En ningún momento ha mencionado a Felipe González, uno de los grandes ausentes del congreso federal del PSOE. Tampoco a Emiliano García-Page, el presidente castellano-manchego que vuelve a erigirse como la principal voz crítica de la dirección de su partido. Pero el mensaje de José Luis Rodríguez Zapatero sonó claro este sábado en Sevilla. «Necesitamos más lealtad que nunca al PSOE y al Gobierno, porque lo contrario está dando ánimos a la derecha y a la ultraderecha, las que han defendido la dictadura de Franco en el Congreso esta semana».
La petición de Zapatero a sus compañeros se produce en plena estrategia de autodefensa en la que se ha convertido el cónclave socialista de este fin de semana y en plena ofensiva judicial que la derecha y la ultraderecha intentan cercar. a Pedro Sánchez. “Así como antes apoyábamos, ahora hay que apoyar. Y ahora hay que apoyar a este Gobierno que ha dado mucho al progreso de este país”, insistió.
El expresidente, convertido en uno de los principales huelguistas de la izquierda desde las últimas elecciones generales, también ha llamado a la calma entre sus compañeros y la dirección de su propio partido. “Viví lo más grande falso nuevo de la historia de la democracia: el atentado del 11M. Y tuvimos moderación y paciencia. Luchamos, por supuesto, en defensa de la verdad. Pero saber aguantar es fundamental. El presidente y su familia están sufriendo ataques inusuales. También recibí ataques muy duros. ¿Y? Ha pasado el tiempo y aquí estoy. Nada mal. El tiempo pasa y la verdad se abre camino”.
Zapatero ha sugerido al Gobierno que, ante la ofensiva total para desestabilizar al presidente, acelere la agenda de reformas progresistas. “A cada uno falso nuevo, una política progresista. Hay que salir a explicar, a defender, a convencer. Y eso requiere valentía y solidaridad con el Gobierno. Están atacando como locos. Y pueden tener pseudomedia, pero preocupémonos de tener la fuerza del argumento». Y por eso ha pedido «más reformas, más leyes, más políticas de progreso».
“Va a ser difícil que esta derecha cambie, van a necesitar nuevas derrotas electorales”, aventuró antes de advertir sobre los riesgos de que la antipolítica se vea alimentada por catástrofes como la DANA. “Si no construimos y transmitimos esa esperanza de que las cosas puedan mejorar, ahí es cuando los progresistas pueden dudar”, concluyó.
Por la tarde, y tras un almuerzo de trabajo con Pedro Sánchez, el castellano-manchego García-Page se desmarcó de esta llamada a cerrar filas con el Gobierno y ha vuelto a la carga contra la hoja de ruta de su partido y ha criticado abiertamente el «victimismo» de denunciar la ofensiva judicial que enfrenta el Ejecutivo.
“El victimismo es siempre el último recurso de cualquier proyecto político y sólo puede tener lógica cuando va precedido de una tremenda dosis de autocrítica. Los españoles agradeceríamos que el PSOE en algún momento dijera exteriormente que podemos estar equivocados. Eso también daría credibilidad a todas las acusaciones infundadas que se hacen contra nosotros”, dijo a la prensa.