En 1990, con sólo 33 años y una carrera de 14 años repartidos a partes iguales entre Las Palmas y Barcelona, comprendió que su carrera había terminado. “Jugué desde que tenía 17-18 años. Ya tenía familia, hijos y ya era hora de estar con ellos. Me dije que tenía que disfrutarlos a ellos y a mi gente”, dice Gerardo Miranda, que hoy ‘vive’ el partido de Montjuïc con el Diario AS.
Sobre todo En Las Palmas era un chico para todo. “Jugué de todo menos de portero: líbero, lateral derecho, lateral izquierdo, interior por ambos lados… Donde fuera necesario”, confiesa. esta valiente defensa internacional que Tocó la Copa de Europa de 1986 con el Barça (“tuve la suerte de jugar una final”) y el Mundial de México de 1986, víctima como fue de los problemas de asma que le surgieron cuando llegó a Barcelona unos años antes.
Al otro lado del teléfono descubres un hombre tranquilo hasta el extremo y que nunca deja de sonreír. La pausa y la calidez de su hogar en Santa Brígida, hermoso lienzo en ese museo natural que se forma en Gran Canaria, enciende la mecha de los recuerdos. De Maradona a Germán Dévora, pasando por estar a punto de haber jugado en Cruyff sin dejar de sobrevolar el frustrado fichaje por el Madrid.
Te retiraste en 1990 y desde entonces te ‘alejaste’ del mundo del fútbol. ¿Dónde podemos verte ahora?
Estoy jubilado (risas). Estoy en casa, haciendo mis cosas. Desde que dejé Barcelona, en 1988, volví a mi casa, a Santa Brígida. En ningún lugar se vive mejor que en Gran Canaria (nueva risas).
Jugó en Las Palmas y en el Barça. Aunque te retiraste en 1990, hace 34 años, sigue siendo un partido especial para ti.
¡Hombre! Por supuesto que lo es. Estuve en esos dos equipos, además de siete años en cada uno de ellos. Mitad y mitad. De ambos guardo recuerdos muy especiales, por supuesto.
Aterrizó en el Barça, tras cinco años en Las Palmas, en 1981. ¿Cómo recuerda aquel fichaje?
Me habían dicho que el Barcelona estaba interesado en mí. Fui a un partido de la Selección que era un homenaje a Pirri, y allí me lo confirmó García Panasco (líder histórico de Las Palmas). No había descubierto nada. Hubo comentarios pero no les di importancia hasta que me lo contó. Entonces todo pasó muy rápido.
Estuvo muy cerca de haber ido al Real Madrid.
Sí. García Panasco fue a hablar a las oficinas del club (de Madrid). Está claro que no se pusieron de acuerdo y a la media hora llamó Núñez, quien dio lo que quería la Unión Deportiva Las Palmas.
Ahora mismo, con tanto flujo de información, hay mucho traspaso de jugadores de Las Palmas al Barça, tanto en categorías inferiores como en un universo más profesional: Sandro, Pedri… ¿Tuvieron más mérito en su época?
Creo que el jugador que destaca siempre está en órbita (risas). Los grandes equipos están pendientes de todos ellos. Todos tienen el mismo mérito. Pedri es un gran futbolista. Ya había hecho una gran temporada en Las Palmas y muchos equipos se fijaban en él. En mi caso también tenían sus exploradores. Transmiten información y tienen mucha documentación sobre los jugadores que quieren fichar.
«Maradona era un futbolista impresionante, el número 1. Pero como persona creo que era aún más».
En Barcelona tuvo la fortuna de jugar, entre otros, con Diego Armando Maradona. ¿Cómo fue?
Una gran persona. Como futbolista, impresionante. Un jugador increíble, el número 1. Pero como persona creo que fue más. Era muy buen compañero, muy buena gente.
Durante esa estancia en el Barça también conoció a otra figura capital de nuestro fútbol como Luis Aragonés.
Luis era como un padre para los futbolistas. Fue un gran entrenador, habló mucho con los jugadores y nos trató de maravilla. Sí, un gran técnico.
Ganó varios títulos con el Barça. ¿Tienes algún recuerdo especial de alguno de ellos?
Hombre… Especial, cuando ganamos la Liga, en 1985, en el que salimos campeones cuatro partidos antes de terminarla. El último 7-8 siempre hubo penalti en nuestra contra o algo así… Cuando ganamos recuerdo que en Valladolid, en el último minuto, nos dieron penalti y Urruti, que en paz descanse, lo paró y ahí nos pudieron cantar el alirón (el partido acabó 1-2 con goles de Mágico González, Clos y Alexanco (Miranda jugó los 90 minutos).
Cumpliste el sueño de innumerables futbolistas. Jugó muchos años en su equipo de casa y muchos más en uno de los mejores equipos continentales, como el Barça. Allí ganó títulos pero, precisamente, se le escapó la Copa de Europa.
Sí. Lo perdimos en Sevilla en los penaltis y con mucha mala suerte. Pero al menos tuve la suerte de poder jugar una final de la Copa de Europa.
En este caso, también estuvo muy cerca de jugar el Mundial de México 1986.
Pues si. Hice toda la clasificación pero luego tuve algunos pequeños problemas de salud. Según me dijeron en la Federación, era un lugar de gran altura y yo tenía alergia. Era otro compañero…
Sus famosos problemas de asma. ¿Cómo duraste 14 años en la élite?
Correcto. Empecé a sufrirlos sobre todo cuando llegué a Barcelona. Fue un tema de alergia porque allí había mucha humedad. También lo hay aquí, en Gran Canaria, pero allí había mucha contaminación. La verdad es que no lo pasé nada bien. Me hice un tratamiento y al final te quedas con él.
Estuvo siete años en el Barça y otros tantos en Las Palmas. La suma de 14 coincide con un número mágico en la historia de Barcelona. Estuvo a punto de ser entrenado por Cruyff.
(Vuelve a sonreír). Jugué muchos partidos contra él mientras estuve en Las Palmas. Luego llegó el año del motín del Hesperia, en 1988. Varios compañeros nuestros tuvieron que marcharse y fue entonces cuando llegó Johan Cruyff (risas). Fui al estadio porque fui de los últimos en salir. Lo saludé. Me dijeron que todo estaba arreglado y me fui a casa. Fue el problema del motín de Hesperia. Tenían una opción sobre mí que no ejecutaron, así que volví a casa.
“No jugar para Cruyff era parte del trabajo. Muchos de nosotros tuvimos que irnos por el motín de Hesperia en 1988, que fue cuando él llegó”.
¿Estaba triste por no haber podido jugar con Cruyff?Hombre, son ventajas del trabajo. En dos años, máximo tres, casi todos los jugadores abandonaron el equipo que estuvo en la final de la Copa de Europa. Al año siguiente ganamos la Copa del Rey pero hubo muchos problemas porque no ganar la Copa de Europa fue una tragedia. Y era normal: juegas en casa y pierdes, hay una crisis increíble. Eso es lo que pasó.
Jugaste con uno de los mejores futbolistas de la historia, como Maradona, y tuviste tiempo para hacerlo con el jugador más importante de Las Palmas: Germán Dévora. ¿Cómo fue compartir vestuario con el ‘Maestro’?Hombre… Un número 1, un gran compañero, además de Castellano. Tuve la suerte de jugar con estos grandes futbolistas, que me formaron como jugador y también como persona. Jugué una temporada entera con ellos. Llegó Roque Olsen y la cosa ya estaba cambiando. Tendrían alrededor de 30 años. Había gente nueva, ficharon a Brindisi, Maciel… También eran muy buenos futbolistas. Y claro: los años pasan para todos también (risas).
Hablan de ti como de un gran lateral derecho.
Muchas gracias. En Las Palmas, por ejemplo, jugué de todo menos de portero (risas): líbero, lateral derecho, lateral izquierdo, interior por ambos lados… Donde hacía falta.
¿El futbolista Gerardo Miranda tendría cabida, hoy por hoy, en el Barça o en Las Palmas?
(lo piensa). El fútbol de hoy es mejor que aquel. Mi época fue muy dura. No nos cuidan como lo hacen hoy, eso enseguida, ¡pum! Tarjeta amarilla o roja y quedas en la calle. Creo que ahora el fútbol es más fácil en ese sentido. En mi época había mucho juego brusco. Sacarle la tarjeta roja a un futbolista era muy complicado. Hoy en día se les cuida más, lo cual también es muy bueno. Salen más jóvenes de 17-18 años. En mi época era otra cosa.
¿Qué partido esperas con ansias este sábado?
El Barça ahora ha tenido un pequeño bajón pero está jugando muy bien. Tienen un gran equipo y en casa están resolviendo muy bien los partidos. Presiona mucho en el centro del campo e inmediatamente sale al contraataque. Las Palmas, desde mi punto de vista, tendrá mucho espacio detrás de la defensa azulgrana y eso es lo que deben aprovechar.
«Las Palmas tendrá mucho espacio detrás de la defensa del Barcelona y eso es lo que deben aprovechar»
Una vez que te retiraste del deporte profesional, ¿seguiste vinculado al fútbol o empezaste a dedicarte a otras tareas?
Cuando llegué de Barcelona fiché por dos años más con Las Palmas. Bajaron a Segunda, y estando todavía en Cataluña me preguntaron si quería venir. Entonces regresé a mi casa. Después de esos dos años me retiré pero no seguí involucrado en el fútbol. Con los veteranos sí, claro, pero no como entrenador ni nada por el estilo. Se acabó. A algo más. Jugué desde que tenía 17-18 años. Ya tenía familia, hijos y ya era hora de estar con ellos. Me dije a mí mismo que tenía que disfrutarlos a ellos y a mi gente.
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