Banco Sabadell ha decidido volver a casa, aunque no es Navidad, como ocurre con el anuncio de turrón. Pero hay variables que facilitan esta decisión traslada su sede a Sabadellla ciudad que le da nombre; y que contrasta con los motivos que provocaron su traslado a Alicante en 2017 por referéndum independentista del 1-O y el ‘procés’ y que rompe con la tendencia que mantenía hasta hace poco de descartar un regreso.
algunos son de personaje político: ese clima de «normalidad» que utilizan desde el presidente Salvador Illaa quien desde el mundo empresarial se atribuye buena parte de la desescalada política de Cataluña desde que llegó a la presidencia de la Generalitat. Otros motivos tienen que ver con la oferta de compra (oppa) con intenciones de una fusión que BBVA tiene en marcha con Sabadell y a la que no sólo se opone su junta directiva, sino todo el arco político, incluidos el gobierno central y el catalánasí como el mundo empresarial, económico y social catalán.
El Gobierno, de hecho, tiene importantes palancas para obstaculizar la operación. Es muy probable que pueda imponer condiciones adicionales a las que finalmente fije la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para hacerla menos significativa económicamente. Y también puede vetar la fusión, si la opa tiene éxito, para reducir sinergias (ahorro) y que el BBVA no saque los números. Ante este nuevo paso, el conjunto de origen vasco se ha apresurado a asegurar que la decisión del Sabadell no afecta las «bondades» que promueve su funcionamiento. En cualquier caso, el proceso sigue estancado en el CNMClo que lo ha llevado a una segunda fase que supone más tiempo para el análisis.
Lo que es evidente es que Sabadell con este paso consigue reforzar su vinculación simbólica y arraigo (la principal sede operativa nunca salió de Sant Cugat del Vallès) con Cataluña, donde nació a finales del siglo XIX. La toma de poder ha provocado un rechazo masivo de la clase política y de la sociedad civil. Y eso refuerza los argumentos en contra de su absorción por parte del BBVA ya que Illa, que se opone a la operación, es de la misma filiación política que el Gobierno central, que la ha rechazado públicamente por la concentración que provocará en territorios como Cataluña o Comunidad Valencianaasí como para reducir la oferta para las pymesque son uno de los pilares de la banca catalana.
Más del 40% del capital en manos de pequeños accionistas
Algo más del 40% del capital de la entidad de origen vallesano está en manos de pequeños accionistas que, a su vez, son en su mayoría clientes. Y luego están los inversionistas individuales como el inversionista de origen mexicano, quien también es director del banco que representa su participación, David Martínez Guzmán, con un 3,495%. Y otras institucionales que, en algunos casos, tienen participación en los dos bancos, como Blackrock (6,305% en Sabadell y 6,680% en BBVA), que podrían ser determinantes.
Desde Sabadell han intentado contener las posibles implicaciones negativas de su decisión en la Comunidad Valenciana. Sus políticos, a los que algunas fuentes señalan como posibles filtradores de la noticia, se han opuesto frontalmente a la opa, al igual que empresarios de la comunidad, pero su margen para obstaculizar la operación es limitado. Es posible, en cualquier caso, que el cambio de sede pueda influir en los accionistas valencianos y alicantinos de Sabadell a la hora de acudir o no a la oferta. Pero probablemente tenga más peso la cotización de los dos bancos implicados en ese momento: de momento, Sabadell acaba de pasar a valer en Bolsa más de lo que ofrece BBVA.
El Gobierno valenciano, en todo caso, señaló que su presidente, Carlos Mazónhabía hablado con el presidente del Sabadell, Josep Oliu, y su director general, César González Bueno. «Los directivos de la entidad han garantizado que ni la red de oficinas ni los puestos de trabajo de la comunidad se ven afectados en modo alguno por esta decisión», ha apuntado el Ejecutivo valenciano.
Cambio de criterio
La decisión del banco catalán supone un notable cambio de criterio. En abril pasado, el presidente Oliu Descartó por enésima vez que la entidad pueda devolver su sede a Cataluña. El banquero, en esa línea, evitó comentar el pacto de investidura PSOE-Junts que incluía desarrollar un plan que fomente el regreso de las empresas que se marcharon: «Cumplimos escrupulosamente la ley de sociedades de capital y la seguiremos cumpliendo.» Y también restó importancia a las entonces inminentes elecciones catalanas.
El movimiento supone ahora un gran respaldo a Cataluña ya que se trata de la primera gran empresa del Ibex que ha decidido tomar el camino de regreso y podría empujar a otros a seguirlo. hace unas semanas Molinsla cementera familiar del mismo nombre, tomó una decisión similar y devolvió su sede a Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat) después de 7 años en Madrid. Los ojos se han vuelto rápidamente hacia CaixaBankel otro gran banco catalán, pero ha descartado seguir los pasos de su rival: «Respeto absoluto a las decisiones que toman otras entidades. Nuestra sede está en Valencia por tiempo indefinido, no está en revisión».
Sabadell fue la primera de las empresas del Ibex que tomó la decisión de salir de Cataluña en 2017 a raíz del ‘procés’. Se había preparado para ello: en 2015 aprovechó un cambio legal del Gobierno de Rajoy para modificar sus estatutos de manera que la decisión pudiera ser adoptada por su consejo sin tener que llevarla a la junta de accionistas. Esto le permitió aprobar la decisión muy rápidamente.
Los dos bancos catalanes abandonaron su comunidad por un doble motivo. El principal era que padecían filtraciones de depósitos y clientes que se oponían al ‘procés’ o estaban preocupados por sus implicaciones. La secundaria, pero más relevante si realmente se hubiera producido la independencia, es que podrían haber quedado fuera de las inyecciones de protección e liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Sabadell eligió Alicante para tener la sede operativa de la extinta CAM, caja de ahorros que había absorbido unos años antes durante la crisis financiera.
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