El singular debate sobre la financiación ni siquiera alcanzó el nivel de una tormenta en una tetera. Los líderes territoriales del PSOE han reforzado el consenso que ya generó el contenido de la presentación sobre la financiación singular, un tema especialmente sensible que incendió al partido en verano a raíz del acuerdo entre el PSC y ERC que propició a la investidura de Salvador Illa como presidente de Cataluña. Los socialistas han acordado por unanimidad lograr un modelo de financiación «más justo y sostenible» basado en un modelo federal de Estado. del gusto de todos los barones, con el que todos los partidos, tanto el PSC como el resto de federaciones, salvan las apariencias. “La reforma del sistema de financiación autonómica debe garantizar mayores recursos a todas las comunidades autónomas, reforzando los servicios públicos y reconociendo las singularidades y las diferentes variables determinantes en su coste, de forma que se garantice la igualdad de derechos en el acceso a los servicios públicos. independientemente del territorio en el que se viva”, es el compromiso acordado en la transacción tras más de tres horas de debate en la comisión que más interés ha despertado.
«Este modelo se aprobará multilateralmente en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, sin perjuicio de la relación bilateral del Estado con cada comunidad autónoma en función de lo previsto en los distintos estatutos», se especifica en el texto que se aprobará. este domingo en el Pleno. El PSC, que ha prestado enorme atención a la comisión para que su compromiso con Esquerra no se viera comprometido, había insistido mucho en lograr un texto de consenso en el que se respetara el multilateralismo y las relaciones bilaterales y las singularidades de cada territorio. Su redacción, lo suficientemente ambigua como para superar las diferencias más espinosas, agrada a todas las partes. Y también se centra en la lucha contra dumping fiscal de lo que implícitamente se culpa a Madrid “mientras reduce los impuestos a sus élites económicas y solicita más fondos al gobierno central”.
El rechazo al principio de ordinalidad, que Illa defiende para Cataluña, se mantiene inalterable. No apareció en la presentación y no ha aparecido ahora, tal y como querían el resto de dirigentes territoriales. Las comunidades más combativas en este tema han sido Asturias y Castilla-La Mancha por su poder institucional: son las únicas autonomías de régimen común en las que gobierna el PSOE. Los otros son Cataluña y Navarra, que preside, y el País Vasco, donde cogobierna con el PNV.
Otro factor relevante es el acuerdo para negociar «el alivio con criterios homogéneos y equitativos» de la deuda pública de las comunidades autónomas «generada durante la crisis financiera». El acuerdo de investidura de hace un año entre el PSOE y ERC incluía la condonación de 15.000 millones de deuda a Cataluña. Un acuerdo que, como ya dijo María Jesús Montero, podría ampliarse a otros territorios y que contribuye a calmar el malestar que había en el PSOE.
Siguiendo con el modelo de financiación, el objetivo es que «se oriente hacia un modelo de financiación federal», dentro de la hoja de ruta del PSOE hacia un Estado federal. “Federar no es separar, federar es unir, creando un espacio de convivencia donde se garantice al mismo tiempo la unidad del Estado con el respeto a la diversidad de los pueblos que lo integran, el autogobierno de las comunidades autónomas y las integración política del Estado”, se recoge. El federalismo, concluyen los socialistas, “asume la importancia de sentimientos e identidades que sean diversos y compatibles y no tengan por qué ser excluyentes, en línea con la Declaración de Granada”, se afirma en un guiño al enfoque territorial que llegó a adoptar el PSOE. España en 2013 con Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general.
El PSOE ha aprobado en el debate de la presentación que la garantía del poder adquisitivo de las pensiones se incluya en la Constitución. Es decir, su revalorización. El principal partido de Gobierno ya se comprometió en la redacción original de la presentación, que marcará su hoja de ruta ideológica para el próximo ciclo electoral, a proteger el aborto y el matrimonio igualitario en la Ley Fundamental. En el debate habían surgido varias enmiendas vivas en las que se insistió y se puso como ejemplo que, si se quiere salvaguardar el salario mínimo en la Carta Magna, también era necesario hacer lo mismo con las pensiones. En España hay decenas de millones de jubilados.
El PSOE también ha aprobado alcanzar la jornada laboral de 36 horas en 2030 impulsando una jornada «más corta, flexible y saludable», que permite no sólo su reducción hasta las 37,5 horas actualmente en discusión, sino avanzar hacia una mayor reducción dentro de seis años.
Los socialistas también reafirman su tradición republicana «manteniendo, al mismo tiempo, el compromiso constitucional, que incluye la monarquía parlamentaria». El espíritu republicano del partido se evitó en la presentación que llegó al 41º Congreso Federal, aunque quedó reflejado en seis enmiendas. Las Juventudes Socialistas afirmaban “avanzar hacia la abolición de la monarquía” en España “para lograr la República Federal Española”.
Los socialistas también apuestan por impulsar una reforma de la Ley de Secretos Oficiales -algo que el PNV, socio clave del Gobierno, lleva décadas pidiendo- y seguir impulsando políticas de memoria. También se ha introducido en las comisiones una referencia a la necesidad de racionalizar y modernizar la Administración de Justicia y se incrementa el compromiso de perseguir las noticias falsas, “dejándolas en su mínima expresión”, y de “poner límites” al anonimato en las redes. , “como medio para garantizar una mayor responsabilidad en su uso”, además de estudiar su impacto en los menores. Otra novedad es que se introduce “el impulso” de la reparación a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia.
Donde no ha habido consenso ha sido con las siglas LGTBIQ+. Seguirá siendo LGTBI, el mismo que estableció el PSOE en sus resoluciones del 40 Congreso. La Comisión de Igualdad del 41 Congreso ha destacado el intenso debate sobre este tema, avivado porque en la presentación se había incluido la sigla reclamada por los colectivos LGTBI. La falta de consenso ha determinado que esta enmienda se mantuviera viva y que fuera votada en el pleno pasadas las diez de la noche. En el pleno finalmente se acostó en medio de festejos de las feministas, que celebraron su victoria entre cánticos de “¡Viva la lucha de las mujeres!” Los detractores pidieron eliminar la referencia LGTBIQ+ en la presentación para sustituirla únicamente por LGTBI. La Q se refiere a queer y el símbolo + incluye grupos que no están representados en las siglas LGTBI y que incluyen identidades como género fluido, personas no binarias, personas pansexuales o asexuales.