La noche del 7 de diciembre Damasco fue rodeada. El avance de los insurgentes, liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), dejó al régimen acorralado en su propio bastión. Los aliados históricos de Assad optaron por una retirada estratégica, mientras que el primer ministro Muhammad al-Jalali anunció la disposición del gobierno a una transición política.
Sin embargo, incluso para el pueblo kurdo, el cambio de régimen no es garantía de un futuro estable. En el noreste de Siria, donde en 2014 se proclamó formalmente la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), el colapso de Assad representa tanto una oportunidad como una amenaza. Fuad Omar, miembro del Partido Unión Democrática (PYD) y corresponsable de las relaciones exteriores en Europa en Bruselas, lo resume: “A pesar de la alegría por la caída del tirano, esta situación nos pone en alerta, como al principio . de la revolución”.
Análisis
Siria
El fin del régimen sirio
En menos de quince días, el régimen bazaísta ha caído en Siria y Bashar Al Assad ha huido del país, después de 13 años, una victoria relámpago que nadie esperaba. ¿Qué factores locales, regionales e internacionales lo han hecho posible?
Türkiye intensifica su ofensiva
Paralelamente al colapso del régimen, Turquía está intensificando su campaña militar contra la región autónoma kurda, reforzando los ataques aéreos y lanzando ataques terrestres en zonas clave. Desde Ankara, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, justifica las operaciones como parte de una lucha antiterrorista contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), pero en la práctica, estos ataques han afectado gravemente a civiles e infraestructuras.
“La ofensiva turca no sólo busca debilitarnos militarmente, sino también desplazar a nuestro pueblo, borrar nuestra cultura y socavar nuestro proyecto político”, denuncia Leyla Ahmed.
Para la diáspora kurda, las noticias de la región son motivo de alarma. “La ofensiva turca no sólo busca debilitarnos militarmente, sino también desplazar a nuestro pueblo, borrar nuestra cultura y socavar nuestro proyecto político”, denuncia Leyla Ahmed, miembro de una red de solidaridad kurda en Berlín. Sobre el terreno, el impacto es palpable: hospitales destruidos, población evacuada y la amenaza constante de una invasión a gran escala a la espera de cumplir la promesa de un alto el fuego. Para Fuad Omar, el objetivo es claro: “Türkiye quiere acabar con los kurdos y aplastar a nuestras fuerzas políticas. Aprovecha el vacío de poder en Siria para avanzar en su agenda expansionista.
Leyla Ahmed destaca: “Rojava no es sólo para los kurdos. «Es un ejemplo para cualquiera que sueñe con estructuras más justas».
Desde Bruselas, Omar también alerta sobre la situación que pueden afrontar las minorías en Siria, señalando que el 75% del territorio está controlado por facciones que niegan los derechos de otros pueblos. Dirigido por Abu Mohammad al-Jolani, HTS busca proyectar una imagen moderada hacia el exterior e imponer al mismo tiempo un gobierno represivo basado en una interpretación religiosa particular. Human Rights Watch ha documentado cómo más de 27 facciones bajo el paraguas del HTS violan los derechos fundamentales, especialmente de las mujeres y las minorías. Según el portavoz kurdo en Bruselas, el peligro es claro: “Podrían producirse masacres masivas contra kurdos, yazidíes y otras minorías”.
Mientras tanto, Daesh, pese a su debilitamiento, mantiene células y campamentos activos en el desierto sirio, desde donde realiza ataques esporádicos para reafirmar su presencia. Como señala desde Madrid el activista kurdo Dr. Mustafa, “Daesh como ideología no ha muerto y continúa infiltrándose en muchos espacios”. Se ha documentado cómo los combatientes de Daesh participan en las fuerzas de oposición y en Milicias respaldadas por Turquía en Siria.
Redes de solidaridad
Desde fuera, la diáspora kurda desempeña un papel fundamental a la hora de amplificar la voz de quienes resisten en el noreste de Siria. A través de redes de solidaridad buscan presionar para que cesen los ataques y se reconozca el derecho kurdo a la autodeterminación. “No tenemos embajadas, somos nosotros quienes, desde la diáspora, llevamos la realidad de nuestra lucha al mundo”, dice el Dr. Mustafa.
Sin embargo, la frustración es evidente: “Hemos aprendido a no confiar en las grandes potencias. Prometieron protegernos en el pasado, pero priorizan sus intereses con Turquía, incluso cuando eso significa traicionar sus propios principios democráticos”, afirma Leyla Ahmed, y añade que “sin apoyo internacional, será difícil sobrevivir”.
En medio de la adversidad, el legado de Rojava sigue siendo un modelo único en la región que representa una alternativa al autoritarismo dominante, basado en la democracia directa, la igualdad de género y el ambientalismo. Leyla Ahmed destaca: “Rojava no es sólo para los kurdos. «Es un ejemplo para cualquiera que sueñe con estructuras más justas». Además, el Dr. Mustafa destaca los logros: “Lo que hemos construido en estos años es invaluable. Nuestros niños y niñas han crecido en escuelas kurdas, aprendiendo a amar la libertad de forma desinteresada. El pueblo kurdo no lucha por dinero, sino por principios y valores”.
Rojava
Rojava
Al Hol: una sombra que se ahoga
Con casi 60.000 personas en su interior, este campo de refugiados y prisión al aire libre, cuya mayoría de residentes provienen de las filas de ISIS, es un desafío para el Gobierno de Rojava.
El fin del régimen de Assad plantea una pregunta inevitable: ¿habrá espacio para el reconocimiento kurdo en la reconstrucción de Siria? Para el Dr. Mustafa, es fundamental no repetir errores del pasado: “Venimos de muchas promesas incumplidas. Desde la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) vamos a enviar una delegación a Damasco para saber qué piensan de nosotros. Queremos una Siria en paz, que respete los Derechos Humanos y sus minorías. «Negar esto es condenar al país a una guerra permanente».
Fuad Omar sostiene que, a pesar del contexto adverso, el pueblo kurdo hará todo lo posible para asegurarse un lugar en el futuro del país: “Lucharemos en todos los frentes políticos y diplomáticos para garantizar que el pueblo kurdo tenga un papel activo en la reconstrucción de Siria».
La historia reciente de los kurdos está marcada por traiciones, pero también por una voluntad inquebrantable de resistir. Como concluye el Dr. Mustafa: “Siempre dicen que los kurdos tenemos las montañas, pero, sobre todo, tenemos amigos”.