No hay estrella como Lupita Nyong’o (Ciudad de México, 41 años) y probablemente haya muy poca gente como ella: una keniana nacida en México. Su padre, el político Peter Anyang’ Nyong’o dio clases en ese país, aunque la infancia y adolescencia de su hija transcurrieron entre Kenia y Estados Unidos. “Estoy profundamente agradecida de que mis padres me dejaran volar y me permitieran regresar a México para aprender español”, responde en inglés, aunque, eso sí, habla español. “Tenía solo 16 años, me sentí muy valiente, y me apoyaron”. Todavía no ha aterrizado de aquel vuelo: fue asistente de producción en Hollywood, regresó a Kenia para participar en una serie durante tres años, en la Universidad de Yale hizo un posgrado en interpretación y con su primera película, Doce años de esclavitudganó el Oscar. Una década después llegó al festival de cine de San Sebastián para presentar Robot salvajeUna maravillosa película animada del director de Lilo y Stitch y Los CroodsEn la que Nyong’o presta su voz y sus movimientos a la protagonista robot, Roz, quien termina en una isla desierta tras un naufragio: su misión es cuidar a un ganso bebé e intentar relacionarse con los animales que la rodean. La película se estrenará en Argentina el 10 de octubre.
Y Nyong’o celebra con alegría una coincidencia que dio inicio a la conversación: el lanzamiento de su podcast y el estreno de la película. “No fue premeditado, pero al mismo tiempo que Robot Salvaje se estrena en el mercado anglosajón, ya está disponible el primer episodio de la película”. Ocúpate de tus propios asuntos“Y es verdad, tienen un elemento común. La búsqueda de raíces, de cómo crecer y construirse como persona”, explica Nyong’o, chispeante, y continúa: “Siempre abordo los proyectos de la misma manera. Me sumerjo en ellos, les doy mi vida. No hay vuelta atrás. Por eso soy muy selectiva: quiero hacer películas que realmente valgan la pena, que impliquen una construcción real del personaje, que aumenten mis conocimientos y me obliguen a explorar. Que me hagan sentir el desafío. Dedico tiempo a cada película, así que tengo que sentir la necesidad de filmarlas. En este caso, no vine solo a prestar mi voz a un robot, sino todo mi ser”.
La cuestión de la identidad y el desarrollo de la personalidad es muy importante para la actriz. “El podcast nació un día en el que me quedé atrapada en un atasco y empecé a buscar historias sobre África en el universo podcast y no encontré ninguna. Ahora que vamos a hacer una entrega semanal, y he hablado y me he comunicado con mucha gente de diferentes países africanos, espero remediar en parte el problema. Pero decidí empezar por mí misma”. Por eso, el primer episodio ahonda en cómo Nyong’o abandonó su acento keniano al hablar inglés, lo que borró, al menos en el habla, sus raíces. “¿Dónde está mi hogar? ¿En el lugar donde nací? ¿Donde crecí? ¿En Estados Unidos, donde he vivido más de la mitad de mi vida? Como yo, millones de africanos han sufrido viajes de vida, así que no estoy sola”.
Doce años de esclavitud La catapultó. “A veces pienso que solo han pasado unos días desde esa película”, dice con gesto nostálgico. En estos años ha tenido una retahíla de películas, ha publicado un libro infantil contra el racismo, ha contado públicamente sus terribles encuentros con Harvey Weinstein, ha participado en los universos Marvel y Star Wars, ha actuado en teatro (lo que le valió una nominación a un premio Tony) e incluso se tomó el tiempo de señalar a una revista por retocarle el pelo con Photoshop en un reportaje de portada. “Recuerdo mucho el Oscar porque en esa época tenía mucho miedo de convertirme en una one-hit wonder. Por supuesto durante estos años he hecho cosas buenas y malas y también he sabido priorizar proyectos artísticos que no estuvieran reñidos con llegar al gran público”.
¿Y qué retos tiene dar vida a un robot? “Soy una actriz que crea mucho a partir de la cara y los ojos. Aquí mi herramienta fue la voz, modulándola. La expresión nació exclusivamente del sonido. Ya había hecho animación, aunque no tan intensamente, con un papel así. Y realmente fue un reto”. Sobre todo viniendo de Un lugar tranquilo: Día unoLa otra película protagonizada por ella que se estrenó este año. “Es cuestión de saber jugar, como todas las películas. Una vez que coges el ritmo, es hora de arriesgar”.
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