Los negocios y fuentes de ingresos de Sara Carbonero que le permiten vivir muy cómodamente

“Somos las chicas guapas de Tendam” dijo Isabel Jiménez (41 años) en la presentación de la colección de otoño de su marca, ‘Slow Love’, el pasado 14 de noviembre junto a la otra mitad de aquel comienzo, Sara Carbonero (39 años). Ambos fundaron la empresa en 2015, al principio simplemente eligieron prendas y productos que les gustaban para ofrecer la posibilidad de adquirirlos, poco después empezaron a vender sus propios diseños y en 2021 el grupo Cortefiel se interesó en comprar la empresa, pero manteniendo la dos amigos encargados de la parte creativa, y quedaron encantados. Es evidente que lo suyo no es la gestión y administración de empresas, sino marketing y modaya que ambos se dedican al mundo de la comunicación y son figuras punteras en cuanto a tendencias, especialmente Sara, por lo que también siguen siendo imagen de la marca.
Y ahora, dos años después de aquel movimiento, pueden presumir, y lo hacen, de que la firma funciona más que bien, ya que también está siendo el proyecto al que Sara se está dedicando en este momento en el que su vida se basa, según sus propias palabras, en la “calma”. Sus problemas de salud la han obligado a bajar el ritmo y ella misma se ha encargado de explicar que en cierto modo está disfrutando de haber bajado un poco el ritmo y está conociéndose mucho a sí misma y haciendo mucha introspección, pero eso no No quiere decir que haya dejado de funcionar por completo, porque en realidad, de una forma u otra ella nunca ha parado.
En 2010 tuvo lugar el Mundial de Sudáfrica en el que su beso con su ahora exmarido Iker Casillas dio la vuelta al mundo. Ese fue su ‘boom’ a nivel público y ella supo verlo y supo aprovechar las circunstancias y oportunidades que se le presentaban. Tanto es así que registró una empresa para gestionar una carrera que por momentos avanzaba mediáticamente. Es sobre Recuerdos de Sudáfrica SL, un nombre sin duda muy significativo. Durante los 13 años que lleva activa esta empresa ha sufrido muchos cambios en cuanto a cifras. Empezó con números imparables, pero hubo bajón, aunque nunca ha tenido deudas y la facturación siempre ha sido positiva. En 2022 ha registrado más de medio millón de euros, lo que cuadriplica los beneficios del año anterior.
El objetivo social de la empresa es muy claro y conciso: “la publicidad en cualquier soporte audiovisual, escrito, impreso, electrónico y cualquier otro. Representación de socios y cualquier otra persona para los mismos fines y actividades, compra y venta de derechos de imagen y presentación de eventos públicos y privados”, dice el Registro Mercantil. Teniendo esto en cuenta, es evidente que a través de esta entidad también se gestiona la labor publicitaria del comunicador, ya sea como imagen en una campaña o como creador de contenidos en reddonde no es muy común verla haciendo colaboraciones, ya que parece que elige muy bien los productos por los que apuesta, pero lo ha ido haciendo poco a poco.
La vida de Sara ha cambiado mucho en los últimos años, en 2015 se fue a vivir a Oporto cuando su entonces marido Iker Casillas fichó para ser portero en el club que lleva el nombre de la ciudad, y para ello dejó su puesto como presentadora de Telecinco. noticias deportivas. Allí quedó embarazada de su segundo hijo y formaron una familia de cuatro, ella aprendió portugués, vivió frente al mar y pasó por uno de los momentos más duros de su vida, el derrame cerebral que sufrió el futbolista en 2019. Poco después Le diagnosticaron cáncer de ovarios y su vida acabó dando un giro de 180 grados. En 2021 anunciaron su divorcio y desde entonces ha tenido dos relaciones, una muy fugaz con la cantante Kiki Morente, y otra que hoy mantiene y parece más estable y duradera con el músico Nacho Taboada.
Lo que no ha cambiado en todo este tiempo es su fuerte amistad con Isabel JiménezDesde que se conocieron en los pasillos de Mediaset unieron sus vidas, y además de trabajar juntos con Slow Love, viajan juntos, crecen juntos y son un apoyo fundamental el uno para el otro. Su unión ha sobrevivido a la distancia, a la salida de Sara del trabajo que compartían y a todo lo que se les presente, ya que ambos presumen, sin ambages, de que tenerse el uno al otro es una de las mejores cosas de sus vidas.
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