La gestión política de la peor DANA del siglo que azotó a la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre ha dejado en la cuerda floja al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que ya está siendo duramente criticado en privado por importantes miembros de su partido. Las mentiras, los cambios de versión y la falta de previsión que banalizó la catástrofe natural y se resistieron a lanzar la alerta masiva en los móviles hasta que la inundación se convirtió en una trampa mortal para cientos de valencianos han sumido a su gobierno en una crisis. profunda crisis, cuando la comunidad todavía está tratando de salir del caos que ha causado la DANA.
Cada nuevo día se destapa un nuevo escándalo en el Ejecutivo de Mazón. Si el jueves la ministra responsable de Emergencias, Salomé Pradas, mintió sobre el momento en el que se empezó a hablar de la necesidad de lanzar la alerta en los móviles y dijo desconocer la existencia de este sistema, este viernes finalmente se supo qué Mazón lo hizo durante cinco horas claves en la jornada de la DANA. Una supuesta comida, que en un principio la Generalitat dijo que era privada, que luego se convirtió en una “reunión de trabajo” y que al final resultó ser un almuerzo con la periodista Maribel Vilaplana, expresentadora de la televisión pública valenciana en el anterior mandato de el PP. La dirección del PP, que ya se había distanciado al conocerse algunos detalles de su gestión, había dejado claro la víspera que correspondía a Mazón explicar qué hizo el día de la catástrofe. El portavoz parlamentario y mano derecha de Feijóo, Miguel Tellado, lo dijo con estas palabras: «El que tiene que explicar su agenda es Carlos Mazón».
Se conoció que mientras decenas de miles de valencianos sufrían ya los devastadores efectos de una tormenta que ha dejado más de doscientos muertos, el presidente de la Generalitat seguía con su agenda política sin que ninguna de sus actuaciones vincule a la DANA. Y este viernes se supo que en el día más oscuro que ha vivido Valencia en las últimas décadas, a las 15.00 horas cuando estaba convocada la ya famosa reunión del Centro Integrado de Coordinación Operativa (Cecopi) para abordar la catástrofe, Carlos Mazón estaba comiendo con la periodista Maribel Vilaplana, según explican fuentes de la Generalitat, para ofrecerle la dirección de la televisión pública valenciana À Punt.
Cuando comenzó la reunión del dispositivo, a las 17.00 horas, y con los municipios valencianos ya inundados y las primeras personas desaparecidas, el president todavía estaba en la mesa con el periodista en un conocido restaurante de la capital y sin conectarse al reunión, que no llegó personalmente hasta las 19.30 horas. Una vez allí, según contaron a elDiario.es fuentes que asistieron a la reunión, tuvieron que detenerse para poner al corriente al presidente de toda la información que se estaba barajando. No fue hasta las 20.12 horas que el Centro de Emergencias 112 envió el mensaje masivo. Decenas de personas ya habían perdido la vida.
La comida, primero catalogada como privada y después “de trabajo”, amenaza la carrera política del presidente de la Generalitat. Ya nadie defiende públicamente a Carlos Mazón. Ni su partido en la Comunidad Valenciana, ni ante las cámaras la dirección de Alberto Núñez Feijóo, que este viernes hizo un gesto con él convocando una reunión por videoconferencia con todos los barones autonómicos para intentar escenificar la unidad.
El equipo de Mazón ha mentido y cambiado varias veces su versión sobre la comida. Este periódico ya informó el 5 de noviembre que Mazón llevaba cinco horas en blanco justo antes de que esa lengua de agua estallara y destruyera todo a su paso. Su equipo defendió que desde las 17.00 horas estaba trabajando en el Palau y había sido informado en repetidas ocasiones de lo que ocurría en el Cecopi. Se ha demostrado que estas declaraciones son falsas. Ahora hay evidencias de que permaneció en el restaurante con el periodista hasta al menos las 6:00 p.m.
El equipo de Mazón se escudó inicialmente en que la cita era privada. De esta forma evitaron dar explicaciones. Días después, el propio presidente, preguntado por los periodistas al entrar en el edificio 112 de l’Eliana, aseguró que la comida a la que asistió «no era de cumpleaños», algo con lo que se había empezado a especular en las redes. Su equipo aclaró por la tarde que se trataba de una comida “de trabajo”, hecho que hacía obligatoria su declaración tal y como marca la legislación valenciana. ¿Se trata de una reunión de negocios para ofrecer un puesto en la dirección de À Punt a la que se accede mediante concurso público? En plena DANA y con cientos de miles de valencianos sufriendo, ¿es defendible que un presidente se reúna para ofrecer personalmente un puesto directivo en la televisión pública valenciana?
Pero no es sólo esa comida en las horas clave de la DANA lo que acorrala a Carlos Mazón. Su gestión durante las primeras horas del desastre y, sobre todo, los retrasos e indecisiones de su equipo han retrasado los avisos y también la respuesta del operativo. Fue el tardío mensaje de las 20.12 horas, cuando muchos vecinos ya estaban con el agua hasta el cuello o fueron arrastrados hacia sus coches por la inundación, pero también la lentitud del dispositivo en las horas siguientes. Quienes estuvieron en contacto con Mazón en ese momento describen a un presidente noqueado y superado por los acontecimientos, sin un equipo sólido en el que apoyarse. La que debería ser su mano derecha en la gestión, la ministra de Justicia, Salomé Pradas, también ha mentido en varias de sus intervenciones públicas. El más flagrante, en el que Pradas aseguró que no fue hasta las 20.00 horas del 29 de octubre cuando un técnico le dijo que era posible enviar mensajes masivos. Pasadas las 18.00 horas en la reunión del Cecopi, según ha desvelado elDiario.es, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, ya debatía la posibilidad de avisar a la población a través de Es-alerta.
La misma dirigente tampoco dijo la verdad al afirmar que el Gobierno central no había ofrecido la presencia de la UME en las zonas afectadas hasta que ya fue demasiado tarde. Un micrófono de TVE había grabado a Salomé Pradas reconociendo que la unidad especializada del Ejército se había puesto a su disposición esa misma mañana, horas antes de la mortal inundación.
En esta última semana y media Mazón se ha quedado solo. Al cuarto día de la DANA, el presidente de la Generalitat se encerró con su equipo en el Centro de Emergencias durante ocho horas, paralizando a Cecopi durante ese tiempo. Con él no estaban ni concejales ni técnicos ni el presidente de la Diputación de Valencia, sólo sus tres hombres fuertes: Santiago Lumbreras, José Manuel Cuenda y Cayetano García Ramírez. Tres secretarios regionales en el Departamento de Presidencia. Junto a estos tres, un asesor externo: Josep Lanuza, que ha participado en varias reuniones de Cecopi y acompañó a Mazón en su encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace un mes en Moncloa.