Los líderes europeos se reunieron ayer en Budapest, en plena resaca tras la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos. El regreso del magnate a la Casa Blanca ya no es una mera especulación, sino una realidad. Si la primera victoria de Trump fue una enorme sorpresa y un “shock”, ahora el asombro ha sido mucho menor, aunque no la preocupación.
Los líderes europeos están tratando de poner buena cara al mal tiempo y tratar de preservar la unidad. Los más optimistas creen que un segundo mandato de Trump podría ser el impulso definitivo que necesita el club comunitario para dar el paso a la vida adulta a nivel internacional y tomar las riendas de su propio destino. «¿Queremos leer la historia escrita por otros? ¿Las guerras lanzadas por Vladimir Putin, las elecciones americanas, las decisiones de los chinos en términos tecnológicos o comerciales? ¿O queremos ser nosotros quienes escribamos la historia?” preguntó el presidente francés, Emmanuel Macron.
Francia siempre ha defendido el concepto de «autonomía estratégica» europea en ámbitos como la Defensa o la innovación tecnológica. Aunque un segundo mandato de Trump podría ser el catalizador que despierte decisivamente a la UE, la debilidad del eje franco-alemán es motivo de preocupación. El propio Macron está atrapado en una difícil convivencia con el Gobierno presidido por el conservador Michel Barnier y la coalición gubernamental alemana acaba de desmoronarse, lo que significa que se avecinan elecciones anticipadas.
Es difícil saber quién dirigirá el barco en estas aguas turbulentas. Los principales temores son que el fin de la ayuda estadounidense a Ucrania obligue al país a rendirse sin haber recuperado los territorios ocupados por los rusos –dada la incapacidad europea de mantener el apoyo en solitario– y la posibilidad de que Trump acometa un aumento de aranceles a las importaciones.
El primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo, advirtió sobre los peligros de una guerra comercial. «Intentemos influir en Estados Unidos y en la futura política de Trump para que comprenda los peligros que implica», apeló. Una disputa comercial entre Washington y Bruselas podría llevar a los Veintisiete a emprender una estrategia de “sálvese quien pueda” que socave la unidad. Aunque la política comercial depende de Bruselas, los países pueden verse tentados a negociar cada uno por su cuenta para liberar a sus productos de aumentos arancelarios que dañan su economía y terminan debilitando a todo el bloque.
«La experiencia de los últimos años ha sido muy clara para los europeos: si tenemos desafíos, ningún Estado miembro es capaz de gestionarlos por sí solo, pero permanecer juntos como veintisiete, como UE, nos da mucho poder. Esta fuerza es nuestro mejor activo”, afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a modo de advertencia a los navegantes.
Fuentes diplomáticas creen que hasta la toma de posesión de Trump el 20 de enero hay tiempo suficiente para implementar una estrategia común. Los Veintisiete han aprovechado la cumbre de la Comunidad Política Europea –que reúne a medio centenar de líderes y no sólo a los Veintisiete– para empezar a armar una respuesta unificada y después dedicaron una cena en solitario a los Veintisiete para analizar Las implicaciones de la victoria de Trump.
Pese a los llamamientos a la unidad, el anfitrión del acto, Viktor Orban, ya había anunciado semanas antes que brindaría con champán si Trump acaba ganando las elecciones y se muestra partidario de poner fin a las ayudas a Ucrania. Ahora mismo, es el líder europeo con mejor relación con el próximo ocupante del Despacho Oval, lo que puede darle una enorme fuerza.
El candidato republicano ha asegurado que podrá alcanzar la paz en 24 horas, lo que supondría obligar a Kiev a capitular. La UE intentará convencer a Trump de que esto no es apropiado. Ni para Washington. «Saben que les conviene mostrar firmeza cuando hablamos con regímenes autoritarios. Si Estados Unidos es débil con Rusia, ¿qué pasará con China?, defendió el presidente del Consejo.
Secretario General de la OTAN Marcos Rutteacordado. Tras confirmarse que hay tropas norcoreanas dispuestas a luchar en Ucrania del lado ruso, Rutte aseguró que supone «una amenaza no sólo para la parte europea de la OTAN, sino también para Estados Unidos».
El presidente ucraniano, Volodímir ZelenskiTambién asistió a esta reunión y pidió a la UE que no abandone a su país a su suerte. «Algunos han abogado por que Ucrania haga concesiones a Putin. «Es inaceptable y suicida para toda Europa», afirmó el presidente ucraniano, que aprovechó la ocasión para pedir ayuda militar. «Debemos presionar a Rusia hacia una paz justa. Una paz justa será una victoria compartida”, afirmó.
Zelensky intenta poner buena cara al mal tiempo. «Ayer hablé con el presidente Trump. Fue una conversación positiva y productiva. Esperamos que Estados Unidos se fortalezca. Estos son los Estados Unidos que Europa necesita. Y una Europa fuerte es lo que Estados Unidos necesita.