El mundo perdió menos bosques tropicales el año pasado que en 2022, pero los árboles continúan cayendo a un ritmo que pone en peligro los objetivos climáticos globales.
Los esfuerzos para frenar la tala de bosques en países como Brasil y Colombia se vieron contrarrestados por fuertes aumentos en la tala y quema de bosques en lugares como Bolivia, Laos y Nicaragua.
Investigadores del Instituto de Recursos Mundiales y el laboratorio de Descubrimiento y Análisis Global de Tierras de la Universidad de Maryland analizaron datos satelitales para determinar los cambios en la cubierta arbórea global de un año al siguiente. Descubrieron que en 2023 los trópicos perdieron 3,7 millones de hectáreas de bosque, o alrededor de 10 campos de fútbol de bosque cada minuto. Eso resultó en 2,4 gigatoneladas de emisiones de carbono, casi la mitad de la contaminación climática liberada por Estados Unidos el año pasado.
Aunque las pérdidas de bosques tropicales disminuyeron un 9 por ciento desde 2022, las disminuciones son consistentes con tasas peligrosas de pérdidas a largo plazo, según muestran los datos. El mundo ha perdido entre 3 y 4 millones de hectáreas de bosques tropicales cada año durante las últimas dos décadas.