Varios cientos de brasileños presentaron sus últimos respetos a Pelé el lunes 2 de enero, cuatro días después de su muerte. Los hinchas del tricampeón del mundo pudieron saludar el féretro ubicado en el centro del césped del estadio de las primeras hazañas del ‘Rey’ del fútbol en Santos.
Las puertas del estadio Vila Belmiro, del Santos FC, se abrieron a las 10:00 horas (13:00 GMT) para un velatorio de 24 horas. Cuando se les permitió entrar, los fanáticos vitorearon y comenzaron a gritar: «¡Pelé, Pelé, Pelé!» El martes, una procesión recorrerá las calles de Santos, una localidad a 75 kilómetros al sureste de Sao Paulo, antes del funeral, al que solo asistirá la familia.
Decenas de coronas de flores, enviadas por personalidades del fútbol como la estrella parisina SG Neymar o clubes extranjeros como el Real Madrid, fueron colocadas alrededor del féretro, resguardado bajo una gran carpa blanca. Entre los primeros en saludarlo, el presidente de la Fifa, Gianni Infantino, quien vino especialmente a Brasil para rendir homenaje al que muchos consideran el mejor futbolista de todos los tiempos.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, viajó a Santos para asistir a un nuevo homenaje en honor al «Rey» Pelé
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) Alejandro Doinguez también estuvo presente junto a la esposa de Pelé, Marcia Aoki. En las gradas del recinto de 16.000 asientos se colocaron tres pancartas gigantes: una mostraba a Pelé de espaldas con la camiseta del ’10’ que inmortalizó el exdelantero, mientras que las otras dos decían «Vive el rey» y «Pelé 82 años».
«El más grande»
Muchos seguidores estaban presentes alrededor del estadio mucho antes de que se abrieran las puertas. Entre ellos, Carlos Mota, de 59 años, que vino especialmente desde Río de Janeiro, a unos 500 km de Santos, para rendir homenaje a Pelé. Viste la camiseta del Fluminense, su club favorito, y su hijo Bernardo, de 12 años, la del FC Barcelona. «Siempre le dije a mi hijo que había tres cosas que no se discutían: la pelota es redonda, el césped es verde y Pelé es el más alto», dijo a la AFP.
Aficionados de la Seleçao viajaron al estadio del Santos para rendir homenaje al «Rey» Pelé
«Nunca he visto jugar a Pelé en la vida real, solo algunos videos de partidos, pero estoy seguro de que es el mejor jugador de todos los tiempos», agrega el joven Bernardo. «Estoy muy emocionada. Nos encantaba ver sus partidos en familia», dijo Vera Lucía, una jubilada de 75 años que vive en Sao Paulo.
El ex jugador del Santos Serginho Chulapa besa a la leyenda del fútbol brasileño Pelé en su ataúd en el estadio Urbano Caldeira de Santos
Afuera del estadio, ramos de flores adornan un busto y una estatua de Pelé, mientras se desplegaron pancartas con su efigie en otra parte de la ciudad donde también hay un monumento a su memoria. «He encantado al mundo con el balón en los pies», decía uno de ellos.
«Eterno»
En el resto de Brasil también se vieron homenajes como en una de las paredes de la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en Río de Janeiro, donde hay una imagen gigante del ex número ’10’ con la camiseta del la «Seleçao» y la palabra «eterna». También se guardó un minuto de silencio en su memoria el domingo durante la toma de posesión del presidente Luiz Inacio Lula da Silva en Brasilia.
El ataúd de la leyenda del fútbol brasileño Pelé llevado al estadio Urbano Caldeira de Santos.
Se ha reforzado la seguridad en el aeropuerto de Congonhas de Sao Paulo en previsión de la llegada de deportistas, políticos y otras personalidades que planean asistir al velatorio, según el diario Folha de S. Paulo. La muerte del genial jugador, que anotó 1.283 goles en sus 21 años de carrera, la mayoría con su club Santos, traspasó Brasil y desató un tsunami de condolencias. Edson Arantes do Nascimento, conocido como Pelé, pasó un mes en el Hospital Albert Einstein de Sao Paulo hasta su muerte el 29 de diciembre por insuficiencia renal y cardíaca, bronconeumonía y adenocarcinoma de colon, según el certificado de defunción publicado por varios medios locales.
“Estuvimos con él” el 21 de diciembre, aseguró su hermana María Lucía. “Él estaba muy tranquilo, hablamos un poco, pero ya sentí que él lo sentía, ya sabía que se iba a ir”, testificó.
