Sonado golpe de la Unión Europea a la reforma de las pensiones impulsada por el exministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, porque no asegura la sostenibilidad del sistema, multiplica por dos el déficit del sistema planificado y no garantiza los fondos necesarios para cubrir las pensiones de los próximos 25 años. Así lo advierte la Comisión Europea en su Informe sobre el envejecimiento 2024, en el que señala que «las medidas adoptadas en 2021 y 2023 conllevan un aumento del gasto público en pensiones de hasta 4,6 puntos porcentuales del PIB en toda la proyección, que alcanza hasta 2070, es decir, un gasto extra de más de 67.000 millones de euros.
Por ello, España tendría que ajustar un desfase del sistema del 0,8% del PIB, equivalente a casi 12.000 millones de euros ya que, tras la reforma de las pensiones, el gasto medio anual ascenderá hasta el 15,1% del PIB, a partir del cual los ingresos medios de la Airef Se restaría la estimación del 1% del PIB, lo que daría como resultado un «gasto neto» del 14,1% del PIB, 0,8 puntos por encima del máximo del 13,3% del PIB. PIB establecido en la cláusula de cierre de la reforma. Como consecuencia, España será el país de la UE con mayor aumento del gasto en pensiones, provocado por la falta de sostenibilidad entre ingresos y gastos por la reforma aprobada por el Ejecutivo.
Especial crítica recibe la indexación del incremento anual de las pensiones en función del IPC y, sobre todo, la eliminación del factor de sostenibilidad, que ha sido sustituido por el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional (MEI). Según los expertos de la UE, «no compensa ni garantiza» la sostenibilidad a largo plazo del sistema, ni siquiera con la revisión del periodo de cálculo de las cotizaciones. «El nuevo régimen de primas/penas y el correspondiente aumento de la edad efectiva de jubilación sólo compensan parcialmente este aumento, pero el resto de medidas adoptadas incrementan el gasto», indica el documento, que también duda del lado de los ingresos.
El informe señala que crecerán 1,7 puntos porcentuales hasta 2050 y 1,1 puntos hasta 2070, debido principalmente al aumento de las cotizaciones de los trabajadores y empresas, debido al aumento progresivo de las cotizaciones, debido al MEI, el nuevo sistema de cotización para los autónomos. -Trabajadores ocupados, la cuota solidaria y el incremento de las bases máximas de cotización. Estas aportaciones al sistema representarán el 14,6% del PIB en 2050 y posteriormente descenderán hasta el 14% en 2070, porcentajes insuficientes para cubrir los gastos del sistema, por lo que el informe calcula que el déficit del sistema alcanzará su nivel más alto en 2053, hasta hasta el 3,1%, el doble de lo que estimaba Escrivá, en torno al 1,5%, para luego estabilizarse en el 2,7%.
El último golpe del informe a Escrivá sugiere que las reformas impulsadas en 2011 y 2013 por el Gobierno del PP obtendrían un resultado más ajustado entre gastos e ingresos, sobre todo porque no vinculaba la subida al IPC.
Sin embargo, el Gobierno prefiere mantener su relato. «Estas estimaciones de la Comisión Europea no nos sorprenden y se alinean, en términos de gasto, con las previsiones del Gobierno», remarcó ayer el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en declaraciones a los medios de comunicación en Washington, en el marco de la reunión Asambleas del FMI en las que participó esta semana.
Para el ministro, las previsiones de Bruselas para España hasta 2050 son sólo una décima más de lo que estimó el Gobierno, por lo que no prevé «ninguna necesidad de ajuste adicional» el próximo año, después de que las previsiones de gasto publicadas ayer por la Comisión Europea apuntaran a una Brecha en el sistema de pensiones de casi 12.000 millones de euros. «La reforma tiene incluida una cláusula de sostenibilidad que significa que la Airef tiene que comparar este gasto también con la evolución de los ingresos y a partir de ahí ver si son necesarias medidas adicionales o no».
La reforma de las pensiones aprobada la pasada legislatura incluía una denominada cláusula de cierre que comienza a operar a partir de 2025 y se basa en las cifras de proyección del gasto en pensiones del informe de envejecimiento de Bruselas, publicado ayer, y en la estimación del impacto de las medidas de refuerzo de ingresos de la Airef.
Según Organismo, las aportaciones están siendo un punto positivo adicional, por lo que el Ejecutivo no prevé ninguna necesidad de ajuste adicional, por lo que esperarán y trabajarán junto con la Autoridad Tributaria y la Comisión en la evaluación del próximo año. «Y este es el marco en el que nos movemos: un marco de garantizar precisamente la sostenibilidad de las pensiones, pero también garantizar, en este caso, que las pensiones evolucionen en función de la evolución de la inflación», concluyó.