Marina Ríos Se ha convertido, sin duda, en uno de los protagonistas indiscutibles de la presente edición de ‘MasterChef Celebrity’. Desde un principio se convirtió en una de las favoritas del público por su cercanía y la madurez que tiene a pesar de su edad. También por la forma de afrontar los comentarios de Pelayo Díazotro de los concursantes, que ha sido duramente criticado en las redes sociales. Durante estas semanas, la joven había optado por no hablar. Sin embargo, habló alto y claro de lo vivido durante una entrevista en ‘Nude Project’.
«Hubo cosas que me enteré y otras que no me enteré. E hizo un par de comentarios que no fueron muy buenos, un poco fuera de lugar. Quizás se lo tomó un poco conmigo”, dice Marina Rivers. Aunque es consciente de que todo ocurrió en un programa de entretenimiento y que cada uno hace el papel que quiere: «Siempre hay como un villano en cada edición de ‘MasterChef’, y no pasa nada, me parecen divertidos». Eso sí, para ella no todo vale. «Hay ciertas maneras que son un poco… Pasa como cuando en el colegio hay el típico que hace un poquito de ‘bullying'», desliza, en referencia a los que se meten con sus compañeros.
Aunque no quiso entrar en detalles, sí dijo que las continuas actitudes de Pelayo Díaz acababan con su paciencia: «Me sentí un poco como en el patio de un colegio, a veces, ¿sabes? Y llegó un punto en el que no pude más y dije: ‘Oye, aquí estamos todos en la misma situación’. Esto es un programa de cocina, lo vamos a pasar bien, vamos a entretener a la gente, pero… No.’ Y fue entonces cuando lo llamé villano, y listo. Y luego lo echaron”. También asegura que no fue algo falso ya que siguió el comportamiento del estilista detrás de escena.
Subrogación
No es la única polémica en la que se ha visto envuelta la estilista en las últimas semanas. Un comentario que hizo sobre la subrogación lo convirtió en blanco de muchas críticas. «Me faltan unos euros, si te sobra…», bromeó cuando Marta Riesco Preguntó por su costo. La broma, considerada inapropiada por varios internautas, fue calificada de frívola y deshumanizante. «Deshumaniza la paternidad» o «comprar un bebé es no ser padre» fueron dos de los cientos de mensajes que inundaron X -el viejo Twitter-.