La decisión del Gobierno de multar con casi 179 millones de euros a cinco de las mayores aerolíneas de bajo coste busca poner fin a algunas de las prácticas abusivas que llevan a cabo Ryanair, Vueling, Easyjet, Norwegian y Volotea y que causan importantes daños a sus pasajeros. El Ministerio de Consumo considera que cobrar por llevar equipaje de mano en cabina, exigir asientos contiguos en el caso de personas dependientes, no permitir el pago en efectivo en los aeropuertos o la falta de transparencia en el precio final del vuelo son hábitos muy perjudiciales para los pasajeros . usuarios a los que estas empresas deben acabar. Las aerolíneas ya han anunciado que recurrirán la sanción ante los tribunales. Serán ahora los tribunales los que decidan si les obligan a suspender estas estrategias con efecto inmediato o les permiten mantenerlas hasta que se dicte sentencia.
Pese a esta incertidumbre, no cabe duda de que se trata de una multa histórica, tanto por su cuantía como por ser la primera de estas características dictada por Consumo. Además, la sanción –que pone en tela de juicio prácticas que, en algunos casos, constituyen la esencia de un modelo de negocio– puede cambiar la forma en que opera el sector aéreo. Si el tribunal ratifica la sanción, España será el primer país de la Unión Europea en prohibir el cobro por el equipaje de mano.
Para poner freno a una anomalía denunciada desde hace tiempo por las asociaciones de consumidores, el Gobierno se basa en una decisión del Tribunal de Justicia de la UE, que en 2014 reconoció que no se puede cobrar a los viajeros por un elemento esencial: el equipaje de mano. . No determinó, sin embargo, las medidas ni el peso de lo que se considera como tal, lo que facilitó que algunas aerolíneas comenzaran a implementar en 2018 los cargos ahora sancionados, una política comercial que se ha ido extendiendo en el sector.
Las compañías se defienden asegurando que no se trata de actuaciones ilegales y que tendrán que repercutir estos costes en el precio de los billetes, lo que perjudicará a los pasajeros que viajen sin equipaje de mano. Corresponderá a las autoridades garantizar que la respuesta de las aerolíneas –aprovechando su poder para fijar libremente los precios del servicio que prestan– no socave los derechos de los consumidores. También hay que pedir a la recién estrenada Comisión Europea que acelere la armonización de las dimensiones de las maletas que pueden volar con sus propietarios sin pagar ningún suplemento, una normativa en la que las autoridades de la UE llevan meses trabajando y que servirá para dar más garantías. para empresas y consumidores.