La dirección del Partit dels Socialistes apuesta por intentar formar gobierno en solitario si finalmente Salvador Illa es investido presidente de la Generalitat. Con esta estrategia, el partido que ganó las elecciones en Cataluña el pasado domingo pretende gobernar, al menos en una primera fase, sin incluir en su gabinete a los miembros comunes de Jéssica Albiach, que se han ofrecido a formar parte de esa eventual ejecutiva para reforzar la izquierda. políticas. La estrategia, según explican fuentes de la dirección del partido, pasa por dar carpetazo a la reedición de un ejecutivo tripartito como el que gobernó Cataluña hace 20 años formado por socialistas, ERC e Iniciativa, uno de los partidos antecesores de los comunes. Los republicanos ya habían decidido pasar a la oposición antes de las dimisiones de sus dirigentes. La idea con la que trabaja la dirección del PSC es comenzar la legislatura con un Gobierno en minoría y, posteriormente, analizar si conviene incorporar otros partidos. El primer impulso para dilucidar cómo va la negociación de investidura será la formación de la Mesa del Parlamento, pero esto no se visualizará hasta poco después de las elecciones europeas previstas para el 9 de junio.
Después de la ejecutiva del PSC el pasado lunes, Núria Parlon, portavoz del partido, ya dio pistas sobre los planes del partido al señalar que debería determinar el futuro de Cataluña «pactando con fuerzas progresistas» o «probablemente gobernando en minoría con acuerdos puntuales». .” Miembros del partido sostuvieron entonces que una posibilidad era incluir a los plebeyos en esa ejecutiva, aunque esa opción ha sido descartada. La apuesta supone un portazo a la propuesta de Albiach, quien desde la misma noche electoral llamó a formar gobierno. reeditado con tres, lo que sumaría 68 escaños, sólo los de la mayoría absoluta.
El 12-M fue fatídico para la coalición de izquierdas. Su rechazo al megacasino Hard Rock (Tarragona) obligó a bajar los presupuestos y el adelanto electoral y han pasado de ocho a seis escaños. Alícia Romero, hasta ahora presidenta del Parlament, ha dicho este martes en TVE que para el PSC sería «mucho mejor» gobernar en solitario, pero ha deslizado que son «realistas» y que saben que «es difícil». » El principal obstáculo es convencer a ERC de que, pese a sus malos resultados, una situación de bloqueo y una eventual repetición electoral sería peor para sus intereses. En el caso de los comunes, su propuesta sigue siendo la de entrar en el Govern pero su portavoz Joan Mena ha apuntado este lunes que querían priorizar un acuerdo sobre el contenido y que es evidente que puede haber diferentes fórmulas de colaboración.
Con el 28% de los votos, los socialistas consiguieron una contundente victoria en Cataluña con 42 diputados, seis más que Junts (36), la segunda fuerza política, y 22 más que ERC (20). Pese a ello, los socialistas están muy lejos de la mayoría absoluta y necesitan el voto de una de estas dos fuerzas para la investidura, auténtico caballo de batalla de la negociación. Todas sus esperanzas están puestas en los republicanos. La dimisión del presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, y los anuncios de Oriol Junqueras y Marta Rovira de que dejarán sus cargos, el primero al menos temporalmente, crean aún más incertidumbre sobre la decisión final de los republicanos, que celebrarán un congreso extraordinario el 30 de noviembre.
Hasta ahora, la dirección socialista intuía, con máximas reservas, que ERC acabará votando a Illa. Tampoco dio margen a la fórmula ideada por Carles Puigdemont de recoger los votos de los republicanos para intentar su investidura cuando tampoco cuadran. Ésa era al menos la impresión dominante en el PSC tras la carta publicada el martes por Oriol Junqueras, que presidirá ERC hasta después de las elecciones europeas, en la que reitera que se irán a la oposición, que no harán caso a los cantos de sirena de el ex-presidente y que utilizarán sus votos de manera “constructiva”. La formación republicana, sin embargo, se encuentra bajo máxima presión y en una profunda crisis. De momento, pesos pesados del partido como el ministro del Interior, Joan Ignasi Elena, o el exportavoz de ERC, Joan Tardà, abogan por rechazar la repetición electoral.
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A la espera de la decisión de ERC, los socialistas han iniciado contactos con la certeza de que gobernar en solitario, con independientes que puedan aportar transversalidad, les traerá más ventajas que inconvenientes. Con una cámara de 135 escaños, Esquerra ha pasado los dos últimos años un calvario gobernando con sólo 33 tras la salida de Junts del Ejecutivo. El PSC cree que la situación no es comparable porque estará en condiciones de articular varias mayorías absolutas en torno a su eje: la que tiene a su izquierda, con ERC y Común, y la que puede tejer a su derecha con Junts. con quienes comparte buena parte de su modelo socioeconómico. Incluso podría formar otro más a partir de cualquier ecuación con PP y Vox, aunque ha descartado cualquier negociación con la extrema derecha.
En cualquier caso, las cuestiones más relevantes de este mandato han evocado la sociovergencia, nombre con el que se conoce en Cataluña un acuerdo entre socialistas y los herederos de Convergència, ahora dentro de Junts. El PSC y los de Carles Puigdemont se han hecho eco de su postura en muchos proyectos: la ampliación del aeropuerto de El Prat; el apoyo al megacasino de Tarragona o el trazado de circunvalaciones como la B-40. ERC regateó la ampliación del aeropuerto, pero dio largas para ahorrar los presupuestos de los otros dos. Sin los comunes en el gabinete, el PSC evitaría diferencias y posibles conflictos que ya se han reflejado en este mandato, con los de Jéssica Albiach señalándolos por asumir políticas de derechas.
La campaña europea retrasará los posibles acuerdos y la antesala será cómo resulte la Mesa del Parlamento, prevista para el día 10 como muy tarde. El nombre del presidente y su color político darán muchas pistas sobre el acuerdo final. El PSC también quiere garantizar la mayoría en dos bandos, con Junts pero también con la izquierda. El PP ya ha anunciado que tiene derecho a un escaño en ese organismo.
Illa no ha hecho declaraciones desde la noche electoral pero este miércoles envió una carta a la militancia en la que sostiene que la nueva etapa en Cataluña debe ser sinónimo de «estabilidad, diálogo y progreso». “Una Cataluña, la que se pone en marcha, sin bandos ni bloqueos”, subraya. El líder del PSC ha atribuido la victoria entre múltiples factores a las políticas del Gobierno y a la «firme apuesta» de Pedro Sánchez por el «diálogo y la convivencia». «Quiero agradecer profundamente la complicidad del socialismo español en su conjunto con Cataluña y los ciudadanos», ha remarcado. La carta anuncia el mitin que Sánchez ofrecerá este sábado en Barcelona, que se ve como el pistoletazo de salida de la campaña europea.
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