Las asociaciones LGTBI+ llevan años señalando que una gran proporción de los actos de odio que sufren las personas queer No se reportan. Ahora, van un paso más allá: calculan que en los últimos cinco años se han presentado unas 57.000 denuncias por agresión física o sexual agravada por el odio, aunque los registros del Ministerio del Interior sólo registran un total de 1.739 «hechos conocidos» sobre presuntos delitos. del odio en los últimos cinco años, según los resultados del informe Estado LGTBI+ 2024 elaborado por la consultora 40 dB para la Federación Estatal LGTBI+.
Aunque quien tiene la última palabra sobre si un delito se considera delito de odio o no es un juez, es importante que la policía recoja indicios en el informe de que la motivación del acto puede ser LGBTIfóbica. Que no lo hagan dificulta el proceso judicial posterior y forma parte de esa infradetección que señala la FELGTB. Es decir, algunas denuncias por delitos de odio no se registran como tales, explica Ignacio Paredero, secretario de organización de la FELGTBI. Así, mientras el Ministerio del Interior estima que la tasa de delitos de odio en España es de 7,37 por millón de habitantes, el informe estadístico sitúa esa cifra en 240 delitos de odio por millón de habitantes. Además, las cifras obtenidas por la FELGTBI+ al extrapolar los resultados de la encuesta a la población española “se aproximan bastante” a los datos oficiales de delitos de odio de Inglaterra y Gales, que la Federación toma como referencia por ser territorios limítrofes con un mayor número de víctimas. de habitantes similar a España.
Poner la lupa en la brecha entre los datos oficiales y los recogidos por 40 dB es una parte importante del estudio, que intenta sacar a la luz las que la Federación considera las verdaderas cifras de LGTBIFobia en España: el 10% de las personas LGTBI+ afirma ser haber sufrido una agresión física o sexual en los últimos cinco años. Extrapolado a la población española, el número absoluto de personas LGTBI+ afectadas sería de 350.000.
Preguntados sobre el tipo de ataques que han sufrido, la mitad de los participantes respondió que los más habituales eran empujones o agarres. Le siguen las agresiones sexuales con intimidación (43%) y las agresiones físicas graves (30%). Aunque es el tipo menos común, la agresión sexual con violencia física ha sido sufrida por una cuarta parte de las personas agredidas.
Asimismo, el estudio recoge cifras sobre tipos de violencia menos visibles: de 2020 a hoy, el 29% de la población queer han sufrido acoso y el 32%, discriminación. Este último suele adoptar la forma de no reconocimiento de un derecho (45%), seguido de cerca por un 42% de trato desigual en el trabajo.
Dentro de las siglas del colectivo LGTBI+, la T es la letra que más violencia recibe. El número de personas trans que denuncian acoso (43,5%), discriminación (59,1%) o agresiones (30,4%) es significativamente superior al del resto de personas encuestadas. Estos actos de odio se producen principalmente en la calle, con más de un tercio del total, pero no son despreciables el 10% que se produce en el transporte público, el 9,6% que se produce en los centros de salud o el 3,7% sufrido. en la familia.
El colectivo LGTBI+ no se fía de denunciar
El estudio presentado con motivo del Día Internacional contra la LGTBIfobia muestra que el silencio sigue siendo la opción más común entre las personas no cisheterosexuales ante un acto de odio: el 83,5% no lo denuncia a la policía. Cabe señalar que una cuarta parte de quienes sufren esta violencia por motivos de identidad de género u orientación sexual descartan las comisarías y prefieren denunciar los hechos ante una asociación LGTBI+.
Entre las personas que no acudieron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el motivo mayoritario es pensar que no les servirá de nada. Entre el resto de motivaciones destacan las relacionadas con la mala imagen de la policía: un 18% no acudió a comisaría por «miedo a una respuesta homófoba», un 14% pensó que no le iban a creer y un 12 adicional El % dijo que no confiaba en ellos. la fuerza policial. El resto de motivos denunciados son no darle importancia al hecho (24%), falta de pruebas (22%) o no hacerlo “por vergüenza” o porque sufren esta violencia “todo el tiempo” (15%).
La falta de confianza en que la denuncia llegue a buen puerto puede estar relacionada con las experiencias relatadas por las personas encuestadas: es más común tener experiencias desagradables en la comisaría (“minimizaron lo que me pasó”, “me hicieron sentir mal”). malo”, “me desanimaron”. a continuar con la denuncia” o “desmintieron con sus comentarios que hubiera motivación de odio”) que agradable (“pidió identificarlo como delito de odio”, “recogieron el denuncia de manera profesional”, “resolvieron el caso” o “los hicieron sentir protegidos por el Estado”).
Por ello, el presidente de la Federación Estatal LGTBI+, Uge Sangil, ha subrayado en la presentación del informe que es necesario «que se proporcione formación a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que el conocimiento de las realidades del colectivo sea real». «. ”, en línea con lo que exige la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI. Además, el presidente de la FELGTBI+ destaca la importancia de crear “unidades específicas que aborden la discriminación motivada por la orientación sexual o la identidad de género”.