El sindicato policial más grande de Alemania pidió el martes una acción concertada para evitar que se repita la violencia en Berlín y otras ciudades durante las celebraciones de Nochevieja, en las que agentes, bomberos y personal médico fueron atacados con fuegos artificiales.
La policía capitalina registró decenas de ataques y 41 agentes resultaron heridos. Los videos publicados en línea que muestran a personas lanzando petardos y cohetes contra los vehículos de rescate y la policía generaron una condena generalizada de las autoridades.
El líder del sindicato GdP, Jochen Kopelke, dijo que debería haber una «discusión inmediata» sobre las causas y consecuencias de tales ataques, y agregó que «no deben repetirse en el próximo cambio de año».
Kopelke señaló que era importante discutir lo sucedido y evitar acusaciones generales contra ciertos grupos sociales.
Algunos políticos conservadores y de extrema derecha han señalado que algunos de los ataques tuvieron lugar en áreas de Berlín con grandes comunidades de inmigrantes.
Christoph de Vries, legislador del partido Demócrata Cristiano de centroderecha, escribió en Twitter que abordar la violencia contra policías y bomberos necesitaba “hablar sobre el papel de las personas (con el) fenotipo: Asia occidental, piel más oscura”.
Sus comentarios generaron acusaciones de racismo, pero de Vries dijo que se refería «irónicamente» a la orientación reciente de la policía de Berlín sobre cómo describir el origen étnico de los sospechosos y que esto no debería distraer la atención del «debate necesario sobre la política de inmigración y los déficits flagrantes en términos de de integración”.
La policía de Berlín solo ha informado que de 103 sospechosos liberados, 98 eran hombres.
El jefe de integración del gobierno alemán, Reem Alabali-Radovan, condenó los ataques de Año Nuevo y pidió que los responsables sean castigados rápidamente «con toda la fuerza de nuestras leyes».
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