El Nàstic de Tarragona ha presentado una denuncia contra el colegiado Eder Mallo Fernández, colegiado del polémico partido del pasado 22 de junio contra el Málaga y en el que se frustró el ascenso del club catalán a Segunda División. El equipo tarraconense le acusa de un delito de falsedad documental en el acta del partido y otro de corrupción deportiva al tomar decisiones para favorecer al rival, según el documento adelantado por El mundo y La Vanguardia y al que ha accedido este diario. La denuncia fue presentada este lunes en los juzgados de Tarragona y aún no ha sido admitida a trámite, pero ya ha pasado a la historia como la primera vez en el fútbol español en la que un club interpuso una denuncia contra un árbitro.
Los hechos se remontan al 22 de junio, regreso del playoffs ascenso a Segunda División entre el Nàstic y el Málaga. Un partido polémico en el que el conjunto catalán se quedó con 10 jugadores en el minuto 63 y, aunque consiguió adelantarse en el marcador, la prórroga -que tuvo que ser parada por los lanzamientos de objetos al campo- se alargó hasta que el Málaga logró el 2-2 que le clasificaba para la Hypermotion League en el minuto 122. El Nàstic considera que nada de lo ocurrido fue casual. La denuncia sostiene que Mallo Fernández alteró deliberadamente el resultado y para ello aplicó el reglamento de forma «inconsistente» y con «favoritismo hacia el Málaga» debido a la «prolongación irregular del partido hasta que este equipo logró marcar un gol».
La denuncia remitida al juzgado indica también que el árbitro mostró tarjetas «de forma inexplicable desde el punto de vista reglamentario». En total, los jugadores del Nàstic recibieron cinco tarjetas amarillas y una roja, mientras que los jugadores del Málaga no vieron ninguna. La documentación contiene un análisis del partido realizado por un ex árbitro de Primera, Xavier Estrada Fernández, que identifica «más de trece errores arbitrales flagrantes, entre los que destacan nueve acciones de jugadores del Málaga que deberían haber sido sancionadas con tarjeta amarilla».
El Nàstic acusa al colegiado de “predeterminación y alteración deliberada del resultado del partido” basándose en varios indicios que aporta un informe de la agencia de investigación Francisco Marco & Co. “En una cena, la noche anterior al partido, varias autoridades de Andalucía y El Málaga que había viajado a Tarragona para el evento afirmó que tenía el partido revisado. Lo único que les preocupaba era la reacción del público”, sostiene la denuncia, en alusión al testimonio del dueño del restaurante al que acudieron esa noche. Añaden un segundo testimonio, el de un camarero del bar donde supuestamente acudió el árbitro la noche anterior, las Tabernas Leyendas del Deporte de Salou (Tarragona). El empleado –y supuesto amigo del árbitro– contó que Mallo Fernández le dijo: “Me he cogido el número 3 del Nàstic”, en referencia a Nacho González, futbolista que fue expulsado en el minuto 63 del partido por dos amarillas. tarjetas y después de estrellarse. con el cuarto árbitro, lo que dejó al club catalán con un jugador menos sobre el césped. La denuncia también señala que el camarero aseguró que el árbitro sabía un mes antes que iba a ser designado para el partido y que «probablemente lo iban a subir de categoría después de que se celebrara este partido», algo que le permitiría pasar de “ganar después del partido de 20.000 a 100.000 euros anuales”.
La denuncia, elaborada por el penalista Fermín Morales, alude también a un delito de falsedad documental: según el texto, Mallo Fernández mintió cuando en el acta arbitral explicó que había temido por su integridad física en el vestuario del estadio del Nàstic tras el pitido final. . “Una vez estamos en los vestuarios, pudiendo acceder a ellos gracias a la ayuda de la fuerza pública, se producen multitud de incidentes en la puerta de nuestro vestuario”, reflexionó en el informe arbitral. Y agrega: “Llegamos a temer por nuestra integridad física cuando vimos que nos abrieron la puerta y nos regañaron (…) La seguridad actual nos dice que les es imposible sacar y controlar a estas personas porque, según «Por lo que nos dicen, son varios directivos y dueños del club». Los insultos y amenazas que constan en el acta fueron el motivo de que la RFEF sancionara al equipo catalán con el cierre de su estadio durante cuatro partidos y una multa de 9.000 euros. El informe elaborado por los Mossos. d’Esquadra esa primera jornada asegura que la integridad física del cuerpo de árbitros no se vio comprometida en «ningún momento», ya que el vestuario de los árbitros «está situado en un pasillo de acceso restringido y garantizado por vigilantes de seguridad». «
Además, el Nàstic aporta como prueba una conversación del 25 de noviembre de este año entre un detective privado y Mallo Fernández. La denuncia recoge las palabras que, supuestamente, dijo el propio árbitro: «Les dije a estos muchachos cómo entran tenemos que pegarnos, sino vamos a quedar como tontos aquí, y él dijo que no, no, que no venga nadie». aquí.» “Sabía que nadie iba a entrar (al vestuario), ni siquiera Dios”, continuó. Y agregó: “No es agradable pero ya está. “Ni siquiera Dios me ha atacado”.