Sábado, 30 de noviembre de 2024, 20:21 horas.
Ha pasado un mes, pero la indignación no ha desaparecido. Decenas de miles de valencianos han vuelto a salir a las calles para exigir responsabilidades a la clase política por la gestión de la DANA. La manifestación, que ha cambiado de recorrido respecto a la celebrada el pasado 9 de noviembre, puede calificarse de «multitudinaria» sin ningún problema, a pesar de que la participación ha sido algo inferior a la de hace tres semanas. En concreto, 30.000 personas menos. La Delegación del Gobierno ha estimado en “cerca de 100.000” el número de protestantes que han trasladado su hartazgo al centro de la ciudad.
La protesta comenzó mucho antes de las 18:00 horas y desde distintos puntos del área metropolitana. Miles de valencianos afectados han huido del barro durante una tarde para clamar contra la gestión política de la tragedia. La rabia se ha traducido en pancartas y cánticos. La mayoría, dirigida a Mazón, protagonista político de la manifestación. «Si quieres hacerme feliz, tienes que dimitir», se lee en uno de los carteles que portaban los manifestantes procedentes de la zona cero de la tragedia. La petición ciudadana ha vuelto a ser clara respecto al presidente de la Generalitat.
Se ha repetido a lo largo de la marcha, así como tras la lectura del manifiesto, que también ha incluido críticas al Gobierno de Pedro Sánchez: «También criticamos al Gobierno del Estado, que debería haber presionado contundente e inmediatamente al Gobierno valenciano por su inacción para intervenir con todas sus tropas», afirmó un trabajador del 112 encargado de leer el manifiesto.
Existía cierto temor de que se repitieran los incidentes protagonizados por un grupo de violentos en la protesta del 9 de noviembre. De hecho, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, ha llamado a la cordura y ha reforzado el cuerpo policial para impedirlo. El Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat también han sido blindados para evitar ser vandalizados. Pero esta vez la indignación se ha manifestado de forma pacífica, sin violencia. Sólo con gritos y mensajes que fueron aumentando en intensidad a medida que la protesta avanzaba por las céntricas calles de la ciudad.
Cuando la cabecera había llegado a la Plaza de la Virgen, nuevo punto final de la manifestación ante la negativa de la Delegación del Gobierno a concluirla en la Plaza de Manises, aún quedaban miles de participantes en la Plaza del Ayuntamiento. Pancartas en memoria de los fallecidos de todos los municipios afectados; mensajes irónicos -“La alarma a las ocho y el agua hasta el coño”- y varios cánticos que resuenan al unísono y reclaman responsabilidades: “No queremos empatía, queremos justicia”.
Varias imágenes curiosas también durante la marcha. Coincidiendo con la convocatoria, el Frente de Trabajadores ha colgado una pancarta en uno de los edificios de la plaza para pedir la dimisión de Mazón y Sánchez. Un matrimonio joven ha montado una mesa de avituallamiento, con patatas para los protestantes a la altura de Marqués de Dos Aguas. Algunos manifestantes se han llevado incluso una hidrolimpiadora Karcher, que es otro de esos símbolos de la tragedia. Todos estaban protestando. Cada uno lo hizo a su manera.
La marcha avanzó lentamente, pero la lectura del manifiesto no podía esperar a que todos los manifestantes llegaran a la plaza. Fue muy similar a hace tres semanas. Cambió el escenario de la lectura y también, en cierto modo, el contexto. La enumeración de las 222 víctimas de la DANA ha silenciado la plaza. Después del silencio, volvamos a la exigencia.
La organización ha asegurado que el manifiesto se cerró antes de que se conociera el cambio en el tope salarial de los consejeros regionales y secretarios. Por lo tanto no se ha incluido ninguna referencia. Sí se han mantenido las peticiones de hace tres semanas, con la dimisión de Mazón y la exigencia de soluciones a la catastrófica situación como puntos principales del reclamo.
La conclusión oficial de la manifestación se produjo antes de las 20.00 horas. Pese a ello, la rabia y la indignación han seguido llegando en forma de manifestantes a la Plaza de la Virgen. De forma mucho más tranquila que en la ocasión anterior, eso sí. A las 20:12, otro símbolo. El mensaje de alarma del sistema Es Alert ha sonado para aumentar el desamparo de los afectados y alimentar los gritos contra el Consell.
Mientras tanto, en la puerta del Palau de la Generalitat, un gran dispositivo de la Policía Nacional impidió a los participantes en la marcha colocar sus pancartas y carteles en la puerta del recinto, como ya ocurrió el pasado 9 de noviembre. Esta vez los mensajes han quedado en el jardín anexo, pero el clamor de decenas de miles de valencianos se ha vuelto a filtrar con fuerza hasta el centro de mando del gobierno valenciano.