El programa de citas más famoso de la pequeña pantalla no cesa en su intento de emparejar a personas completamente desconocidas para que surja la chispa del amor. Cada noche, un gran número de solteros y solteras cruzan las puertas de Primeras citas emocionados de vivir una experiencia inolvidable. Sin embargo, rara vez se produce un enfrentamiento entre una de las estrellas de la noche y el presentador.
Sandra (33), una cuidadora colombiana, acudió al espacio de Cuatro confesando ser una persona muy espontánea y conversadora. Unas cualidades que demostró nada más conocer a Carlos Sobera. «Te escucho y me dan ganas de decir plata o plomo», dijo. Unas palabras que la soltera no dudó en reprochar al presentador.
»Qué tipo más fuerte, ya me gustabas mucho. «No quiero hablar más contigo», dijo la soltera, totalmente indignada. Y Sandra estaba harta de los prejuicios que siempre relacionan a su país natal, Colombia, con el mundo del narcotráfico. »Es un país hermoso, con una riqueza impresionante y lo que tenemos son esmeraldas, el mejor café del mundo, gente talentosa…», comentó.
Pero el tira y afloja entre el presentador y la soltera continuó cuando este le preguntó qué tipo de hombre buscaba. »Uno que no me diga dinero ni plomo», contestó Sandra entre risas. «Empezaste mal, hay que admitirlo», comentó Matías Roure. Su cita era Raúl (31), un dependiente manchego que se consideraba «demasiado bueno». «Doy más de lo que recibo en el amor», dijo.
Tras una gran primera impresión, el presentador acompañó a los novios hasta su mesa, donde comenzaron la velada hablando de sus orígenes. El soltero se quedó sin palabras al descubrir que Sandra era de Colombia. »Da la casualidad que mi expareja también era colombiana y de la misma ciudad que ella», dijo. Pero las coincidencias entre ambos no dejaron de surgir, ya que el colombiano se llevó una grata sorpresa al saber que Raúl vivía en Alcalá de Henares. »Me encanta la ciudad, Don Quijote. «Me fascina», subrayó.
En cuanto a sus pasatiempos favoritos, los solteros coincidieron en lo mismo: viajar. No contentos con compartir su pasión por los viajes, también hicieron partidos con destino: Viena. Algo que los dejó a ambos completamente confundidos. »¿Cómo es posible? Es la primera vez que pienso en ir a Viena desde que estoy en España», comentó.
Sandra y Raúl, destinados a encontrarse
En un momento de la velada, Sandra confesó que lo único que busca en el amor son los valores tradicionales y básicos en una relación. «No entiendo por qué tengo que pedirle a alguien que sea fiel o leal cuando es lo mínimo», dijo. »Todo tiene que basarse en eso, no hay que pedir nada. Es querer algo racional en una pareja», comentó Raúl.
En la recta final, Raúl se abrió y reveló que había tenido un problema de sobrepeso. »Pesaba 120 kg y decidí cambiarlo y a partir de ahí me puse al frente del deporte y la nutrición», explicó. »El cambio es sorprendente y eso significa que hubo mucho trabajo», dijo. Luego de una cita llena de complicidad y buenos momentos, los solteros aceptaron una segunda cita para ver si la suya podría ser el comienzo de una hermosa historia de amor.