Una de las muchas tradiciones no escritas de nuestra realeza, construida poco a poco por la reina emérita Sofía, dicta que la reina no use tiara en las cenas de estado en aquellos países que no tienen monarquía. Y, efectivamente, Letizia no lució tiara en la cena con la que el presidente de la República de Italia, Sergio Mattarellaagasajó hoy a los reyes de España, que emprenden su primer viaje oficial a Italia por invitación de Mattarella. Lo que ha lucido Letizia son las pulseras gemelas de las joyas de paso, sus favoritas y las más modernas del lote, compuestas por diamantes engastados en platino. A ellos acude frecuentemente para las grandes ocasiones, con o sin tiara, ya que los lució por primera vez en 2017. Además, como suele ser habitual en Letizia, se ha reservado un guiño al país anfitrión en su armario: un vestido de gala. de la firma Max Mara, lanzada para la ocasión.
La ocasión lo merecía. Después de haber hecho gala de poderío retro en la primera parte de una intensa jornada para los reyes, con un almuerzo con el primer ministro italiano y otras autoridades, Letizia asistió a un acto único: un discurso del rey Felipe ante las dos cámaras del Parlamento italiano. cuya sede han visitado a lo largo de la jornada, y cuyos miembros se han reunido para la ocasión en el Congreso italiano, en el palacio Montecitorio. Felipe se dirigió inicialmente a los representantes políticos en italiano, con un guiño a su padre: No nací en Roma (como lo fue mi padre), pero se me permite intentar decir cualquier palabra en el idioma italiano más bello. (No nací en Roma (como mi padre), pero déjame intentar decir algunas palabras en el hermoso idioma italiano). Sólo un dirigente extranjero había pronunciado un discurso ante las dos cámaras reunidas: el Papa Juan Pablo II en 2002. Así reaccionó nuestro rey, que describió a nuestros países como «hermanos» en dos ocasiones, al discurso que Mattarella pronunció durante su visita a España. frente al Congreso y al Senado.
Además, la jornada tenía pendiente una reunión con representantes de la comunidad española en Italia, y con el alcalde de Roma, siempre acompañado del Ministro de Asuntos Exteriores. José Manuel Albares. Una jornada que tuvo su última parada cuando los reyes disfrutaron por fin del momento de gala, en el majestuoso Palacio del Quirinal, una de las tres residencias oficiales del presidente italiano, y cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, cuando servía como residencia oficial. del Papa. Es en este escenario donde Letizia ha deslumbrado con la apuesta por el negro de la marca Max Mara, empresa familiar de moda que toma el nombre de su fundador. Aquiles Maramotti. El vestido largo, sin mangas, confeccionado en georgette de pura seda y falda de envers de raso brillante cortada al bies, cuesta 639 euros.