«Miguel Ángel Rodríguez también me lió»
Introdujo –sin querer– a su padre en el Opus Dei, recitó un poema de Serrat haciéndolo pasar por suyo en un trabajo de clase y descubrió la libertad en Holanda, en su primer viaje “al extranjero”, cuando tenía diecisiete años. Estas son sólo tres de las ‘confesiones’ que The Great Wyoming ha desvelado en Mil palos y ninguno en el agua, la novela gráfica (BAO Bilbao Ediciones) con guión de Kike Babas y Kike Turrón, que recorre su vida, incluyendo sus facetas como actor, músico, escritor y activista político; cuando han pasado cuatro décadas desde que empezó a trabajar en televisión.
La sinopsis del cómic, que se ha presentado este jueves en la sede de la SGAE en Madrid, le describe como “aquel hippie peludo y manifestante del último franquismo” que, tras volcarse al rock urbano durante la Transición y al autor de canciones durante La Movida ; Terminó transmutándose en “un animal de la pantalla chica”. Actualmente permanece allí de lunes a jueves, como presentador de el intermedio. El programa satírico de laSexta que empieza con la frase: «Ya conoces la noticia, ahora te contamos la verdad».
“Estamos bastante cubiertos”, reconoce a este diario sobre la capacidad que tienen para informar desde su formato pese a vivir en un contexto cada vez más polarizado.
“El que está jodido es el tipo que está en un pueblo haciendo periodismo local y un día escribe un artículo contra el cacique, porque para él significa arruinar su vida y la de sus hijos”, señala. “Estoy ahí, no es que sea intocable, pero puedo permitirme un lujo que muchos periodistas no pueden. Ya no sé cómo me pueden joder y además me queda poco”, anticipa el humorista que acaba de cumplir 69 años. Esto no impide que algunos lo consideren una “molestia”.
“Vivimos en una sociedad brutal desde el punto de vista de la solidaridad, la convivencia, la empatía. Mientras estamos aquí hay gente ahogándose en el mar. El sistema es demoledor y si lo cuentas, molestas”, critica.
Ya no se como me pueden joder y además me queda poco
Gran Wyoming
Wyoming señala que “este poder sólo puede crecer en la impunidad, que es lo que persiguen” y, el hecho de que sea difícil de conseguir, implica que carguen la tinta con “presión”. “Si tienes margen para decir la verdad, con solo ponerle la cámara no es que estés molestando, estás ultrafucking”, asegura.
Contra el “te vamos a aplastar”
Wyoming ha valorado en la presentación de la novela que “la libertad de expresión es muy mala”. “Por primera vez que yo recuerde, hay gente que está en la cárcel durante años por canciones. No tengo por qué estar de acuerdo con su contenido, pero la palabra no puede hacer tanto daño», afirmó, «la libertad de expresión no es que uno no pueda decir lo que quiera, es que no te pasa nada por decirlo». El presentador ha indicado que hay gente que «está constantemente diciendo tonterías, difamando, mintiendo y nadie les dice nada». En cambio él tiene que «estar ahí jodiéndote con papel de fumar para decir la puta verdad».
La libertad de expresión no es que uno no pueda decir lo que quiera, es que no te pasa nada por decirlo.
Gran Wyoming
El humorista ha puesto como ejemplo situaciones en las que, tras conceder una entrevista en televisión un viernes por la noche, el lunes siguiente le han dedicado tres portadas mediáticas diferentes, pero sin hacerse eco de su opinión. No se ha publicado, por ejemplo, que había “aprovechado la entrevista para cagarse en la justicia”. Por otro lado, la noticia ha tenido que ver con cuestiones como su “herencia”.
“Eso se llama ‘cállate’ gilipollas‘, ‘hables como hables te vamos a machacar’”. “Te vamos a machacar, vas a tener que cerrar”, fue la frase con la que amenazó Miguel Ángel Rodríguez en un escrito a elDiario.es tras en exclusiva publicando varios artículos sobre el fraude fiscal del socio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador. , y las comisiones millonarias que cobró. “A mí también me ha liado Miguel Ángel Rodríguez, me ha acusado de cocainómano, en fin”, explica a este medio. “Ya está fuera, pero lleva haciéndolo toda la vida”, advierte.
Wyoming comparte que, hace años, cuando trabajó en el programa Quienquiera que falle de Telecinco, que el presidente del grupo cadena, Alejandro Echevarría, también propietario del Grupo Correo, les motivó a dar charlas en los periódicos locales que circulaban por toda España.
“Recuerdo las cenas con sus directivos que, hablando claro, eran de derecha; en el cual me dijeron dos veces que había un señor llamado Miguel Ángel Rodríguez que les hacía pollos”, dice, “se indignaron mucho porque ya habían cumplido su cuota editorial ideológica. Lo que a estos señores les pareció el colmo fue que había un señor llamándolos y amenazándolos con retirarles la publicidad institucional”.
El precio del ‘no a la guerra’
Para Wyoming, el ataque a la libertad de expresión “no viene de decir algo y ser golpeado, sino de perseguir a la gente, y siempre desde el mismo lado. «Nunca he visto a un periodista de derecha perseguido por decir cosas correctas».
Uno de los capítulos de la novela gráfica está dedicado a su participación en la gala de los Goya por ‘No a la guerra’ -que cumple veinte años en 2024-, en la que el humorista entregó uno de los ‘cabezudos’. El humorista recuerda que, tras la ceremonia, dentro de los medios de comunicación, “nadie hizo nada”. Fue un tiempo después, cuando “alguien golpeó la mesa con un mazo como lo hace ahora Aznar con su ‘el que pueda, que haga’”; y motivó que hubo gente que “empezó a escribir artículos demoledores, sangrientos, contra todos los artistas, llamándolos subvencionados, parásitos”.
Nunca he visto a un periodista de derecha perseguido por decir cosas correctas.
Gran Wyoming
Para el presentador, esto es “un ejemplo de cómo la libre opinión es aplastada por los propios medios de comunicación. “España se ha convertido en el único país que conozco en el que los artistas están total y absolutamente demonizados por establishments que no tienen sentido”. Y pone como ejemplo la mañana después de que Javier Bardem recibiera el Oscar al Mejor Actor de Reparto en 2007 por su papel en N.¿O es un país para viejos?. “Si escuchabas la radio parecía que había asesinado a alguien. Sí, ‘qué cara más dura’, sí, ‘que me la devuelva’”.
Siendo “consuelo” de ‘El Intermedio’
Wyoming, médico de formación, ha estado presentando el intermedio desde su estreno en 2006. “Este programa me ha traumatizado mucho. No soy periodista, no fui protegida para esto”, indicó en la conferencia de prensa. «Toda esta avalancha de información, de cosas que en principio había que resolver pero ya les preocupa que sean irresolubles gracias a la colaboración de nuestra justicia neutral, te frustra mucho», ha comentado irónicamente, refiriéndose precisamente a Ayuso: » ¿Qué van a pescar? Que está ahí en su ático dándolo todo”.
El humorista ha contado cómo un hombre que un día se le acercó para agradecerle su trabajo en una gasolinera acabó «poniéndole en su lugar». Su primera reacción ante sus elogios fue responder: “Por lo que vale. Llevamos 18 años con los mismos delincuentes y cada vez nos roban más”.
El hombre respondió: “No vas a arreglar nada, no vas a cambiar nada. Das consuelo”. Wyoming cree que tenía razón y que su verdadera misión era decirle a la gente: “No estás loco, tienes toda la jodida razón. Esta chusma y chusma lo están haciendo, así que no os desesperéis. «Todo lo que pasa es una tontería». “Y eso, cuando lo cuentas, reconforta a la gente”, concluyó.