La crisis que sacude a la industria del automóvil no conoce fronteras y ha llegado con fuerza a Japón. De hecho, Nissan Motor Co. ha tomado la drástica decisión de eliminar 9.000 puestos de trabajo a nivel mundial y reducir la capacidad de producción en todo el mundo en un 20%.
Estas medidas reflejan la Grave situación del fabricante de automóviles japonés.atrapado en un ciclo de debilitamiento de las ventas en todos sus mercados clave. En un intento de responder a esta urgencia, el director general Makoto Uchida y otros altos directivos han acordado recortar sus salarios a la mitad a partir de noviembre de 2024.
un grupo de decisiones desesperadas que se hicieron públicos durante la presentación de resultados del periodo de abril a septiembre, y que revelaron una alarmante caída del 93,5% en el beneficio neto respecto al mismo semestre del año anterior.
El segundo fabricante japonés y parte de la alianza con Renault y Mitsubishi, afronta un panorama desolador que plantea serios interrogantes sobre su futuro. Sin una reestructuración efectiva y un enfoque renovado, el fabricante de automóviles corre el riesgo de seguir perdiendo terreno en un mercado cada vez más competitivo y en constante evolución.
Las ventas minoristas no han mostrado signos de recuperación, cayendo un Mercados clave como América del Norte, Japón y China.. Estas sombrías perspectivas ponen de relieve la incapacidad de adaptarse a un entorno competitivo que exige innovación y agilidad.
Los dirigentes actuales tendrán que afrontar la dura realidad de que las estrategias implementadas hasta ahora no han logrado revertir una tendencia muy negativa. Con recortes de personal y una reducción masiva de la producción, el fabricante de automóviles, que tiene una fuerza laboral de unos 130.000 empleados en todo el mundo, se encuentra en una encrucijada crítica que definirá su futuro en una industria implacable.
«No vamos a hacer nuestra empresa más pequeña, sino más bien hacerla más ágil y adaptable a un entorno empresarial que cambia rápidamente», afirmó Uchida, quien también admitió que Nissan Motor «no ha sabido adaptarse a los tiempos» ni «ha podido ser lo suficientemente rápido”. Y el fabricante japonés se enfrenta a importantes retos en un entorno caracterizado por la caída de las ventas de vehículos nuevos en Japón y la feroz competencia de gigantes como Tesla y fabricantes chinos como BYD. Esta situación se ha convertido en un obstáculo considerable para Uchida, que ha estado trabajando para restaurar la rentabilidad en medio de una continua caída.
Sin embargo, Nissan ha informado de un drástica caída del beneficio netoque cayó hasta los 19.223 millones de yenes (116 millones de euros) entre abril y septiembre. Este desplome se atribuye principalmente a una caída de las ventas y a la necesidad de ajustar la producción ante la caída de la demanda, como ha admitido la propia empresa.
Durante la primera mitad del año fiscal japonés, El beneficio operativo cayó un alarmante 90,2%alcanzando tan sólo 32.908 millones de yenes (198 millones de euros). La cifra de ventas también se vio afectada, con una reducción del 1,3% que la dejó en 5,9 billones de yenes (35.607 millones de euros).
En términos de volumen, El grupo colocó 809.000 vehículos en este semestre, un descenso del 2,8%. En su principal mercado, Norteamérica, las ventas cayeron un 0,2%, mientras que en China, su segundo mercado más relevante, se desplomaron un 12,5%.
La grave crisis de la multinacional se enmarca en el profundo declive del sector del automóvil que también comparten las marcas europeas, minado por los volúmenes récord de los fabricantes chinos.
Ya en junio de 2024, la marca japonesa se vio obligada a cerrar su planta de Changzhou, en la provincia china de Jiangsu (capaz de fabricar alrededor del 10% de su producción en el país), debido a la feroz competencia en los precios de los vehículos. Productos eléctricos producidos por marcas locales. El fabricante no pudo responder a la desaceleración de las ventas con una oferta adecuada de coches híbridos, al igual que sus rivales Toyota y Honda.
Por otro lado, Nissan ha revisado su previsión de producción para todo el año, reduciéndola de 3,45 millones a 3,2 millones de automóviles, con la esperanza de lograr un beneficio anual de al menos 150 mil millones de yenes (un 70% menos). El objetivo es encontrar nuevos recursos para retomar el rumbo y reducir los costos fijos en 300 mil millones de yenes (1,94 mil millones de dólares).
Además de la plantilla, la cartera financiera de la multinacional también se verá obligada a adelgazar, ante su intención de reducir su participación en Mitsubishi Motors Corporation vendiendo el 10,02% de sus acciones, para recaudar hasta 68.600 millones de yenes.
Este panorama desolado Plantea serias dudas sobre la capacidad de la empresa y destaca una serie de desafíos internos, además de resaltar las intensas presiones externas que enfrenta en un mercado que exige constante adaptabilidad e innovación.
Makoto Uchida, que asumió el cargo en 2019 en un momento de profunda crisis, lidera un esfuerzo urgente para revitalizar la marca tras la turbulenta salida del expresidente Carlos Ghosn. El alto ejecutivo reveló que se avecinan cambios significativos en la dirección de la compañía, ante los adversos resultados financieros publicados este jueves.
La esperanzadora estrategia de Uchida se centra en ampliar la gama de vehículos eléctricos, establecer nuevas alianzas estratégicas y alcanzar el ambicioso objetivo de vender un millón adicional de coches anualmente de aquí a 2027. Sin embargo, los analistas critican que la nueva oferta carece de atractivo y que la excesiva dependencia de los modelos híbridos podría ser perjudicial. , especialmente en un contexto donde la demanda de vehículos eléctricos está cayendo.