Un hombre de 63 años ha fallecido tras permanecer ocho meses en coma tras recibir un botellazo en la cabeza el día de Nochevieja. El hombre fue encontrado semiinconsciente en la acera de Chilches, en la Costa del Sol Oriental. Según la mujer que lo encontró y llamó al 112 Andalucía, sangraba profusamente y emitía una especie de sonido «como el de un ronquido».
Una investigación de la Policía Nacional determinó que la víctima, Salvador, había sido golpeada en la cabeza con una botella. Un juzgado de Vélez-Málaga abrió diligencias por dos delitos: lesiones graves y omisión del deber de socorro. La investigación condujo a la identificación de una joven de 19 años como presunta autora de la agresión.
La joven fue detenida en marzo y quedó en libertad bajo fianza. Salvador, conocido por todos como Salvori, todavía estaba vivo en ese momento y, aunque había salido del coma, le quedó una hemiplejia que le mantuvo postrado en una residencia de ancianos. Murió este verano.
Muy complejo
Tras conocerse la muerte de la víctima, la jueza dictó un nuevo auto en el que solicita a los peritos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga que emitan un informe sobre la «relación de causalidad» entre el botellazo y la muerte de Salvador.
Agentes de la Policía Local de Vélez-Málaga, que en sus informes califican la investigación de «muy compleja», tomaron declaración a decenas de testigos para reconstruir lo ocurrido la Nochevieja de 2023 en la puerta de un bar de Chilches situado cerca de la urbanización El Cañuelo y detuvieron al presunto autor de los hechos para interrogarlo.
El 31 de diciembre, la joven se encontraba trabajando en un chiringuito de la localidad, donde se encontraba bebiendo con sus compañeros para celebrar el Año Nuevo. Al terminar su turno, se fue con dos de ellos a otro bar para reunirse con su hermano, donde continuaron bebiendo.
Presunto manoseo
Según una reconstrucción de la noche realizada por los agentes, el establecimiento cerró sobre las 21 o 21.30 horas. La presunta agresora, su hermano, una pareja de jóvenes y Salvador permanecieron en la terraza, apurando las últimas copas. La chica se habría puesto agresiva y comenzó a amenazar al grupo, especialmente a la víctima.
Los testigos dijeron que no sabían por qué la mujer se había vuelto agresiva y su hermano intentó sin éxito llevarla a su casa para la cena de Nochevieja familiar. La joven comenzó a hacer llamadas telefónicas en voz alta, tan fuerte que algunos vecinos se asomaron a las ventanas. Estaba llamando a su novio para que la recogiera de inmediato.
La investigación policial no ha podido determinar por qué la actitud de la joven cambió tan repentinamente. Tras ser detenida, la joven declaró a la policía y al juez que Salvador la había «tocado» y que eso provocó su reacción. Sin embargo, ninguno de los testigos observó este comportamiento ni ningún comportamiento inapropiado por parte de él.
Cincuenta minutos para que llegue la ambulancia
El grupo se dispersó y ella se quedó sola con Salvador. Para entonces, ambos habían bebido demasiado. La agresión se produjo entre las 22.45 y las 23.00 horas, pero no había testigos ni cámaras cerca. Nadie acudió en su ayuda ni llamó a los servicios de emergencia.
Pasada la medianoche, la camarera y el hermano del presunto agresor, que son amigos, encontraron a Salvador en estado grave y alertaron a otra mujer que llamó al 112. La ambulancia tardó otros 50 minutos en llegar, según testigos.
Salvador se encontraba ingresado en el Hospital Comarcal de la Axarquía de Torre del Mar, pero a primera hora de la mañana fue trasladado al Hospital Regional de Málaga capital debido a la gravedad de su estado. Ingresó con un traumatismo craneoencefálico grave y presentó una hemorragia intracraneal masiva.
Durante su estancia en la unidad de cuidados intensivos, el personal de enfermería observó que había recibido más de un golpe en la cabeza, uno en cada lado. El 12 de enero fue sometido a una intervención quirúrgica de urgencia, pero su estado no mejoró.