Antonio Calvo Calvomejor conocido como ‘El brujo’ de burladoFalleció anoche a los 80 años aquejado de una enfermedad y con una larga trayectoria profesional por delante, más de 50 años como médico naturópata. Fundador de Laboratorio de Productos San Antonio en 1973, en los años setenta y ochenta, en el local de la calle San Miguel de Burlada, atendía a más de 200 y 300 personas diarias que padecían distintos problemas y enfermedades. «El mejor curandero que tuvo Navarra», así lo define una generación que lo conoció de cerca. Para toda aquella gente que llegó a tiempo y para los que acabaron colando, había un remedio: las míticas hierbas naturales de su herbolaria que había que mezclar y hervir. Una clientela que llegó literalmente en procesión a recibirlo, muchos de ellos en autobuses procedentes de otras comunidades. Querido y admirado, fue pionero de la medicina natural, la fitoterapia y la naturopatía, y el único iridiólogo de Navarra en aquellos años. Pronto se convirtió en una institución.
Junto a su familia impulsó la creación de lo que hoy es el laboratorio de la ACPG El naturalista en Oricáin que su hijo corre Rubén Calvo Gaspar.
Se jubiló con 70 años después de más de 50 años trabajando «sin descanso, trabajaba de ocho de la mañana a nueve de la noche», admite Rubén, de 52 años, uno de los cinco hijos que tuvo. naturales de Cáceres (Cadalso de Gata) de donde procedían las plantas, allí fundó un secadero. Desde muy pequeño descubrió que tenía un don como pastor para curar a sus ovejas a base de plantas, «sabía reconocerlas y para qué servía cada una de ellas», admite su hijo Rubén. Pronto la gente se dio cuenta de su talento y, desde los 14 años, venían del pueblo a consultarlo sobre temas de salud. Su fama pronto se extendió por Cáceres, y de allí pasó a trabajar a Salamanca y luego a Pamplona. Estudió botánica en Salamanca y se formó como iridiólogo en los Estados Unidos. Era un hombre muy creyente, “que daba gracias a Dios por el don que le había dado”.
Calvo falleció en su casa de Pamplona, víctima de una úlcera de estómago que se complicó con una gripe, acompañado de su familia y su mujer. Puri Gaspar. «Defendió la medicina alternativa pero nunca dijo que debería abandonarse». medicina tradicionalDijo que había que armarlos, integrarlos”, dice Rubén. “Miró el iris y en dos minutos hizo un diagnóstico exacto. Su secreto fue abordar el origen de la enfermedad… de esta manera facilitó el embarazo de muchas mujeres, ha curado a enfermos terminales con cáncer, casos de psoriasis aguda tanto en bebés como en adultos…», dice su hijo «Siempre me recetaba hierbas, no 42 registros con su fórmulas maestras plantas más simples, pero nunca aconsejó abandonar lo que el médico le había recetado por una enfermedad», concluye.
«Se dedicaba a los enfermos en cuerpo y alma pero no le gustaba la fama y nunca concedió una entrevista a los medios», asevera.
La figura de Antonio crece cuando se conocen sus orígenes: “Nos contó lo que le pasó que siendo pequeño, una noche mientras pastoreaba el rebaño de ovejas en casa, le azotó una fuerte tormenta con granizo, y cayó inconsciente. Se refugió en un rincón del granero y al despertar encontró el granero destruido y en un rincón sobrevivieron él y las ovejas. Desde esa noche se dio cuenta que algo había cambiado y descubrió un regalo que siempre había creído que era suyo. intuición para reconocer el poder de Dios para la curación de las plantas tanto en los animales como en las personas», concluye su hijo.