‘Ranking’ de calidad democrática de los partidos: fracaso generalizado en la organización interna y en los sistemas electorales | España
«Las comunidades vecinas están sujetas a una mayor regulación legal que los partidos políticos». La frase, del libro. Desprivatizar a los partidos, de Joan Navarro y José Antonio Gómez Yáñez, aparece en las primeras páginas del categoría sobre la calidad democrática de las formaciones con representación parlamentaria nacional elaborado por +Democracia. La organización, formada por politólogos y sociólogos, pretende aportar ideas para mejorar el funcionamiento de las instituciones, y ya realizó un estudio similar en 2015, 2016 y 2017. Aunque el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) demuestra que los políticos y sus Los comportamientos son, para los ciudadanos, uno de los principales problemas del país, «el primero si se suman las categorías de problemas políticos en general, el mal comportamiento de los políticos y del Gobierno y de los partidos», como señala la presidenta de +Democracia, Cristina Monge―. y pese a que el Eurobarómetro indica que la confianza en las fuerzas políticas está en España (7% en 2023) muy por debajo de la media europea (21%), las notas del arco parlamentario no colaboraron en el examen. Sólo Compromis respondió a su cuestionario. Y que, dice Enrique del Olmo, sociólogo coordinador del estudio, “hubo una persecución durante semanas, por carta y por teléfono para que nos contestaran”. Para compensar esta falta de información, el equipo de investigadores consultó los materiales oficiales publicados en los sitios web de los partidos, entrevistó a algunos de sus líderes y analizó más de 700 noticias aparecidas en los medios.
El 40% de la nota del estudio corresponde a la puntuación obtenida en el apartado “organización interna”; 17% para “sistemas de elección de cargos públicos”; 12% para “derechos de los afiliados y su protección”; otro 12% por “transparencia”; 10% para “códigos de ética y responsabilidades de cargos públicos y ejecutivos” y 9% para “autonomía territorial”. Siguiendo este esquema, la calidad democrática de los partidos analizados (PSOE, PP, Vox, Podemos, Comunes, Compromís, Izquierda Unida, Más Madrid, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria) se sitúa, de media, en 5,5, siendo los Comunes los mejor valorados (8,3) y Vox el peor (1,8). Por debajo de la media y por este orden, se sitúan el PSOE (5,4); Juntos (5,3); PNV (4,9); BNG (4,8), CC (3,9); PP (2,6) y el partido de Santiago Abascal. El estudio no incluye a Sumar como tal «por su falta de definición interna», pero analiza las formaciones con representación parlamentaria que la integran.
El estudio analiza si hay participación, transparencia y rendición de cuentas, elementos esenciales, explica +Democracia, “para que cumplan adecuadamente sus funciones”. “Hemos constatado”, explica del Olmo, “que se ha avanzado en la formalización de los derechos, es decir, en la carta escrita, pero mucho menos en los mecanismos de distribución del poder”. El informe denuncia la “voracidad creciente de las principales fuerzas políticas” a la hora de “extender su poder más allá de lo que legítimamente les corresponde” y señala la “colonización y captura de las instituciones” como “una de las patologías más preocupantes de la democracia .” «Español». Ponen como ejemplos: el Consejo General del Poder Judicial (PP y PSOE aprobaron su renovación el pasado mes de junio tras cinco años de bloqueo); el Tribunal Constitucional, el Ministerio Fiscal, el Tribunal de Cuentas o el Consejo de RTVE (el Gobierno acaba de cambiar por decreto la mayoría parlamentaria para elegir su composición).
En comparación con otros países de nuestro entorno, los partidos españoles no salen bien parados. “El modelo de Ley de Partidos y de Ley Electoral alemana”, recuerda el informe, “garantizan la celebración de congresos cada dos años, restringen la discrecionalidad de las direcciones en su convocatoria, exigen la elección de los órganos de control de los partidos por sistemas democráticos, y la de los candidatos a las elecciones por miembros residentes en el distrito electoral”. En el caso británico, «existen reglas no escritas que exigen que las conferencias de los partidos se celebren cada año y que los candidatos a diputados cuenten con el apoyo de los miembros residentes en el distrito electoral».
Por apartados, en “Organización Interna”, el capítulo que analiza la frecuencia de los congresos, las formas de elección de la dirigencia (incluida la representación igualitaria); límites de mandato; libertad de opinión y participación ciudadana, los mejor valorados (7,4) son los Comunes, seguidos de EH Bildu (6,4); IU (6.2), Compromís (6) y ERC (5.3). La media es 4,9, es decir, suspenso. Esa es la nota que sacan Más Madrid, Podemos y el PSOE. A continuación se encuentran Vox (4,3); Juntos (4); PNV (3,8); BNG (3,6), CC (3,6) y, por último, el PP (3,6). Los investigadores aplicaron una reducción al PSOE, al PP y a Vox en este concepto. En el caso de los populares, porque no convocan a su congreso nacional desde 2017 a pesar de que sus estatutos establecen que debe celebrarse cada tres años. En 2018 se celebró una extraordinaria para elegir al presidente del partido, entonces Pablo Casado, tras la dimisión de Mariano Rajoy, y en abril de 2022 se celebró otra de la misma naturaleza para destituirle y poner en su lugar a Alberto Núñez Feijóo. pero el líder del PP no tiene prisa por convocar el congreso ordinario, el de revisar ideología y estatutos. El pasado mes de septiembre aseguró que su intención es aplazarlo hasta 2026. Hacerlo antes, dijo, “es un juego que se pierde”. En el caso de Vox, esta resta de puntos se debe a que el comité electoral ha decidido prorrogar la presidencia de Abascal hasta 2028, sin que los diputados voten por él y sin hacer públicos los respaldos obtenidos. En 2020 ya se optó por este sistema de proclamación directa y en 2018, último año en que se sometió a votación, se amplió el mandato de dos a cuatro años. Los socialistas también han visto bajar su nota porque la convención política que celebraron en A Coruña el pasado enero cambió parte de la ejecutiva federal (nueve incorporaciones), cuando, como señala el informe, «sólo un Congreso ordinario o extraordinario puede hacerlo». convocado para tal efecto”.
En el segundo capítulo, el de “derechos de afiliación y su protección”, los mejor valorados, con un 10 cada uno, son Junts y los Comunes, seguidos del PNV, ERC, IU y Más Madrid, todos ellos con un 7, 9 y Compromís, BNG y PSOE (con un 7,1). La media en este apartado es 6,6. La puntuación más baja es para Vox (2,1), seguida de CC (2,9); PP (4,3); Podemos (5) y Bildu (5,7). En este caso, fue Podemos quien perdió puntos, como recoge el informe, por “expulsiones impulsadas por la dirección federal y que han afectado a múltiples territorios -Asturias, Madrid, Andalucía, Cataluña-, combinadas con despidos, sin las necesarias garantías internas. , al «No existe ningún órgano disciplinario con la mínima independencia garantizada».
En cuanto a la “autonomía territorial”, la media es notable (7,3), siendo IU (10) la mejor valorada. Le siguen BNG, PNV y Comunes (9); Bildu, Compromis y Más Madrid obtienen un 8; Podemos, Junts, ERC y el PSOE un 7; Coalición Canaria se queda en 6; Vox con un 4 y la peor puntuación, en este caso, es para el PP, con un 3.
En el apartado “transparencia” (de reglamentos, informes económicos, actividades del partido y sus representantes) la media baja a 5,7. Los Comunes reciben honores; Compromis y Más Madrid y el PSOE rozan los 8; UI se queda en 6,4; y el BNG, CC, el PNV y el PP, en un 5,7. Por debajo de la media se sitúan EH Bildu y ERC, ambos con un 4,3, y Junts (2,9). Vox apenas alcanza el 0,7 en este ámbito.
En el capítulo «Códigos Éticos», que valora la regulación de la conducta de los funcionarios orgánicos y públicos de los partidos, sus conflictos de intereses o compatibilidades, los mejor valorados, con un 10, son EH Bildu, Compromis, los Comunes y ERC. EL PSOE obtiene un 9,1 y el PP, un 7,3, aunque la normativa interna sobre estos aspectos no ha impedido que sigan estallando escándalos relacionados con el comportamiento de líderes políticos.
Finalmente, en el apartado que evalúa los sistemas de elección de cargos públicos, la media baja hasta el 4,7, con Compromís (8,9); Podemos (7,9); Más Madrid (7,4) e IU (6,8) son las mejor valoradas y PNV y CC (ambos con un 0), los peores. El PSOE se sitúa ligeramente por encima de la media, con un 5,3; y el PP por debajo (2,6).
Luego de analizar la clase política en estas seis categorías, +Democracia enumera recomendaciones para mejorar la calidad democrática de los partidos. “El objetivo”, explica Monge, “es que el informe sirva como instrumento de mejora y que se establezcan canales internos para abordar sus problemas, entre otros, para alertar de corrupción o posibles casos de acoso”. El equipo plantea la necesidad de que las formaciones políticas convoquen sus congresos con una periodicidad máxima de dos años para actualizar sus propuestas y renovar líderes, y que se celebren reuniones periódicas de los órganos de control, entre cuatro y seis meses. (Juntas Directivas, Comités Federales o Regionales, Asamblea Federal o Consejos Nacionales) una vez comprobado “el alto nivel de incumplimiento” de los plazos previstos en los propios estatutos del partido, lo que ha provocado la desaparición, en algunos casos, del sistema interno de “contrapesos” a la gestión. Para garantizar el reflejo de la pluralidad, la organización propone que se establezcan sistemas electorales de “proporcionalidad ponderada” que permitan promover las iniciativas políticas de las mayorías procesando los matices y diferencias debidos a otras corrientes internas. También piden que se refuerce la independencia de las comisiones arbitrales o comités de garantía, «una especie de poder judicial del partido» y que se dé mayor precisión a los procesos disciplinarios, «incorporando canales de alerta sobre posibles casos de corrupción y violencia». género, así como procedimientos para su gestión”. El reciente escándalo que involucra al exportavoz de Sumar, Íñigo Errejón, ha puesto de manifiesto la falta de protocolos útiles para prevenir y sancionar a tiempo este tipo de conductas.
+La democracia también plantea la necesidad de “institucionalizar” en todos los partidos “comités de ética independientes de los órganos ejecutivos”; que se evalúe el grado de cumplimiento de los compromisos electorales adquiridos; que existan “mecanismos de rendición de cuentas de los cargos ejecutivos y públicos ante sus afiliados y simpatizantes de manera sistemática y transparente” y que los sistemas de selección de candidatos a cargos públicos “escapan del control determinante de los órganos directivos”; mejorar los procesos primarios, eliminando barreras a la presentación de candidatos; crear un organismo regulador independiente de los ejecutivos y generar debates entre candidatos. En algunos partidos, critica el informe, “el proceso de elaboración de listas electorales es, básicamente, una cooptación sujeta a tensiones entre los deseos del principal candidato y la dirección provincial o nacional”. Finalmente, el informe propone que se establezca un límite de mandato.