Pamplona siempre es un destino apetecible, más allá de sus archifamosas fiestas de San Fermín en julio. Una capital autonómica, con menos de 200.000 habitantes, que mantiene el espíritu y la esencia de las ciudades de provincia, con un casco antiguo en el que cada local es una invitación a entrar a disfrutar de un vino y un pincho.
Pero más allá de los encantos de la ciudad, que es una de las principales paradas del Camino de Santiago, la belleza de sus alrededores y el trayecto hasta llegar es un momento de disfrute para cualquiera al que le guste viajar. Un placer que se agranda si lo haces con un vehículo de lujo, como el Maserati Grecale Trofeo, que convierte los 415 kilómetros desde Madrid en un paseo, a pesar de circular en medio de niebla y lluvia.
Un trazado que combina autovías, autopistas de paz y, lo más divertido, rutas por carreteras comarcales que te ayudan a atravesar localidades llenas de encanto, como Medinacelli, Almazán, Ágreda o Cintruénigo. Y, especialmente, un lugar cargado de encanto como es Olite, donde su imponente castillo lo lleno todo.
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Trofeo Maserati Grecale
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Arrancamos desde Madrid por la A-2 hacia Guadalajara, continuamos hasta el kilómetro 163, momento en el que cogemos el desvió hacia Soria, para circular por la A-15 durante casi medio centenar de kilómetros. A la altura de Almazán tomamos la CL-101 hacia Ágreda. La lluvia nos acompaña todo el rato en una zona de carretera estrecha en la que se circula con tranquilidad a pesar de que no es excesivamente recto.
Los casi cinco metros de longitud del Maserati Grecale y los cerca de dos metros de anchura, con su motor de gasolina de 530 CV, caja de cambios automática de ocho relaciones y tracción a las cuatro ruedas, transmiten seguridad. El vehículo, más que avanza, parece que navega sobre el agua que se acumula sobre el asfalto por la intensa lluvia propia del mes de marzo. La seguridad que transmite el vehículo hace que los kilómetros más complicados de la ruta los devoremos de forma tranquila.
Características del Grecale Trofeo
MOTOR: Gasolina de 530 CV VELOCIDAD MÁXIMA: 285 km/h ACELERACIÓN: 3,8 segundos de 0 a 100 km/h CONSUMO: Desde 11,2 litros a los 100 km MEDIDAS (largo / ancho / alto, en metros): 4.859 / 1.979 / 1.659 MALETERO: 570 litros PRECIO: 136.350 euros
Los pocos vehículos que nos encontramos durante el trayecto los superamos con facilidad gracias especialmente a la aceleración (3,8 segundos de 0 a 100 km/h), que permite avances en muy pocos metros. También ayuda de forma especial los hasta cinco modos de conducción (Comfort, GT, Sport, Off-Road y Corsa), que permite seleccionar cuál es el ideal para cada momento.
Además, la suspensión del Grecale Trofeo absorbe a la perfección las irregularidades del terreno para que en el interior conductor y los pasajeros tengan la sensación de flotar sobre una alfombra voladora.
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Trofeo Maserati Grecale
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En la consola central hay una pantalla de 12,3 pulgadas para el sistema multimedia —o Maserati Intelligent Assistant, abreviado como MIA— y, debajo de ella, otra de 8,8 para manejar algunas funciones como el climatizador o las regulaciones de los asientos. . El maletero tiene un volumen de 570 litros.
El último tramo del recorrido es por autopistas de peaje, donde se puede sacar una buena media si en los kilómetros anteriores por carreteras comarcales hemos tenido que superar un camión.
A cuarenta kilómetros de Pamplona conviene dejar la autopista y desviarse levemente para visitar Olite, donde en su recinto medieval puedes viajar en el tiempo al siglo XIII y recrearse contemplando uno de los castillos más bonitos de España, el Palacio de los Reyes de Navarra. Una construcción de carácter cortesano y militar (siglos XIII y XIV), que fue una de las sedes de la Corte del Reino de Navarra a partir del reinado de Carlos III, «el Noble».
Ya en Pamplona, es recomendable buscar un hotel en el centro histórico para disfrutar de sus callesjuelas. Recordar que esa zona es de tráfico restringido porque es peatonal y hay que aparcar en un aparcamiento público o elegir un hotel que disponga de uno para evitar alguna multa posterior.