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Este 15 de mayo se cumplen 76 años de la ilegal partición de Palestina y la creación -también ilegal- del Estado Sionista de Israel.
En unas pocas semanas, unos 800.000 palestinos fueron expulsados por bandas sionistas de sus tierras y hogares. Inicio formal de la limpieza étnica y el genocidio contra la población palestina.
La masacre criminal en Gaza, la escalada de agresiones en Cisjordania, son episodios actuales de ese genocidio que comenzó hace 76 años y nunca se detuvo.
Por eso el pueblo palestino llama a ese horror AL NAKBA -El Desastre-, y cada año recuerda al mundo entero que las condiciones de vida -y de muerte, sobre todo- del pueblo palestino persisten y empeoran bajo la brutal e ilegal ocupación militar de Israel y la presión genocida y limpieza étnica que tiene su expresión más inhumana e impune en Gaza y que ha provocado el mayor movimiento de solidaridad universal -bendita sea- que haya tenido la causa palestina a lo largo de su historia.
Es en este contexto de sufrimiento, muerte y esperanza en la victoria final que miles de estudiantes, y otros que no, han desfilado por las calles de Barcelona.
Evidentemente, «Libertad para Palestina», «no es una guerra, es un genocidio», «las tierras robadas serán recuperadas»… fueron las consignas más coreadas.
Que Alá, o quien sea, bendiga a los estudiantes del mundo y a tantos otros que están dando una lección histórica de decencia y lucha por una causa, la causa palestina, que merece una solución justa después de casi un siglo de olvido. Una salida justa es, al mismo tiempo, una contribución decisiva a la paz mundial.