Legislatura con cara de perro

Tras la traumática investidura de la semana pasada, Pedro Sánchez anunció ayer la composición del nuevo Gobierno, un gabinete que no es nuevo, pero en el que hay pocas sorpresas. Tiene 22 ministerios, un número claramente excesivo, pero necesario para repartir las distintas cantidades de poder entre los miembros de la coalición. La novedad más llamativa es el ascenso de Félix Bolaños, quien quedará al frente de un superministerio que combina las competencias de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. María Jesús Montero se queda en Hacienda, pero ahora con una vicepresidencia segunda y Yolanda Díaz también se quedará en Laborismo con la vicepresidencia segunda. Junto a ella hay otros cuatro ministros sumarinos en carteras menores, algunas de ellas de reciente creación como la de Infancia y Juventud, que ocupará la comunista Sira Rego. Como nota curiosa, ninguno de ellos es de Podemos.
Dejando de lado las pocas novedades que incorpora el gabinete, todas encaminadas a mantener funcionando la coalición y crear un enfoque abiertamente político para lo que se espera sea un mandato difícil y probablemente corto. El Gobierno sufre una marcada debilidad parlamentaria. Para cualquier ley orgánica tendrá que recurrir a cuatro partidos más, todos nacionalistas. Eso implicará negociaciones prolongadas y vetos mutuos. La oposición tampoco es la misma que hace cuatro años. En la bancada de la oposición sólo quedan dos partidos: el Partido Popular y VOX. El primero es la principal fuerza política del país y controla el Senado con mayoría absoluta. La segunda, aunque recibió un pequeño castigo en julio, sigue teniendo 33 escaños en la Cámara baja, lo que la convierte en la tercera fuerza política.
Los acuerdos de investidura sellados con Junts per Catalunya también han vuelto las calles contra Sánchez. A lo largo del último mes, cientos de miles de personas se han manifestado en toda España contra la ley de amnistía para los líderes del procés pactado con Carles Puigdemont. En cuanto se publique en el Boletín Oficial del Estado, esta ley permitirá al prófugo regresar a España, donde se convertirá en una especie de presidente en la sombra del Gobierno. Eso lo saben en Moncloa y lo descontan en la oposición. Nunca antes en los cinco años y medio que lleva gobernando Pedro Sánchez se había topado con tantos problemas juntos.
Por eso algunos comentaristas señalan la posibilidad de que este plazo sea anormalmente corto. La cantidad de roces que pueden surgir con el paso del tiempo es muy grande, pero a ninguno de los partidos de la investidura le interesa disolver las cámaras y acudir de nuevo a elecciones ya que a Sánchez le resultaría muy difícil mantenerse en el cargo. el Gobierno. La oposición está a sólo un puñado de escaños de la mayoría absoluta en el Congreso y tiene más poder local y regional que nunca. Tienen que seguir adelante y eso significa que se avecinan tiempos difíciles. La voluntad de los socios del Gobierno es hacer estallar el sistema, algo que provocará innumerables resistencias internas y externas.
Pues bien, para anticipar lo que le espera a España con el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, visita hoy La ContraCrónica Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid hasta hace apenas unos meses por Ciudadanos y ahora retirada de la política. Begoña es una buena analista que ha luchado en primera línea, pero que, afortunadamente para ella, ya tiene licencia.
gn headline