Este 20 de noviembre se cumplen 25 años del lanzamiento, en 1998, del primer módulo de la Estación Espacial Internacional (ISS), el mayor esfuerzo en arquitectura espacial.
Se trataba del módulo ruso Zarya, que viajó al espacio en un cohete Protón lanzado desde Baykonur. Proporcionó propulsión, control de actitud, comunicaciones y energía eléctrica, pero carecía de funciones de soporte vital a largo plazo.
Dos semanas después, el módulo pasivo Unity de la NASA fue lanzado a bordo de la misión del transbordador espacial STS-88 y los astronautas lo acoplaron a Zarya durante las caminatas espaciales. Este módulo tenía dos adaptadores de acoplamiento presurizados (PMA), uno permanente con Zarya y el otro que permitía que el transbordador espacial se acoplara a la estación. En aquel momento, la estación rusa Mir todavía estaba ocupada y la ISS permaneció vacía durante dos años, informa Wikipedia.
El 12 de julio de 2000, el segundo módulo ruso Zvezda fue puesto en órbita y su computadora de a bordo asumió el control de la estación desde la de Zvezda poco después de acoplarse al complejo Zarya-Unity. Zvezda añadió dormitorios, un baño, una cocina, depuradores de CO2, un deshumidificador, generadores de oxígeno, equipos de ejercicio y comunicaciones de voz y vídeo con el control de la misión. Esto permitió la ocupación permanente de la estación, y la tripulación de tres miembros de la Expedición 1 llegó en noviembre.
Tras añadir otra decena de unidades, esta estación espacial tiene actualmente el tamaño de un campo de fútbol, 100 metros de largo y 80 metros de ancho. Su peso ronda las 455 toneladas. Se espera que siga funcionando hasta 2030.
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