La carga de la aterosclerosis silenciosa y su progresión en las arterias en pacientes asintomáticos, asociada al riesgo de mortalidad

MADRID, 30 (PRENSA EUROPA)

Un estudio realizado en el Hospital del Corazón Mount Sinaí Fuster de Nueva York (EE.UU.), en colaboración con el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), y liderado por el cardiólogo Valentín Fuster, demuestra que la carga de la aterosclerosis silenciosa y su progresión en los individuos Los casos asintomáticos se asocian de forma independiente con la mortalidad por todas las causas.

La aterosclerosis es una enfermedad en la que se acumulan placas de grasa (colesterol) y otras sustancias en las paredes de las arterias, provocando que se endurezcan y estrechen, lo que puede restringir el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves.

El principal objetivo del estudio, publicado en ‘The Journal of the American College of Cardiology’ (JACC), y realizado por Fuster, director del Instituto Cardiovascular y médico jefe del Centro Médico Mount Sinai de Nueva York y director general del CNIC, fue evaluar el valor predictivo independiente de la carga de la aterosclerosis silenciosa y su progresión, más allá de los factores de riesgo cardiovascular, en relación con la mortalidad global.

“La prolongada fase asintomática de la enfermedad constituye una ventana de oportunidad inexplorada en edades tempranas”, afirma Fuster, quien concluye que el estudio pone de relieve la importancia de la detección precoz y el seguimiento de la aterosclerosis subclínica para mejorar la predicción y prevención de la enfermedad. mortalidad general, ofreciendo una valiosa herramienta para la práctica clínica.

5.716 PERSONAS, 12 AÑOS DE SEGUIMIENTO

El trabajo incluyó a 5.716 adultos asintomáticos (edad media 69 años, 56,7% mujeres) examinados entre 2008 y 2009 en el marco del estudio BioImage, una investigación en población estadounidense diseñada para evaluar los factores implicados en la progresión de la aterosclerosis.

De ellos, 732 participantes se sometieron a dos pruebas de ultrasonido vascular, más de ocho años después del examen inicial. Se siguió a todos los participantes para determinar la mortalidad por todas las causas, el resultado principal del estudio. Durante un seguimiento de 12,4 años, murieron 901 participantes (16%).

Tanto la carga de placa carotídea como la calcificación de la arteria coronaria al inicio del estudio se asociaron con la mortalidad por todas las causas. Además, la progresión de la placa carotídea proporcionó información de pronóstico adicional a la placa inicial y se asoció de forma independiente con la mortalidad por todas las causas.

Los participantes fueron examinados con tecnología de imágenes (ultrasonido vascular, una técnica que permite visualizar en detalle el interior de los vasos sanguíneos) para cuantificar la carga de placa carotídea, y con tomografía computarizada para evaluar la calcificación de la arteria coronaria.

“La placa carotídea es una acumulación de colesterol, calcio y otras sustancias presentes en la sangre que se deposita en las paredes de las arterias. Cuando se forman estas placas, pueden estrechar o bloquear las arterias carótidas, lo que reduce el flujo sanguíneo al cerebro y aumenta la riesgo de sufrir eventos cardiovasculares graves, como accidente cerebrovascular o ictus”, explica la doctora Ana García Álvarez, coprimera firmante, investigadora del CNIC y jefa del servicio de cardiología del Hospital Clínic de Barcelona.

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