La mítica presentadora se sentó en ‘El Faro’ de María Torres para anunciar que se ha curado del cáncer y ha repasado su vida.
La mítica presentadora Mayra Gómez Kemp (76) se ha sentado en El faro de Mara Torres (La Ser) para contar su historia de superación. Hoy recibió el alta de oncología y se acordó de su marido (fallecido en 2021): «he sentido una liberacion. Alberto estaría muy orgulloso», confesó a Torres.
Su historia con el cáncer se remonta a 2009, cuando a la comunicadora le diagnosticaron cáncer de lengua a raíz de una llaga. Fue su dentista quien lo alertó. «Ella me salvó la vida. Me dijo que tenían que hacerme una biopsia y yo Le respondí que estaba exagerando.«. En 2012 volvió a escuchar la misma palabra, la misma enfermedad pero esta vez en la garganta y el cuello.
«Todo fue por culpa del tabaquismo. A pesar de las consecuencias, no quería esconderme, sentí que podía ayudar a los demás diciendo que esto existe y que podemos luchar», explicó en El faro.
La vida le puso obstáculos desde muy pequeña. Los padres de Mayra, Ramiro Gómez Kemp (1914-1981) y Velia Martínez Febles (1920-1993), fueron dos famosos artistas cubanos. Tuvieron que abandonar el país y refugiarse en Puerto Rico debido al gobierno de Fidel Castro. «Cuando salimos de casa, mi madre cerró la puerta dejando todo dentro. En el aeropuerto, un miliciano le rompió la cabeza a mi Nancy buscando las joyas de mi madre. En ese momento ella me dijo que no llorara y yo no lloré, ella no quería darles el placer”.
ÉXITO Y DESPEDIDA
Mayra se preguntó «¿Qué hago aquí?» cuando fue elegida para presentar la mítica Uno, dos, tres en Televisión Española: «No pensé en el éxito que tuvimos porque Si me detuviera a pensar en los 24 millones de personas que veía el programa todos los viernes, no habría hablado.
Ahora, una vez hecha la historia, se ve desde la distancia lo que nunca volverá a ser. «Quiero retirarme de la vida pública. Ahora que estoy curado, esta será probablemente la última entrevista que dé en mi vida. Te lo doy por ser quien eres (…) Quiero que la gente recuerde a la Mayra que vieron, la que tenía una dicción casi perfecta, la que se veía joven y bonita.»