Con las elecciones locales a la vuelta de la esquina, uno podría esperar mucha palabrería de los políticos de todos los lados en un intento por atraer a los votantes. Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que tiene la mayor parte de los 18 meses hasta las próximas elecciones generales, parece estar mucho más preocupados por el bienestar del público en general al tiempo que establece a España como un eventual nuevo proveedor de combustible para Europa, al menos para sus vecinos.
Esta semana anunció una nueva serie de medidas, incluida la eliminación del impuesto al valor agregado sobre los alimentos básicos, como el pan y la leche, y extender los controles de alquiler y desalojo para ayudar a paliar la crisis económica provocada por la guerra de Rusia en Ucrania y que ha llevado a España a liderar el camino en el suministro de fuentes alternativas de energía a la UE en el futuro.
Sánchez dijo que el gobierno también reduciría el IVA en el aceite de cocina y la pasta de 10% a 5%.
El gobierno ha introducido tres paquetes de medidas de ayuda desde el comienzo de la guerra en febrero. Éstas costarán alrededor de 45 000 millones de euros, incluidos 10 000 millones para la última ronda de medidas, y esta última ronda hacer una diferencia real en la vida de millones de personas.
Otros países europeos han introducido medidas antiinflacionariaspero ninguno ha llegado tan lejos como España y hay que felicitar a Sánchez por ello.
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