El PSOE y Junts han celebrado hoy en Bruselas, y no en Suiza, la reunión que tenían prevista para esta semana después de que Carles Puigdemont anunciara el pasado viernes la suspensión de las «negociaciones sectoriales». Santos Cerdán, el negociador del PSOE, se ha desplazado a Bruselas para reunirse con Puigdemont en su casa de Waterloo, un cambio respecto a las reuniones anteriores, que fueron en Suiza y con el mediador internacional acordado entre ambos.
El nombramiento llega en un momento muy delicado en la relación entre ambas partes, que intentarán desbloquearla en este encuentro. El PSOE intenta convencer a Junts de volver a la senda de acuerdos que llevaban el año pasado, cuando cerraron el último gran pacto, el del paquete fiscal, con una negociación in extremis entre la propia vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y Puigdemont por videoconferencia.
El PSOE y Junts tienen varias negociaciones abiertas y en concreto el traspaso de competencias en materia de inmigración a la Generalitat de Cataluña está muy avanzado. Sin embargo, Junts insiste en que el PSOE no cumple y ni siquiera quiere sentarse a negociar los Presupuestos si primero no se avanza en todo lo demás. El voto de Junts es imprescindible cada vez que el PP no apoya al Govern, como en el pleno de mañana en el Congreso, donde el Ejecutivo corre el riesgo de perder varias votaciones si Junts no las apoya, incluida la del llamado decreto ómnibus.
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no ha querido confirmar la reunión al considerar que deberían ser las dos partes quienes lo hagan, aunque ha dicho que la tendencia es hablar de las negociaciones una vez se alcancen acuerdos. El ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha recordado que el decreto ómnibus, que depende del voto de Junts, incluye la revalorización de las pensiones de 12 millones de ciudadanos, ayudas al transporte público, la consolidación de la subida del salario mínimo y subvenciones a la electricidad -empresas intensivas.