Los bancos medianos españoles superan en Bolsa a los gigantes Santander y BBVA | Economía
Los mejores bancos vienen en frascos pequeños y concentrados. Eso es, al menos, lo que han debido pensar los inversores este año. En lo que va de 2024, son las entidades con la mayoría de su negocio en España las que más han brillado en Bolsa, con subidas que oscilan entre el 30% y el 70%, con Banco Sabadell, Unicaja, Bankinter y CaixaBank como miembros destacados. En detrimento de los dos gigantes bancarios españoles, Santander y BBVA, que se quedan a la zaga, con subidas del 17% y el 13%, respectivamente. Trimestre tras trimestre, los bancos baten sus propios récords de beneficios. Pero para los siempre vigilantes mercados, algunos triunfos brillan más que otros.
Hay varias razones, pero una es fundamental: el buen comportamiento del mercado nacional. Sobre él se ha formado una tormenta perfecta. El crecimiento económico, aunque no boyante, es superior a la media europea y los tipos de interés, pese a los recientes recortes, se mantienen en niveles cómodos y lejos de la larga era de los tipos cero. El crédito se recupera y el coste de los depósitos nunca ha subido demasiado. Además, las entidades han visto relajadas algunas exigencias regulatorias, como las aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (el instrumento destinado a cubrir depósitos de hasta 100.000 euros en caso de quiebra de una entidad).
“En los últimos años, los bancos domésticos han conseguido reducir su sensibilidad a las bajadas de tipos en su margen de intereses (que refleja la diferencia entre lo que ganan prestando dinero y lo que pagan en cuentas corrientes, un indicador típico de la evolución del negocio bancario). También hay un tema de valoración. A principios de año, el consenso de los analistas era más negativo, procedente de rentabilidades elevadas, pero los bancos han ido revisando al alza sus previsiones para final de año”, explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
Los inversores bursátiles suelen premiar a las empresas que están bien diversificadas geográficamente. Los grandes grupos, en los que el mal comportamiento de un mercado se compensa con el buen comportamiento de otro, son apoyados por los inversores, mientras que las empresas muy centradas en un negocio son vistas como más débiles. Lo que ha ocurrido con los bancos españoles en los últimos meses es lo contrario.
Los argumentos a favor de los bancos nacionales también han respaldado las cuentas de las divisiones españolas de Santander y BBVA. Sin embargo, en el caso de estos dos gigantes, la aportación del negocio español se ha diluido como una gota de agua en el océano. Han tenido que hacer frente a otros problemas en el exterior, lo que ha provocado que la Bolsa no les haya recompensado por igual. En el caso de la entidad presidida por Ana Botín, para Álvarez está lastrada por las dudas de los inversores sobre la marcha del negocio en Brasil y Polonia, afectados por un conflicto legal por las hipotecas denominadas en francos suizos, pero fundamentalmente por el efecto de la hiperinflación en Argentina. Lo mismo ocurre en BBVA, donde los problemas se han centrado en Turquía y México, así como en el aumento del coste del riesgo (el porcentaje de provisiones por insolvencias sobre el total de los préstamos concedidos). “Para los inversores ha sido más seguro invertir en bancos domésticos, tienen menos sustos”, concluye Álvarez. El alza de los mercados bursátiles no se debe sólo al mérito de los bancos nacionales, sino también al demérito de las grandes multinacionales.
Es cierto que, en esencia, el mercado ha creado dos grupos entre los bancos españoles. Los nacionales, estrellas de la Bolsa (CaixaBank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja) y los dos grandes. Pero cada uno tiene sus particularidades. Unicaja, por ejemplo, parece haber digerido por fin la fusión con Liberbank. Tras el relevo en su cúpula directiva, empieza a despegar en sus cuentas. En este sentido, si una operación corporativa está afectando a la percepción de los inversores sobre la banca española es la OPA de BBVA sobre Banco Sabadell.
La operación es histórica. Se trata de la primera OPA hostil en el sector financiero español en 30 años. Se trata, además, del enésimo giro en la concentración del sistema financiero español tras la crisis, que dejará a tres entidades con dos tercios del mercado. Para BBVA se trata de un intento, precisamente, de ganar peso en el mercado español en su balance en detrimento de dos mercados emergentes, México y Turquía. Sin embargo, esto todavía no se ha reflejado en la cotización de la acción, que ha caído alrededor de un 15% desde que comenzaron los rumores de una fusión con la entidad catalana. La oferta todavía está sujeta a muchas incertidumbres. Las más importantes son los posibles problemas para su aprobación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la oposición del Gobierno, que podría bloquear la fusión entre ambas entidades tras la OPA. Los analistas también cuestionan el cálculo de costes y sinergias que ha realizado la entidad presidida por Carlos Torres. De esta forma, la OPA está actuando como un lastre en la cotización de la acción. Por otro lado, muchos se preguntan cuál sería el valor de las acciones de Sabadell, que han subido un 10% desde abril, si la oferta se evaporase.
La penalización a la diversificación geográfica resulta paradójica en el caso de Santander. El banco ha cambiado por completo su estructura, organizando su negocio en cinco áreas globales, de modo que ahora reporta sus resultados por cada una de estas divisiones, en detrimento de la organización por países. Quiere presentarse como un gran banco global con varios negocios, no una suma de entidades por países. Un reciente informe de Citi critica precisamente esta división, al considerar que “añade ruido” y reclama más transparencia en la publicación de cifras a nivel nacional.
Esta misma publicación destaca la fortaleza del mercado español, pero empieza a sembrar optimismo en otros mercados. En cuanto a Reino Unido, espera una mejora del negocio, basada en la contención de costes y la mejora de los ingresos por hipotecas, mientras que las comisiones seguirán congeladas. Ve a Brasil muy dependiente de los tipos de interés y apunta que los costes y comisiones se comportarán mejor de lo previsto y que el coste del crédito seguirá congelado. Y respecto a la apuesta por EE.UU., Citi apunta que Santander no podrá cerrar la brecha entre sus resultados y la cotización de la acción hasta que la reestructuración del negocio en ese país dé sus frutos. Héctor Grisi, consejero delegado de la entidad, dijo en la última presentación de resultados que esperaban que el mercado español empezara a dar síntomas de debilidad en los próximos trimestres, pero que esto se vería compensado por la mejora en otras geografías.
La gestora Bestinver coincide con esta previsión de cambio de tono. En su opinión, los bancos locales se verán más afectados en los próximos meses por la bajada de tipos de interés, lo que lastrará sus ingresos. En concreto, cita a CaixaBank y Unicaja como los más sensibles, al tiempo que apunta que Sabadell ya tiene cubierta gran parte de su exposición a las fluctuaciones del precio del dinero, y espera que su franquicia británica, TSB, mejore, y valora su capacidad para ganar cuota de mercado y el buen comportamiento de las comisiones. Por otro lado, apoya claramente a los bancos internacionales y cita a Santander como su opción preferente.