moverse. Fuentes de Junts y del PSOE aceptan ahora que hay margen macroeconómico, con las nuevas previsiones de PIB revisadas al alza en dos décimas hasta el 2,4%, para reconducir estas conversaciones. No concretan mucho más. Lo que sí quiso recalcar la dirigente independentista, muy próxima a Puigdemont, es que Junts no facilitará el hipotético apoyo clave de sus siete diputados “a cambio de nada”. Nogueras interpretó que, tras la amenaza de una nueva derrota parlamentaria, el PSOE ha entendido que algo tenía que cambiar: “Parece que después de un año han empezado a entenderlo. Si (el presidente del Gobierno, Pedro) Sánchez quiere cosas distintas, tiene que hacer cosas distintas”.
Nogueras evitó concretar sus demandas, pero sí subrayó que el PSOE debe afrontar ahora esta fase de la negociación con el objetivo de “mejorar las condiciones de los catalanes”. La portavoz de Junts subrayó que la base de sus reivindicaciones ya estaba en una propuesta presentada en mayo de 2014 por el entonces diputado de ERC en el Parlament y posteriormente presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, apoyada entonces por el PSC y por Iniciativa per Catalunya-Los Verdes, que abogaba por un reparto diferente del objetivo de déficit.
Uno de los puntos de aquella iniciativa de ERC que ahora recupera Junts era: “Una modificación del objetivo de déficit para 2014 que otorgue a las comunidades autónomas al menos un tercio del objetivo total, que, de acuerdo con los compromisos adquiridos con las instituciones comunitarias, es del 1,9% del PIB, lo que en el caso de la Generalitat de Cataluña incrementa su capacidad de endeudamiento en 1.800 millones de euros”. Una idea que fue apoyada este martes en el Congreso por el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien en todo caso reiteró que su partido ya había manifestado su voto a favor de la anterior senda de déficit y de la futura, así como que nunca estarán en una moción de censura del PP de Alberto Núñez Feijóo contra Sánchez mientras esté también apoyada por los diputados de Vox.
La decisión del Gobierno de retrasar un tiempo el debate previo a los Presupuestos fue respaldada por los dos socios de coalición y otros aliados de la investidura, como Chunta Aragonesista, Compromís e incluso Podemos, que cada vez se distancia más del PSOE y de Sumar. El portavoz de Sumar en la Cámara Baja, Íñigo Errejón, expresó lo que otros dirigentes de esa coalición expresaron en privado: «Si se retrasa el objetivo de déficit para traer otra propuesta es porque hay margen de negociación y aprobación, y eso incluye algunas exigencias del otro partido, porque no se puede retrasar traer lo mismo». Sumar, sin embargo, reclamó, como Podemos, que el PSOE sea más ambicioso en cuanto a la presión fiscal sobre las cotizaciones de los más ricos.
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El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, destacó “la nueva oportunidad de diálogo” que facilitará ahora este retraso en el proyecto de Gobierno, pero centró sus críticas más en el PP de Feijóo que en Junts, al que acusó de “irresponsabilidad” y falta de “nivel de Estado y de visión de país” por intentar favorecer con su bloqueo que “los ciudadanos de las comunidades y ayuntamientos puedan perder hasta 12.000 millones de sus ingresos con tal de asestar otra derrota a Sánchez”.
La dirección socialista también ha señalado como otra decisión “que ayuda a generar un mejor clima con Junts” la reactivación de dos comisiones de investigación que estaban estancadas en el Congreso, una sobre los atentados yihadistas del 17 de agosto de 2017 en Cambrils y Barcelona (este jueves se abordará el plan de trabajo) y otra sobre la llamada Operación Cataluña en el Ministerio del Interior bajo mandato de Rajoy. En este caso, el jueves se tratará el plan de trabajo y una primera lista de posibles testigos. Ambas comisiones habían sido solicitadas con los partidos independentistas.