Rafa Nadal, cariacontecido durante el partido ante De Miñaur. /
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El balear cierra la preparación para el Abierto de Australia con su sexta derrota en los últimos siete partidos
«Estoy con una desconfianza brutal». Son las palabras que Rafa Nadal relataba a sus entrenadores, Marc López y Gustavo Marcaccio, mientras Alex de Miñaur iba haciéndose poco a poco con la victoria en la United Cup. El balear no levanta la cabeza. Este lunes perdió su sexto partido en el circuito de los últimos siete que ha jugado y se despide del torneo por equipos con otra decepción, la última antes de que arranque el Abierto de Australia el próximo 16 de enero.
Nadal cayó ante De Miñaur (3-6, 6-1 y 7-5) en otro encuentro que rozó las tres horas (2:43) y en el que tras un gran primer set se fue encogiendo hasta que el Demonio, enardecido por su público, colocó otra derrota en el casillero del español. 0-2 en el inicio de temporada, bien distinto al 20-0 con el que empezó en 2022.
Empieza a haber una constante en estas derrotas de Nadal y es la incapacidad para cerrar los encuentros. En tres de las últimas seis derrotas el de Manacor se ha llevado el primer set y lo ha hecho con autoridad. Ha comenzado el encuentro con visas de victoria simple, rutinaria. Sobre todo porque ante Tommy Paul (París-Bercy), Cameron Norrie y De Miñaur (United Cup), los causantes de las remontadas, el cara a cara era inmaculado.
Al propio De Miñaur le había ganado en los tres precedentes anteriores y aunque este tenía al público muy a favor en Sídney, con Lleyton Hewitt además apretando desde el banquillo, el primer set hacía presagiar que iba a caer la cuarta victoria para Nadal. El balear estaba a un nivel excelso, sobre todo con un revés que dejó caer varias bombas y que le ayudó a inclinar la balanza con un 6-3 en unos 45 minutos.
Inesperado bajón
Su inercia ganadora le llevó a golpear primero también en el segundo parcial. 6-3 y 1-0 con rotura a favor, un vaivén que hace más doloroso el resultado final. De Miñaur, que muchas veces parece que lleva ruedas en lugar de zapatillas, siendo uno de los tenistas más rápidos del circuito, se llevó los seis juegos siguientes, en un inesperadísimo bajón de Nadal.
El segundo set fue un drama, con Nadal permitió diez oportunidades de rotura con su servicio. Su bajón imprimió un ánimo diferente a De Miñaur, jugador sin grandes victorias ante los mejores y agotado, pero capaz de brillar en escenarios tan propicios como este. Con el tremendo 6-1 a favor del aussie y otro tercer set decisivo en la palestra, a Nadal le golpeó la desconfianza.
El de Manacor desaprovechó tres puntos de rotura con 1-0 a favor, entregó su servicio con errores no forzados en el quinto juego y, aunque lo recuperó inmediatamente, no fue capaz de generar más peligro. Ni siquiera cuando estuvo a dos puntos de la victoria con 5-4 a favor, 30-30 y saque para el australiano.
Perder los últimos diez puntos del partido fue el puñal final para Nadal, que se marcha de los preparatorios para el Abierto de Australia con un fúnebre 0-2 y siendo la tercera vez que inicia el año con derrota, tras 2004 y 2015. El English ha dejado gotas de buen tenis y picos formidables, pero muchas dudas e inseguridades.
Para el primer Grand Slam de la temporada apenas quedan dos semanas y ahí Nadal defenderá el título y la montonera de 2.000 puntos. Hay mucho que mejorar para entonces.
