Los trabajadores con discapacidad ganan menos que el resto de la población activa. Esto, explicado de esta forma, no es nada nuevo, una realidad que viene mostrando cada año desde 2010 el INE en su estadística específica sobre los salarios de las personas con discapacidad. Lo llamativo, y a la vez preocupante, es que la diferencia se está ampliando: según los datos difundidos este lunes, las personas con discapacidad ganaron solo 22.041 euros brutos anuales en 2022, 5.067 menos que los trabajadores sin discapacidad. La brecha nunca había sido tan elevada.
Con estas cifras, el salario medio de un trabajador con discapacidad supone el 81,3% de la remuneración media del resto de la población activa. Así, la brecha alcanza un máximo de un punto y medio respecto al dato anterior, de 2021, y crece aún más si tomamos como referencia justo antes de la pandemia. En 2019 esta cifra era del 83,9%. El mejor dato jamás registrado es el de 2010, cuando arranca la serie del INE. En aquel momento, el salario medio de una persona con discapacidad suponía el 90% de la remuneración media del resto de trabajadores.
La brecha se amplía porque los salarios de los empleados con discapacidad crecieron a un ritmo mucho más lento, de 2,3%, mientras que para los que no tienen discapacidad aumentaron un 4,3%. Los datos corresponden a 2022, en medio de una tormenta inflacionaria por la invasión rusa a Ucrania y la crisis energética, lo que supuso una profunda pérdida de poder adquisitivo para la clase trabajadora. Estos datos muestran que la situación fue aún peor para los trabajadores con discapacidad. Como los precios crecieron en promedio un 8,4%, perdieron en el camino 6,1 puntos de poder adquisitivo, dos puntos más que el resto de la fuerza laboral.
Luis Enrique Quifez, responsable de Estrategia de Datos de Fundación ONCE, cree que estos datos son “negativos” y que “hay muchas cosas que tienen que cambiar; a nivel salarial, las cosas no están funcionando para las personas con discapacidad”. Cree que la explicación de que la brecha sea mayor que nunca es “la concentración de empleos poco cualificados para las personas con discapacidad”, precisamente un tipo de actividad en la que los salarios han crecido menos en los últimos años. “Las personas con discapacidad cada vez están mejor formadas, pero no salen del círculo de los trabajadores poco cualificados. El sector empresarial solo les deja espacio en los puestos peor pagados. Se les encasilla”, añade Quifez.
Este experto aporta más argumentos a su interpretación al destacar que la brecha es mucho menor en los puestos de alta cualificación: las personas con discapacidad en estos puestos ganan casi lo mismo que las que no tienen discapacidad. Los primeros cobran 36.074, el 95% de lo que ganan los segundos (37.961). Sin embargo, en los empleos de baja cualificación, las personas con discapacidad cobran 16.146, lo que supone solo el 81% de los 19.969 euros anuales que ganan los trabajadores sin discapacidad. “Una discapacidad implica, además, una serie de gastos extra muy importantes, a lo que se suma el hecho de que tu salario no crece al ritmo de los precios. Así, la desigualdad del colectivo se convierte en estructural”, añade el analista de Fundación ONCE.
Con discapacidad intelectual, la peor remuneración
La diferencia se acentúa cuanto mayor es el grado de discapacidad. En 2022, los trabajadores con un grado de discapacidad igual o superior al 65% ganaron 20.080 euros brutos, unos 6.000 euros más que el salario mínimo vigente en aquel momento, fijado en 14.000 euros brutos. La remuneración fue ligeramente mejor para quienes tenían una discapacidad del 45% al 64% (20.504) y para los trabajadores con un grado de discapacidad del 33% al 44% (23.022).
La situación también cambia mucho en función del tipo de discapacidad. Los mejor pagados son los de las personas con discapacidad sensorial (visual o auditiva), que cobran 23.888 euros anuales. Muy cerca está el salario medio de los asalariados con discapacidad física (23.796). Según el INE, se trata de personas con deficiencias en los sistemas osteoarticular, neuromuscular, cardiovascular, inmunológico y respiratorio, digestivo, metabólico y endocrino. Los peor pagados son los de las personas con discapacidad mental (17.931) e intelectual (15.025).
Al igual que ocurre con la población activa en general, los trabajadores discapacitados con contrato temporal (20.272 euros al año) ganan mucho menos que los que tienen una relación indefinida (22.358); los empleados de empresas de menos de 50 empleados (17.033) también ganan menos que los de empresas de más de 200 empleados (27.241).
Ellos ganan menos
Los hombres con discapacidad ganan, de media, 22.938 euros al año. Se trata de 2.000 euros más que las mujeres, que ingresan 20.899. Aunque se trata de una diferencia significativa, cabe destacar que es muy inferior a la que se encuentra en el resto del mercado laboral. En 2022, el salario de una mujer sin discapacidad era el 82,6% del que ganaba un hombre sin discapacidad, mientras que una mujer con discapacidad ganaba el 91,1% de lo que ganaban los hombres.
Nunca antes se había producido una diferencia tan pequeña entre los salarios de hombres y mujeres en ambos escenarios. Esta tendencia positiva se cristaliza en el hecho de que en el último año los salarios de las mujeres con discapacidad crecieron ligeramente más (3,5%) que los de los hombres (1,9%). Los salarios de estas mujeres empeoraron considerablemente durante la Gran Recesión, con una fuerte caída en 2014 (casi 3.000 euros menos que en 2010), un fenómeno que no se produjo entre los trabajadores con discapacidad. Sus salarios también cayeron, pero mucho menos. Los empleados sin discapacidad, hombres y mujeres, no sufrieron este retroceso, lo que lleva a un balance muy desigual si se comparan los salarios con 2010: los salarios de hombres y mujeres con discapacidad solo han crecido un 8% (casi por igual) desde entonces, mientras que el de hombres (16%) y mujeres (24%) se ha acelerado mucho más.
El número de trabajadores, para mejor
En diciembre se publica la otra gran estadística laboral del INE específica para personas con discapacidad, un análisis de la evolución del número de trabajadores y de la tasa de paro. Según el último registro, en España hay 538.900 trabajadores con discapacidad, más que nunca. El aumento de ocupados es del 4%, unos 20.000 más que en 2021. También han descendido los desempleados (2,5%, hasta 146.400) e inactivos (0,4%, hasta 1,26 millones).
Así, de los 1,94 millones de personas con discapacidad en edad laboral contabilizadas por el INE, el 27,8% se encuentra ocupado. Aunque se trata de la proporción más alta registrada, la diferencia respecto a las personas sin discapacidad es abismal (68,1% ocupados). Con estos datos, el paro ha descendido respecto al récord anterior (del 22,5% al 21,4%), ha crecido la proporción de ocupados (del 26,9% al 27,8%) y la de activos (del 34,6% al 35,3%).