¿Por qué una segunda infección por dengue puede ser peor que la primera?

Una de las principales interrogantes que rodean al dengue es por qué las personas pueden tener complicaciones más graves cuando sufren una segunda infección.
Para responder mejor a esta pregunta es necesario saber cómo funciona el virus, su transmisión y la forma en que actúa cuando está en el cuerpo humano.
Para ello, La Nación Conversó con la viróloga Eugenia Corrales Aguilar, quien estudia este virus desde hace más de una década, y con el microbiólogo y especialista en salud pública, Jorge Vargas, quien desde 1994 trabaja con el dengue y las comunidades afectadas.
El virus enemigo
Corrales indicó que el dengue es de la familia de los flavivirus, de la cual también forma parte la fiebre amarilla.
Este virus no tiene variantes (como sí las tiene el SARS-CoV-2, causante del covid-19), tiene serotipos. Los serotipos no tienen tanta variación genética, pero nuestros síntomas inmunológicos reconocerán la diferencia y, por tanto, podemos enfermarnos más de una vez si nos exponemos a diferentes serotipos. Una persona podría incluso enfermarse más de una vez en el mismo año.
El dengue es un arbovirus porque se transmite por artrópodos, es decir, no se transmite de persona a persona. Para el contagio es necesario un vector que tenga el virus y que pique a la persona.
En el caso del dengue, existen dos vectores: Aedes aegypti (característico de zonas más urbanas) y Aedes albopictus (que se observa en zonas más rurales, pastos y granjas). Estos mosquitos se caracterizan por picar durante el día y no zumbar.
La hembra del mosquito pica constantemente porque necesita sangre para depositar sus huevos en las paredes de los recipientes con agua limpia. Al entrar en contacto con el agua, eclosionan y se desarrollan como larvas. Vargas indicó que “de ahí salen muchos adultos”.
No todos los mosquitos son transmisores. Si una mujer muerde a una persona que tiene dengue, se convertirá en portadora. No podrá transmitir el virus inmediatamente, porque tarda unos 10 días en desarrollarse, pero puede ser más corto cuando las temperaturas son altas.
Una vez que el virus se haya desarrollado, el portador podrá infectar hasta morir y sus futuras generaciones nacerán con el virus.
El virus y su transmisión
Estas son las características del virus y la forma en que se transmite.
FUENTE: Eugenia Corrales Aguilar, viróloga; CCSS; Ministerio de Salud || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
El dengue como enfermedad
Cuando una persona está infectada, sus síntomas pueden tener diversas intensidades, empezando por aquellos que son asintomáticos. La mayoría de los pacientes presentarán malestar general, fiebre, dolor de cabeza y debilidad.
En algunos casos, especialmente en una segunda o tercera infección, puede ocurrir una afección llamada dengue, con dolores musculares intensos y dolor retroorbitario (detrás del ojo). También puede haber erupciones cutáneas, hemorragias y encías sangrantes al cepillarse los dientes.
En estos casos, es importante observar si existen señales de alerta; vómitos y dolor abdominal intenso Son características de las versiones más graves del dengue.
“Estas son las dos señales a las que hay que estar más alerta cuando una persona es diagnosticada”, dijo Corrales.
Los casos más graves pueden derivar en el llamado dengue grave, en el que la persona podría entrar choque. El manual del MCD cita dos características sobre el choque Por dengue: varios órganos fallan o dejan de funcionar y hay colapso circulatorio.
En Costa Rica solo se han registrado cinco casos de dengue grave durante 2023. Así lo confirmó Adriana Alfaro Nájera, epidemióloga del Ministerio de Salud.
La enfermedad y su prevención.
No todas las personas se complican, pero es bueno estar atentos a las señales de alerta y saber eliminar los criaderos para evitar la propagación del virus.
FUENTE: Eugenia Corrales Aguilar, viróloga; CCSS; Ministerio de Salud || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
¿Por qué hay más complicaciones una segunda vez?
La viróloga Eugenia Corrales indicó que el dengue es una inmunopatología. En otras palabras, el sistema inmunológico provoca complicaciones.
Cuando una persona está infectada con un serotipo, el cuerpo genera una respuesta inmune, que se activa y se mantiene de por vida (con pocas excepciones).
Estas defensas se mantienen durante unos seis meses, e incluso un año, para los demás serotipos que circulan. Al principio, explicó el virólogo, la respuesta inmune es muy amplia, pero a medida que madura se vuelve más específica y termina protegiendo solo contra el serotipo que infectó a la persona.
Si tiempo después el individuo se infecta con otro serotipo, el sistema inmunológico reconocerá el virus, pero sabrá que no es el mismo. En algunas personas se produce entonces una desregulación del sistema de defensa que provoca síntomas hemorrágicos y shock.
¿Por qué pasó esto? Corrales explicó que existen dos mecanismos por los que esto sucede.
Uno de ellos se llama inmunopotenciación mediada por anticuerpos. Esto significa que los anticuerpos que una persona ya tenía tras su primera infección se unen al nuevo serotipo y, en lugar de neutralizarlo y evitar que el virus infecte, más bien facilita su entrada en las células y se produce una mayor infección.
El otro mecanismo ocurre con las células T, parte de nuestro sistema de defensa. Se encargan de encontrar las células infectadas y eliminarlas. El problema es que en una segunda infección las células T reconocen las células infectadas, pero se “confunden” y no pueden eliminarlas. En cambio, liberan sustancias llamadas citoquinas y esto aumenta la inflamación.
Por eso, el microbiólogo Jorge Vargas es enfático en que se deben eliminar los criaderos. Si la hembra del mosquito transmisor no tiene forma de poner sus huevos, no habrá mayor circulación del mosquito y del virus, esto reducirá la probabilidad de infectarse más de una vez y por ende de dengue grave.
gn haelth