Han pasado cuatro meses desde Kate Middleton anunciar el fin de su tratamiento de quimioterapia para hacer frente a su enfermedad. A principios de año, la Princesa de Gales fue diagnosticada con cáncer, según reveló la Casa Real para frenar los rumores que especulaban sobre la salud de Middleton, e inició un proceso que llevó a cabo con secretismo y discreción. Con un video publicado en sus redes sociales, la mujer del Príncipe Guillermo Se abrió como nunca sobre lo que había significado para ella luchar contra una enfermedad durante nueve meses, «un camino desconocido» en el que estuvo acompañada de sus hijos y su marido.
Para la Princesa, el «viaje del cáncer» ha sido complejo, aterrador e impredecible, pero es consciente de que aún no ha terminado. «Aunque he terminado mi quimioterapia, mi camino hacia la curación y la recuperación completa es largo y debo seguir tomando cada día como viene», reconoció en el audiovisual el proceso que le quedaba por delante y en el que ahora regresa de manera destacada en citas significativas de la agenda oficial.
Ha sido en varias ocasiones previas a padecer la enfermedad cuando también se puso en duda el estado de salud de la Princesa. Este año Kate Middleton tuvo que someterse a una operación que la alejó de los focos mediáticos debido al diagnóstico de cáncer, pero esa vez no fue la primera vez que la Princesa de Gales se vio obligada a pasar por el quirófano. En 2011, Kate asistió a una cena benéfica en Clarence House y, en un momento en el que se movía el pelo, una cicatriz en su cabeza no pasó desapercibida. Por lo que no daría más detalles al respecto, pero ante la insistencia de los titulares, Kesington intentaría despejar dudas con una primera explicación.
Una intervención para tratar una malformación arteriovenosa fue el motivo esgrimido inicialmente para tildar de un episodio del pasado que la ‘royal’ nunca ha ocultado pero cuya intrahistoria no ha querido compartir. Hasta ahora. En las últimas horas, la prensa británica ha arrojado más luz sobre la experiencia vital de Kate Middleton, que se remonta a su adolescencia y que «tenía a su madre muy preocupada». La entonces joven estudiaba en Marlborough College cuando le detectó un bulto en el lado izquierdo de la cabeza. Su madre, temiendo que se tratara de un tumor cerebral como el que lamentablemente acabó con la vida de la compañera de colegio de su hija, puso urgentemente el asunto en manos de los médicos, quienes comprobaron que el bulto era «potencialmente grave» y debía ser operado.
En las últimas horas la prensa ha recordado la explicación dada en una ocasión por el director del colegio, Ann Parchingsobre la operación de Kate que fue exitosa pero dejó una cicatriz en su cabeza. «Puedo recordar el incidente y cuando tuvo que ser operada. No recuerdo nada que haya sucedido en el campo de hockey que tuviera que ver con el bulto. Fue su único momento de infelicidad. Kate fue operada durante el período lectivo. Poco después volvió al colegio. «Fue bastante grave y alarmó a todos», afirmó Parching, a partir de ese momento la intervención no perjudicó a Kate Middleton en su vida ni tuvo nada que ver con que le diagnosticaran cáncer.