No se puede vivir de espaldas a Antequera (Málaga), una ciudad monumental que pasa desapercibida. Se le llama el centro de Andalucía por su ubicación y buenas comunicaciones, que la sitúan a una hora en autobús de Granada y Córdoba y a menos de dos horas de Sevilla (el centro geográfico está en Monturque, Córdoba). Hay quien se queda en Antequera, en su parador blanco en armonía con el resto de casas, para hacer excursiones a las capitales de Andalucía, o incluso a Ronda, pero se olvidan de visitar en profundidad esta gran localidad del interior productora de magdalenas con IGP. sello de protección y dulces navideños con aceite de oliva; y, ay, luego vienen los lamentos. Tiene 33 iglesias y conventos, repiten los antequeranos como si de una letanía se tratase, y una ciudadela en lo alto. Y la Sierra del Torcal, donde el ácido carbónico disuelve la roca caliza y crea formaciones geológicas que parecen una hélice de dos metros o un camello o un caracol (cada uno puede ver en ellas lo que quiera). Antequera no es turística –ni quiere serlo–, lo que la convierte en un lugar propicio para la llegada de nuevos turistas.
Dentro del albergue
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Un pequeño grupo de surcoreanos y otro de estadounidenses con gran interés por el patrimonio de la zona -toman más notas que fotos- estuvieron en el parador un día laborable a finales de octubre. Los primeros tenían reservado para comer (una pequeña parada); Los americanos se alojaron y visitaron varias capitales, desde Antequera hasta la Alhambra de Granada o la mezquita de Córdoba. Ellos representan el 35% de los huéspedes de este hotel de dos pisos. El resto, dice Abigail Morán, su directora, son clientes empresariales (esta ciudad de 41.178 habitantes funciona como centro logístico) y nacionales que buscan «una escapada» para el fin de semana, los más jóvenes, o jubilados diarios, activos, con inquietudes.
El antequerano aparece más en verano, en la terraza, y el resto del año, cuando tiene algo que celebrar. Morán quiere acercar la posada al pueblo y contribuir al crecimiento económico de la comarca. “La idea es aumentar los proveedores locales”, dice en un sofá junto a la cafetería, donde los comensales beben un agua con gas (o un gin tonic) en esa hora un tanto tonta antes de cenar, cuando en noviembre ya es de noche y los museos han cerrado, pero todavía no tienes hambre ni ganas de caminar. Morán, en su inclinación por los productos locales, se reúne con proveedores de la zona para incorporarlos a la carta del parador. Un ejemplo: el cabrito lechal malagueño.
Actividades para todos en un entorno natural.
Visitas culturales, turismo sostenible, dinamización de la zona…
Cómo sacarle el máximo partido a la zona donde se encuentra el parador de Antequera
La comida local como atracción se discutirá más adelante. El lugar tiene identidad, hay platos y productos típicos. Antequera ha llegado a la final junto a Alicante para ser elegida Capital Española de la Gastronomía 2025 (el resultado se conocerá el 26 de noviembre). Pero lo que realmente gusta a quienes pasan un día en este municipio y sus alrededores es la Sierra del Torcal. El punto más alto está a 1.345 metros, informa el geógrafo David González, por lo que hay una fuerte subida desde Antequera (525 metros). “Luego arriba es plano, es un laberinto kárstico”, define este especialista en geomorfología.
El Torcal son rocas. Las aguas ácidas disuelven el carbonato cálcico de las piedras y se produce la erosión, dando lugar a caprichosas formaciones geológicas. El tornillo es el más conocido porque es una torre de dos metros formada por piedras planas desiguales que parecen superpuestas y porque, dice González (sin desmerecer este monumento natural declarado en 2001), está al lado de la carretera principal y Se puede llegar muy fácilmente caminando por un cuidado sendero para verlo y fotografiarlo. Pero hay docenas de formaciones rocosas con nombres de animales u objetos cotidianos. “Se les llama imitativos”, señala como concepto el geólogo. No es un juego, sirve para guiarte. “Es muy fácil perderse fuera de los senderos señalizados”, afirma González. No con él, que abandona las rutas verdes y amarillas que recorre el gran público. El geólogo se vuelve fuera de pista porque conoce tan bien el terreno que ha creado un mapa y ha nombrado calles (senderos) y barrios (zonas). Con o sin guía, debido al laberinto kárstico, se camina a 1,5 kilómetros por hora, lejos de los 5 o 6 km/h que alcanzan los caminantes en los paseos urbanos.
Mari Carmen, Pedro y Encarni recomiendan
A seis kilómetros de Antequera se encuentra el nacimiento del río Villa, donde se puede contemplar el agua brotando de las montañas. Tiene merenderos, hay un lago, mucho espacio al aire libre. Es un muy buen lugar para pasar el día en familia.
Mari Carmen Peláez
Institutriz 20 años en Paradores
A 25 kilómetros en dirección Granada se encuentra el pueblo de Archidona, que cuenta con una plaza octogonal con mucha historia donde se realizan todo tipo de espectáculos. Recomiendo visitar su ermita. Es un pueblo blanco muy bonito y no masificado.
pedro serrano
Segunda recepción 44 años en Paradores
Existe una ruta a las afueras que lleva al convento de la Magdalena. Hay que coger el camino de Almenillas. El entorno es muy bonito, caminas entre olivos. Tienes que subir una colina al principio. Puedes ver Antequera desde arriba. Es una hora de ida y otra de vuelta.
Encarni Muñoz
Gerente de Recepción 20 años en Paradores
Ese día no había cabras montesas. Sólo un buitre en el aire. Tampoco es temporada de orquídeas. “He registrado 23 tipos diferentes de esta planta”, afirma. “Y 126 simas”, señala hacia un lado de un estanque en la piedra, donde se acumula agua de lluvia para los animales y, antes, para los humanos. La espeleología es minoritaria respecto al paseo, pero cuenta como ocio. También actividades astronómicas debido a la pureza de su atmósfera. Antequera, ciudad conventual del siglo XVIII, repleta también de casas señoriales, tiene mucho, pero no suele formar parte de la lista de lugares a visitar: a Lorca, a Cazorla, a Talavera de la Reina le pasa lo mismo; Llegará su momento.
Da las claves de por qué González no es turístico, desde la ciudadela, que ofrece una panorámica de esta ciudad uniforme en la que apenas destacan los campanarios y miradores de algunas casas. “La logística y la agricultura son muy importantes en Antequera, por eso no se ha formado una economía fuerte en torno al turismo”, afirma. no hay tiendas recuerdos, dice. Tampoco se ha instalado una terraza en las inmediaciones de la plaza de los Escribanos, donde se levanta la colegiata.
Esa agricultura que menciona González, ese aceite de oliva y esas hortalizas, contribuyen a que la gastronomía se convierta en un motivo más para visitarla. Los mantecados Obrador San Pancracio se elaboran con manteca de cerdo. Pilar Aguilera, su propietaria, lleva dos décadas amasando. Ahora han creado una opción vegana con aceite de oliva, que abunda en la zona. “Yo los llamo snacks”, dice en su taller. Sus padres ya tenían un negocio de dulces navideños. Sus abuelos eran panaderos. “Vengo de la fábrica”, dice con gracia. “Yo hago mis recetas. “Todo está hecho a mano”, añade entre cestos llenos de Polvorones. Dos trabajadores rápidamente empaquetan (envuelven) algunas maquinillas para cortar cabello de ángel para ponerlas a la venta.
—¿Necesito triturar el Polvorón o Mantecado antes de comerlo?
—Tch.
Aguilera chasquea la lengua y se revuelve, medio desesperada por esa tradición. Es cierto que si no se tritura se desmenuza un poco, pero este paso previo modifica su textura, su presentación, la forma en la que ha sido concebido: no es recomendable. Tampoco es necesario tostar las magdalenas, aunque lo habitual es calentarlas para que crujen y se derrita lo que hay dentro. Mónica García, una de las dueñas del horno especializado en muffins de Dulce Nombre, asegura que su hijo se lo come blanco, sin nada, sin calentar, seco, tal como viene en la bolsa. Es de calidad, no ha sido congelado, venden por la tarde lo que producen por la mañana. Estos bollos de desayuno están presentes en toda Antequera. Además en el parador, que siempre localiza a sus clientes desde primera hora del día, les deja claro dónde se encuentran, aunque luego tengan previsto viajar a Granada.
Andalucía, en 16 albergues
CRÉDITOS:
Escritura y guión: mariano ahijado
Coordinación editorial: Francisco Pacha
Fotografía: Pablo Monge
Desarrollo: Rodolfo Mata
Diseño: Juan Sánchez
Coordinación de diseño: Adolfo Doménech
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