Los trabajadores piden un aumento salarial del 77% y las navieras ofrecen el 40%
La huelga de estibadores en toda la costa este de Estados Unidos y el Golfo de México comenzará a medianoche en Estados Unidos. Después de meses de conflicto en las negociaciones por el nuevo contrato (el actual dejará de estar en vigor esta noche), las dos partes no han llegado a un acuerdo: por un lado, la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) exige que aumenten los salarios en El 77% en los próximos seis años, entre otras medidas, y por otro, la Alianza Marítima de Estados Unidos, que representa en este conflicto a gestores portuarios y navieras, que ofrecen un incremento muy inferior. La huelga tiene el potencial de generar nuevamente presiones inflacionarias Ya creará cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, especialmente si continúa durante mucho tiempo, y pondrá a prueba las lecciones que la industria comercial estadounidense ha aprendido en la crisis de suministro posterior a la pandemia.
Los portuarios han dicho “basta” y comenzarán la huelga esta noche. Los trabajadores que descargan los barcos que llegan a puertos de Estados Unidos piden un nuevo contrato para los próximos años que incluye aumentos salariales del 77%, y las navieras y gestoras portuarias les ofrecen mucho menos: el 40%. Además, el sindicato de estibadores también exige que se detengan los proyectos que automatizarán el trabajo en los próximos años, una tendencia que amenaza los puestos de trabajo de miles de sus afiliados. El conflicto no es nuevo: lleva años, como lo ilustra la famosa serie de televisión. El alambreLos portuarios luchan contra un mundo en el que son cada vez más prescindibles.
La otra cara de la moneda de la situación de los portuarios son los altos salarios que reciben. Representantes de la Alianza Marítima de Estados Unidos alegan que los salarios pagados ya son demasiado altos y que las ganancias de las compañías navieras ya no son tan altas como durante la pandemia. Según las alegaciones de la Alianza Marítima, un trabajador portuario sindicalizado en la Asociación Internacional de Estibadores ganaría muy por encima del salario promedio estadounidense y el de un trabajador de almacén y transporte.
El paro que han acordado realizar ahora podría tener consecuencias importantes, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo. A partir de esta noche dejarán de operar los puertos desde Nueva Inglaterra hasta Houston, Texas, con excepciones como la descarga de material militar o cruceros turísticos. La globalización de las cadenas de suministro globales ha hecho que el bloqueo de los puertos de la mayor economía del mundo afecte a lo largo y ancho del planeta, algo que quedó en evidencia con la crisis inflacionaria ocurrida en 2021, consecuencia de la reapertura económica ocurrida al final de la pandemia. Además, el parón se suma a los problemas que ya sufría el sector debido a la crisis en el Mar Rojo, que ha obligado a desviar rutas comerciales fuera de la región.
Los últimos años, sin embargo, han sido excepcionalmente buenos para las navieras, con firmas como Maersk o Hapag-Lloyd obteniendo los mejores resultados de su historia durante la pandemia. El líder sindical Harold Daggett afirma que los estibadores deberían beneficiarse de los aumentos de ingresos que se han producido en los últimos meses, y también durante la pandemia. Stéphane Kovatchev, analista del equipo de crédito de Inteligencia Bloombergreconoce cómo “un aumento de las tarifas del transporte marítimo puede apoyar la rentabilidad del sector naviero”, pero también señala uno de los problemas económicos que el conflicto puede generar: “Puede provocar un repunte de la inflación para los consumidores finales”, afirma Kovachev.
Seis días para descongestionar por cada día de huelga
El riesgo de que la huelga de los estibadores acabe derivando en un nuevo aumento de la inflación que pondría en problemas a la Reserva Federal estadounidense, justo después de iniciar un nuevo ciclo de recortes de tipos, aumenta cuanto más dura la huelga que han pactado. los estibadores
La naviera Maersk lleva tiempo intentando protegerse ante una posible huelga y estima que una semana de huelga generará retrasos en los envíos de entre cuatro y seis semanas, una cifra similar a la estimación que mantiene la UBS, que señala señala que, por cada día de huelga, se necesitarán otros seis para despejar la congestión. Por su parte, JP Morgan destaca, basándose en datos de Linerlytica, que, Por cada semana de huelga, la disponibilidad de la flota mundial de barcos caerá un 1,7%, hasta un máximo del 15% de la capacidad total de transporte, si la huelga pasa a ser indefinida..
La esperanza de evitar que una prolongada huelga de los estibadores acabe presionando al alza la inflación reside en la capacidad de la industria de consumo minorista para absorber el aumento de costes que generará el paro. Muchas empresas también se han preparado para la huelga en los últimos meses, asegurando suministros en toda la costa oeste de Estados Unidos o llenando sus inventarios hasta el tope en caso de que la huelga portuaria se prolongue.
Sin embargo, fuentes de la empresa Hapag-Lloyd destacan que, si los envíos se redirigiran a los puertos de la Costa Oeste, se podría producir en ellos una congestión similar a la vivida durante la pandemia, con el riesgo inflacionario que eso genera.
Un problema para la administración Biden
La administración Biden, y el Partido Demócrata en su conjunto, se han topado con el problema de la huelga a dos meses de las elecciones en Estados Unidos. Para el gobierno, ninguna de las dos opciones que se le presentan es positiva. Por un lado, se puede optar por apoyar a los estibadores, pero esto aumenta el riesgo de que pueda haber aumentos de la inflación y problemas de suministro en Estados Unidos en los dos meses previos a las elecciones. Por otro lado, el gobierno puede ponerse del lado de las compañías navieras, que han obtenido ganancias históricas en los últimos años y que generalmente son empresas no estadounidenses.
Hasta ahora, el gobierno ha optado por mantenerse al margen e intentar ganar algo de tiempo. Este mismo domingo, Joe Biden declaró que evitará tomar posición en el conflicto, y que es una disputa que ambas partes deben resolver. La alternativa del gobierno es intervenir y obligar a los estibadores a trabajar 80 días más, ampliando el margen de negociación durante este período. Sin embargo, varios expertos destacan cómo esta vía podría resultar ineficaz, ya que lo más probable es que los estibadores no trabajen eficientemente si se les obliga a trabajar.