luis de la fuente (Haro, 62 años) reivindica su temperamento templado en la primera entrevista que ofrece en la concentración española en un rincón idílico de la Selva Negra alemana. “No hace falta poner mala cara ni ser grosero para que la gente diga que tienes carisma”, afirma un técnico que se muestra encantado con lo que ve en su equipo. «Estamos preparados para competir con los mejores», advierte.
-A tres días del debut contra Croacia, ¿a qué aspira España?
-Competir para ganar todos los partidos, estar en condiciones de estar en la final. Ni favoritismo ni ningún favoritismo, eso no me importa. Sí me parece que estamos preparados para competir con los mejores hasta el final.
-¿España puede soñar en grande?
-En este contexto que explico, sí. Estamos preparados para luchar hasta el final y luchar por todo. Ganar o no ganar, esos son detalles, pero tenemos todo para estar en condiciones de luchar por el máximo, eso sí.
-¿Cuáles son los principales argumentos para la selección?
-Sin duda, la sensación de equipo que hemos dado, el crecimiento que he visto y que tenemos personas muy importantes. Somos un equipo peligroso porque somos muy polivalentes, tenemos muchas fichas en ataque y defensivamente estamos muy organizados y equilibrados. Eso nos convierte en un equipo fuerte y poderoso.
-¿Hay algún punto débil que te preocupe?
-Siempre se puede mejorar. El mejor equipo del mundo también puede mejorar. ¿Puntos débiles? Estamos mejorando constantemente. Somos un equipo muy joven y tenemos que seguir creciendo y evolucionando, pero como equipo somos muy potentes. Este grupo está creciendo y sé que conforme vayan pasando los partidos ofreceremos mejores sensaciones.
-¿Quiénes son los favoritos?
-Estamos entre ellos. Están Inglaterra, Francia, Alemania, Portugal, Croacia, Italia… Este es el torneo más duro de los últimos tiempos porque hay más selecciones que en otras Eurocopas y ninguna de las poderosas se ha quedado fuera. Vamos a tener que jugar todos los fuertes contra todos.
-¿Cómo afrontar la Croacia de Modric?
-Es un equipo muy experto, acostumbrado en los últimos años a competir en Mundiales y Eurocopas. Es un equipo de mucha calidad, y en mi opinión uno de los que mejor juega. Son muy competitivos. Ya demostramos en la Nations League que podemos competir con ellos y además en este último año hemos crecido y mejorado como equipo. También somos más peligrosos…
-Es el último torneo de selecciones de Modric…
-Pues que es el último… Tienes que verlo. Normalmente se dice que del fútbol sale el jugador que se retira, pero Modric, como hizo con Navas, es de los que deja el fútbol, y no al revés. Es un jugador con mucho talento, un líder, juega maravillosamente y también es un jugador de equipo.
-Se ha generado cierta polémica porque Laporte llegó después de no jugar los dos últimos partidos en Arabia. ¿Cómo lo tomó y cómo ve su nivel?
-Lo veo perfectamente porque conozco sus números. En el último mes disputó once partidos. Que no jugara los dos últimos fue aún mejor porque le permitió recuperarse. Él está perfectamente bien. No me genera ninguna duda.
-¿Y esa fecha de su llegada le causó algún malestar?
-No. De eso se habló. Es una cuestión de régimen interno, pero por ejemplo tenía los mismos días que los jugadores del Real Madrid jugando en la Champions. Habíamos acordado los días que tendría cada uno después de finalizar sus competencias.
-La gran noticia del último amistoso es que Pedri vuelve a ser Pedri.
-Esto es lo que le exigí a Pedri, simplemente que se encuentre consigo mismo. Lo necesitábamos para ganar confianza, seguridad. ¿Como? Jugando y con partidos como el último. Estamos encantados de que vuelva a ser el Pedri que todos conocemos, aunque creo que todavía tiene un tremendo margen de mejora. Sé que en esta competición nos va a dar mucho más de lo que está dando. Va a alcanzar niveles muy altos.
-Morata, delantero centro titular, suma dos goles desde marzo. ¿Estás preocupado?
-No. De nada. Ha marcado quince. Es el Pichichi español junto a Borja Mayoral. Es un goleador solvente. Hay que valorarlo. Es el cuarto goleador en la historia de la selección. Que nadie lo olvide. Para nosotros es una garantía total y absoluta.
-¿Oyarzabal aparece como alternativa?
-Lleva cuatro goles en dos partidos, se le ve fresco. Él está jugando en esa posición en la Real y con nosotros lo ha hecho en la sub-21 y en la selección olímpica. Nos da mucha versatilidad. Juega de banda, de interior… tiene gol.
-Hay muchas expectativas puestas en Lamine Yamal. ¿Cómo manejas esa presión a tus 16 años?
-Te damos total naturalidad y tranquilidad. Hablamos mucho con él. Hay que ser equilibrado y humilde. Esto del fútbol cambia en un momento dado y todos los elogios se convertirán en críticas. Le decimos claramente lo que queremos de él, que juegue con tranquilidad. Él nos responde y entiende perfectamente ese mensaje. Seguramente, a los medios les parece más joven y sin embargo es un jugador con madurez para su edad. Entiende perfectamente su papel y lo que representa en los medios.
-No busca la confrontación en ruedas de prensa. ¿Sientes que es parte del trabajo del entrenador dar una imagen conciliadora del equipo?
-Cada uno es como es. En mi vida privada también actúo así. No hay mejor manera que tener una relación de cualquier tipo basada en el diálogo y el respeto. Intento hacer más fácil el trabajo a todos los medios y profesionales, igual que a mí me gusta que hagan lo mismo por mí. No veo mejor manera de operar que ésta, fluida y explicando todo lo que se puede explicar.
-Se le elogia por ser alguien razonable y prudente, pero al mismo tiempo se le critica por carecer de carisma. ¿Eso responde?
-No me preocupa el carisma. Sólo me preocupa que mis jugadores crean en mí, y lo hacen. ¿Qué es el carisma? ¿Para insultarte? ¿Para tratarte mal? ¿Ser irrespetuoso? ¿Eso es carisma? Eso no funciona conmigo. Nunca perderé esas costumbres porque me criaron de esa manera y tengo estos valores. Y creo que no hace falta poner cara fea y ser grosero para que digan que eso es carisma. Si ese es el carisma que se necesita, no me gusta ese carisma.
-¿Alguna vez te has sentido maltratado?
-El mejor halago ha sido de aquella gente que me cuestionaba porque no tenía el perfil de un entrenador de élite. Ese es el mejor de los elogios, porque estoy orgulloso de donde vengo, del camino recorrido. He venido desde abajo hasta donde estoy. Nadie me ha regalado nada. Eso para mí es un elogio. No hace daño a quien quiere, sino a quien puede. Hay muchos caminos y yo he llegado por otro. Para lo que he llegado seguramente no hay nadie que haya obtenido los resultados que yo he obtenido. Simplemente ha sido cuestión de darle una oportunidad.
-Llevas año y medio en el cargo, ¿te sientes fortalecido tras ganar la Liga de Naciones?
-Sí, sí, pero me siento fortalecido porque los jugadores mostraron un vínculo excepcional conmigo. Hicimos un grupo fuerte. El mejor aval de un entrenador es el rendimiento de sus jugadores. Lo que viene de fuera no me preocupa en absoluto.
-¿Cuál ha sido el peor momento?
-La lesión de Gavi. Fue el peor momento por lo que significó para el club, para la selección, para sus compañeros, para mí…
-¿Eso duele más que una derrota?
-Habría cambiado cualquiera de esas victorias, incluso las más importantes como la Nations League, porque no hubo heridos. Ha habido otros, pero no tan graves como el de Gavi.
-¿Te dolieron las críticas que recibiste por esa lesión?
-Allí simplemente se demostró que el ser humano puede ser muy miserable. Con el tiempo se ha ido reflejando quién los hizo y de qué manera. Se cuestionó que no habíamos gestionado bien ese momento. Era un partido oficial y muy importante.
-¿Cómo le afecta la crisis perpetua de la Federación?
-Nadie puede ser ajeno a esa situación. No es agradable, pero son cosas que no podemos controlar. Intentamos vivir fuera de ello, pero no vivimos en una burbuja.
-¿Cuánto te arrepientes de esos aplausos a Rubiales?
-Ya lo dije. Me equivoqué, fue un error. No me reconocí en la situación en un contexto complejo. Honestamente dije que no me sentía nada bien. Todo el mundo tiene derecho a cometer errores. Debemos aprender a ser generosos para perdonar a quienes piden perdón y disculpas. Lo hice y me sentí totalmente liberado y bien conmigo mismo.