Lunes, 9 de diciembre de 2024, 12:57
El respetado crítico musical Jam Albarracín afirmó que Bantastic Fand, la banda a la que perteneció desde 2012 el músico cartagenero Nacho Para, fallecido este domingo a los 62 años en su casa de Cartagena, era «una de las mejores bandas de rock americanas». en nuestro país.» Bantastic Fand es más una banda de rock, dijo, pero en solitario dio más espacio a las baladas y los medios tiempos. Actuó en festivales como La Mar de Músicas, Cazorla Blues, Americana Music Madrid y publicó con su banda los discos ‘Strong suficiente para rechazar’ (2014), ‘Bienvenidos a Desert Town’ (2016), ‘Live at El Intruso’ (2017) y ‘El mundo de alguien’ (2019).
Nacho cantaba en inglés, aunque también componía e interpretaba canciones en español, y decía, como tantos rockeros, que no hacía daño a nadie: «¿Qué daño nos hacemos cantando en el idioma que queremos? Además, quienes se quejan suelen ser personas que ni nos escuchan ni analizan nuestras letras. «La queja vacía es el deporte nacional.»
Para, nacido en Almería en 1963, trabajó muchos años en Barcelona como periodista impreso en ‘El Periódico’ de Cataluña, pero tras marcharse decidió instalarse en Cartagena, ciudad natal de su madre, Gloria Cervantes, hermana pequeña del poeta. María Teresa Cervantes, fallecida también en 2024. Ganó el Premio Andaluz de Periodismo en 2005 y recordó especialmente su reportaje ‘Éxodo’, sobre las rutas terrestres de la inmigración, que fue presentado en el Foro Social Mundial de Nairobi-2007.
Actuó en festivales como La Mar de Músicas, Cazorla Blues, Americana Music Madrid y publicó con su banda los discos ‘Strong suficiente para rechazar’ (2014), ‘Bienvenidos a Desert Town’ (2016), ‘Live at El Intruso’ (2017) y ‘El mundo de alguien’ (2019)
En 2023 apareció su primer disco en solitario, ‘No hay multas de aparcamiento en las nubes’, para el que contó con la colaboración de Carlos Campoy (piano y hammond), Iván Estefanía (dobro, mandolina), Paco del Cerro (pedal de acero, violín, acordeón, ukelele, batería y bajo) y Jorge Navarro, coproductor del disco, y grabó otro trabajo que aún no había presentado. Dijo a LA VERDAD en una entrevista sobre el disco ‘Welcome to Desert Town’, que esa ciudad imaginaria de la que habla este trabajo de Bantastic Fand está «hecha de muchos desiertos vividos. Los de Almería, donde nací; los de Estados Unidos». Estados, los que soñé; y los africanos, los que visité.
Respecto al disco ‘El mundo de alguien’, publicado a finales de 2019 por Bantastic Fand, que tardó más de un año en presentarse en Cartagena debido a la pandemia, Nacho Para afirmó a Jam Albarracín que todavía estaba en la música para satisfacer «una legión suficiente». de fans» que le permitieron «seguir viviendo de lo que nos gusta sin intermediarios y de paso, seguir viajando, cuando se pueda, gracias a las canciones».
Siempre tuvo voz propia dentro y fuera de la industria musical: «Aquí no es como en Francia o Gran Bretaña, donde la música se considera una actividad esencial. Aquí la actividad esencial sigue siendo que las luces navideñas se enciendan pase lo que pase y que los grandes centros comerciales no cierren. Pero ya tenemos que, con pandemia o sin ella, nuestra guerra es una guerra de guerrillas. «El rock vuelve a pasar a la clandestinidad, pero independientemente de las molestias de nuestro estómago, creo que eso es bueno para el rock en sí».
«Aquí no es como en Francia o Gran Bretaña, donde la música se considera una actividad imprescindible. Aquí la actividad esencial sigue siendo que las luces navideñas se enciendan pase lo que pase y que los grandes centros comerciales no cierren.
Nacho Pará
músico y periodista
También publicó un libro de reflexiones sobre la música a propósito del concierto homenaje a George Harrison que tuvo lugar el 29 de noviembre de 2002 en Londres, en el Royal Albert Hall. ‘Concierto para George. Crónica íntima del último milagro Beatle’ (Lenoir Ediciones, 2022) es «un homenaje a un hombre, George Harrison, y a su música, su filosofía y sus amigos, su vida y su concepción del amor, su personalidad y sus éxitos, también sus fracasos, sus virtudes y sus defectos, todo contado con rigor y fluidez, de forma amena y a la vez emotiva, erudita pero nada rígida, un libro que hay que tener y disfrutar.» dijo Jorge García, director y editor de ‘Revista Sh Exilio’.
Para se refirió a aquel volumen en estos términos: «Es un milagro porque fue la última vez que la familia Beatle, los supervivientes del grupo en aquella época, ahora son menos, pudieron reunirse». «Fue», dijo, «un concierto maravilloso donde todos los amigos músicos que habían acompañado a George Harrison se reunieron para rendirle homenaje». No fue un libro sólo de entrevistas, aunque recogió testimonios de Paul McCartney, Eric Clapton, Ringo Starr, Tom Petty, Billy Preston, Jeff Lynne y otros grandes aliados musicales de George Harrison. También incluyó lo que llamé relieves, «textos escritos ahora sobre un mundo que nos ha abandonado. Los personajes están entrelazados y la obra entera parece una novela coral. Siempre recordó una entrevista que le hizo a Lou Reed. Incluyó en ese volumen no sólo músicos, pero también actores, directores, filósofos, comediantes, refugiados, filólogos e historiadores.
En los últimos años colaboró con la revista ‘Político & Prosa’, firmando su último artículo el 1 de diciembre: ‘Ílvia Pérez Cruz, el poder de la fragilidad’, en el que decía que sola o acompañada, siempre ha cabalgado entre la tradición y la audacia, entre el jazz y el flamenco, entre el cante mediterráneo y las ganas de innovar.
Sobre Nacho Para y Bantastic Fand, Fernando Neira escribió una vez en ‘El País’: «Nacho Para tiene algo de romántico y de extemporáneo, y eso produce admiración y hasta un poco de envidia. Sus nuevas 12 canciones son el delicioso catálogo de un tipo con suficiente memoria y experiencia para almacenar toneladas de sabiduría sobre country, folk y americana en su disco duro. Ya teníamos una buena impresión del trovador cartagenero a raíz de los tres discos de Bantastic Fand, grupo en el que cantó y compuso casi todo y que viene gozando de cierto prestigio en ese circuito de salas pequeñas, entrañables e imprescindibles.