

(CNN)– La Corte Suprema de Israel ordenó este martes al gobierno reclutar judíos israelíes ultraortodoxos (haredíes) en el ejército, lo que supone un duro golpe para el primer ministro Benjamín Netanyahu y su coalición gobernante, que depende de los partidos haredíes para gobernar.
El tribunal también ordenó al gobierno que retirara la financiación de todas las escuelas religiosas, o yeshivá, cuyos estudiantes no cumplieran con los avisos de alistamiento.
«En este momento no existe ningún marco legal que nos permita distinguir entre estudiantes de ieshivá y aquellos destinados al servicio militar», dijo el tribunal. «En consecuencia, el Estado no tiene autoridad para ordenar que se evite en general su reclutamiento».
Para todos los efectos, los judíos haredíes han estado exentos del servicio militar desde la fundación de Israel. Los judíos ultraortodoxos consideran que el estudio religioso es esencial para la preservación del judaísmo. Para muchos de los que viven en Israel, eso significa que estudiar es tan importante para la defensa de Israel como el ejército.
Los partidos ultraortodoxos se han opuesto firmemente a los esfuerzos para que los jóvenes ultraortodoxos sirvan en el ejército. La frágil coalición de gobierno de Netanyahu depende de dos partidos ultraortodoxos, el Judaísmo Unido de la Torá y el Shas, para gobernar. Netanyahu lleva semanas intentando que la Knesset apruebe una ley que consagre la exención del servicio militar obligatorio para los hombres ultraortodoxos.
El ministro de Defensa de Netanyahu, Yoav Gallant, ha criticado públicamente el intento de Netanyahu de eximir a los judíos haredíes.
Esta no es la primera vez que la Corte Suprema rechaza la exención ultraortodoxa. En 1998, el tribunal dijo al gobierno que permitir que los haredim escaparan del servicio militar obligatorio violaba los principios de igualdad de protección. En las décadas posteriores, sucesivos gobiernos y la Knessets han intentado resolver el problema, sólo para que el tribunal les dijera una y otra vez que sus esfuerzos eran ilegales.
En una encuesta de febrero realizada por el Instituto Israelí para la Democracia, el 64% de los encuestados israelíes y el 70% de los judíos israelíes dijeron que la exención haredi «debería cambiarse». Los encuestadores hablaron con adultos israelíes: 600 en hebreo y 150 en árabe.